Ariadna, el cortometraje: salir del laberinto no es tarea imposible
Gloria Serrano//
Sabemos de Teseo y su lucha contra el Minotauro de Creta. Sabemos que logró cansar a la bestia y salir airoso del laberinto. Pero poco sabemos —o recordamos— de Ariadna, la hija del rey Minos que le obsequió la clave del triunfo. Hada Torrijos recupera esta leyenda de la mitología griega para traerla a la época actual y sugerir que otra vida es posible: después de la tristeza, por encima de todas las heridas, en el esfuerzo de sobrevivir y, sí, aún con las nostalgias encima.
Todo comienza y termina en mí.
Yo soy el infinito proyecto de mí misma
por encima de mí
me sobrevuelo.
Chantal Maillard
Ariadna es la ópera prima de Hada Torrijos, la directora oscense quien junto a su equipo participa en el Festival de Cine Rueda con Rueda, cuyo fallo darán a conocer el día 25 de octubre en la sección “Vino y Cine”, incluido en la Semana del Cine de Valladolid (SEMINCI). Se trata de una historia que no solo visibiliza el papel decisivo de la mujer, de Ariadna, opacado por la victoria de Teseo frente al Minotauro, sino que le otorga el lugar protagónico dentro de la trama.
¿Por qué hacerlo de esta forma?, en Zero Grados conversamos con Hada y esto es lo que nosresponde:
—Partía de una base clara construida con dos elementos que llevaban tiempo luchando por salir en forma de historia: un personaje femenino y un monólogo contundente. Se lo trasladé a Enrique y juntos terminamos de dar forma a “Ariadna”. La mitología y la literatura están muy presentes en mi vida y quise dar voz a un personaje que no la había tenido. Tanto Enrique como yo pensamos que Ariadna tenía mucho que contar.
La Ariadna contemporánea puede ser cualquier persona: alguien que en determinado momento se sienta al borde de su propia existencia para enfrentarse a sus fantasmas y hacerse cargo de lo que más le importa, de aquello que no es posible delegar en ningún otro. Así comienza un trayecto personalísimo —por su laberinto—en el que aprende a recordar sin hacerse reproches y a entrenarse en el difícil arte de templar sus sentimientos y emociones.
Con los textos de Enrique Varas, el rodaje se desarrolló en el interior de la bodega “El hilo de Ariadna” (Rueda, Valladolid). Sus protagonistas, Amanda Solar y Jorge Usón contaron con la fotografía plástica de Almudena Comino y una banda sonora original compuesta por Luis Barreu que, conformando un todo estético, introducen al espectador en el mundo interior de una joven dispuesta a hacer lo que pocos: indagar en el ayer, hacer arqueología de ella misma para, después, reflejarse en el espejo y descubrir qué tiene por mostrarle. Y lo que muestra, a veces no es nada grato. No lo es porque implica dilatar el daño inevitable, el dolor que se percibe infinito y que causan ciertas ausencias, ciertos lugares, ciertas conversaciones, en fin, ciertos pasajes de nuestra biografía que quisiéramos no haber vivido, pero también sí. Como lo explica la directora:
—Quise que uno de los temas principales, construido sobre esa base mitológica, fuera la decepción y la incertidumbre. ¿Quién no ha tenido una? Ariadna, en realidad, lo hemos sido todos alguna vez. “La decepción se cura”, dice la voz de Jorge Usón y ese es sin duda el flotador que lanzamos al espectador.
Cristina Mateo traduce al inglés esta narración y el diseño gráfico del cartel oficial es una creación de Jorge C. Sauras, el broche de oro para un audiovisual de escasos seis minutos. Algo que parece fácil, aunque supongo que no lo fue. Siendo tu opera prima, ¿a qué retos te enfrentaste durante la filmación?
—A todos los que te puedas imaginar y más. No ha sido un camino fácil, nunca lo es, pero ya lo sabíamos cuando nos embarcamos en el proyecto. Ha sido la resistencia, el trabajo y el esfuerzo lo que nos ha llevado hasta aquí y, por qué no decirlo, la tozudez. Al rodaje en Rueda (Valladolid) solo pudimos ir Almudena, la cámara y directora de fotografía y yo y, claro, Amanda Solar, la actriz. Fue un caos llegar, con anécdotas que ni te creerías. Sin embargo, las tres tenemos mucho feeling y creo que puede verse en el resultado y eso, sin duda, fue muy importante.
Hay que decir que Ariadna no es un drama añejo ni melancólico ni romanticón,mucho menos un relato de dioses, héroes y creaturas fantásticas. Es, más bien, un filme sumamente poético que explora la complejidad de las relaciones humanas y al hacerlo roza la piel de una joven como tantas, expuesta a los altibajos de la vida o, dicho de otra manera, a aquello que Giorgio Agamben describe como los “eventos y encuentros que son demasiado grandes para poder asimilarlos de una sola vez. Por así decirlo, no dejan de acompañarte”.
¿Por qué retomar la leyenda de Teseo como base de la trama?
—Creo que el laberinto jugaba un papel importantísimo en todo el simbolismo que entraña la historia que queríamos contar que, a la vez, había sido la nuestra propia. Tanto mi equipo como yo veníamos de un proyecto fallido, de un primer fracaso. A veces hay que perderse para encontrarse y doy gracias a aquel tropezón. El aprendizaje fue muy enriquecedor y hemos conseguido soltar los hilos que nos ataban, como Ariadna. Este mito es uno de mis favoritos desde que lo leí en el instituto. Hay historias que calan hondo y emergen cuando menos te lo esperas. Esta lo tiene todo y la escritora Irene Vallejo dio en el clavo cuando lo vio y dijo que explorábamos “la verdad íntima del mito de Ariadna: los laberintos interiores y exteriores que transitamos, la memoria, los hilos del destino, la traición, el amor”. No hay mejor sinopsis que esta, desde luego.
Entiendo esa introspección, pero además de ser el personaje femenino que previamente buscaban, ¿por qué decidiste darle el rol de peso a la figura mitológica de Ariadna?
—La respuesta es muy sencilla: ¿y por qué no? La historia es en realidad una lucha de poder y de intereses en el que Ariadna sale, para variar, perdiendo. Ella no tenía voz y nosotros se la hemos dado. Es una cuestión, para mí, de justicia literaria. “Ariadna” es mucho más que alguien que ha sido abandonada por su enamorado. Es una mujer que se está buscando a sí misma, que reflexiona, que trata de superar los hilos del pasado para tejerse una nueva vida. Ella sola, sin la ayuda de nadie.
Hablamos de una protagonista femenina y de un personaje de la literatura poco visibilizado. ¿Te identificas con el feminismo? ¿Consideras que Ariadna se circunscribe al cine, digamos, con perspectiva de género? ¿Pensaste en esto al momento de realizar este corto?
—No creo que el cine ni ningún otro arte haya que abordarlo desde una perspectiva de género. “Ariadna” narra un sentimiento —o varios— que pretenden llegar a ser universales, alejados del género masculino o femenino. Eso sería reducirlo y encorsetarlo. Para mí es importante dar voz a quienes no la tuvieron. Es una reivindicación y, como he dicho, una cuestión de justicia literaria.
Eso es en cuanto al guion. En la vida real y como directora, ¿qué podrías decir sobre la violencia machista, los micromachismos o la falta de equidad de género en el ámbito del cine?
Como mujer, sinceramente, me encantaría que llegase ese día en que nunca más se preguntara eso. Significaría que habríamos erradicado la violencia a las mujeres y que habríamos crecido como sociedad. Como directora, creo que lo seguimos teniendo más difícil que ellos, se nos exige más. No es por recurrir a un tópico, es la realidad que nos rodea, pero solo hay que asomarse a la historia del cine reciente y ver quién hace las superproducciones o quiénes son más premiados. Por no hablar de la desigualdad salarial, claro. Los números no mienten y no creo que sea una cuestión de “talento”, más bien considero que a muchas no se les da la oportunidad.
Hada es contundente. El cariño de lo que se consigue a base de empeño se refleja en cada una de sus palabras. La frase con la que cierra esta entrevista resume el desafío de Ariadna y el de cualquier mujer en el siglo XXI: “Aplaudo a aquellas que están abriendo un camino entre tanta oscuridad y están luchando por romper esos techos, como Isabel Coixet, Gracia Querejeta, Leticia Dolera, Icíar Bollaín o Paula Ortiz. Tenemos mucho que contar”.
Ficha técnica:
Género: Drama/Intimista
Duración: 5.55 minutos
Lugar de rodaje: Bodega El Hilo de Ariadna (Grupo Yllera), Rueda (Valladolid).
Director: Hada Torrijos
Intérpretes: Amanda Solar y Jorge Usón
Productora: Hada Torrijos y Enrique Varas Guión: Enrique Varas
Arte: Rodrigo Correa Sonido: Estudio Robin Groove
Música: Original de Luis Barreu
Montaje: Almudena Comino y Koldo Izaguirre
Fotografía: Almudena Comino
Hada Torrijos: es graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza.Se considera una contadora de historias que “no concibe la vida sin literatura y cree que las palabras son el mejor vehículo para traspasar fronteras y romper techos”.Realizó un Máster en Escritura Creativa en la Universidad Complutense de Madrid y descubrió el oficio de cineasta en la Escuela de Cine Un Perro Andaluz de Zaragoza.Actualmente, realiza la producción de la obra teatral El escritor y la musa de Roberto Martín, en cartel desde junio de 2017 en Madrid. También ha participado como cámara en la webserieAmor a ratos, todavía en postproducción.