Una crítica a la sociedad detrás de una mentira
Sofía Villanueva//
Diario de un vacío es la primera novela de la autora japonesa Emi Yagi.
Emi Yagi (1988) es una de las autoras revelación de Japón. Su primer libro, Diario de un vacío, la ha convertido en una de las escritoras más prometedoras. Su obra ganó el Premio Dazai Osamu, que se otorga al mejor debut literario del año.
Diario de un vacío sigue la vida de Shibata, una mujer de 34 años que trabaja en una oficina rodeada por hombres. Cansada de que la traten como una sirvienta por ser la única mujer, y harta de salir del trabajo más tarde de lo que le corresponde, informa a sus compañeros de que está embarazada. A partir de ese día su vida cambia, el falso embarazo le proporciona más tiempo libre que le ayuda a dedicarse tiempo a sí misma y a su vez, deja de sentirse sola por la compañía de ese bebé fantasma. La novela narra el día a día de la protagonista que, una vez liberada de cargas innecesarias en su trabajo, descubre y critica la sociedad en la que vive.
Shibata se descarga una aplicación para seguir las fases de su falso embarazo y así poder llevar a cabo su engaño lo más realista posible. Por ese motivo, el libro se divide en capítulos que simulan un diario de embarazo. Cada capítulo lleva por nombre la semana de gestación en la que se encuentra y la protagonista cuenta lo que hace en ese periodo de tiempo, la evolución en el entorno laboral y en el personal.
La idea puede parecer simple: una mujer finge un embarazo y tiene que mantener esa mentira si no quiere sufrir consecuencias. Pero la novela va mucho más allá, el engaño solo es la excusa que usa la autora para hablar sobre el papel adjudicado a la mujer en la sociedad japonesa. Realiza un retrato sin filtros del Japón contemporáneo y muestra lo marcado que está el rol de la mujer en relación con la maternidad y las obligaciones familiares que se les imponen. El tono irónico e incluso humorístico con que narra la autora provoca la risa en algunos momentos, pero en otros hace gritar de rabia.
Una crítica de la sociedad nipona
Emi Yagi muestra lo patriarcal que sigue siendo la sociedad japonesa. A Shibata en el trabajo no la tratan como a una igual, ni la toman en serio y la explotan sin piedad para todo: “Nadie me ha dicho en ningún momento que ese sea mi trabajo, pero si no lo hago alguien me dice: ‘Microondas’. Yo no soy un microondas. Nadie se mueve, pero sí noto miradas de reprobación”. Shibata busca librarse de las convenciones y por eso utiliza su arma secreta nacida de la sensación de opresión e injusticia en la que trabaja, que le asegurará atención y consideración. Cuando se “queda embarazada” sus compañeros hacen el trabajo que le habían impuesto silenciosamente a ella, también la dejan irse a su casa a la hora que realmente le corresponde e incluso comienzan a interesarse por su vida. Sin embargo, Shibata reflexiona: “Más que la hora de la salida, lo que de verdad les preocupa es saber quién se encargará de los cafés”.
La soledad es otro tema que toca y está muy ligado también a la creación de ese engaño. La protagonista se siente sola y deja constancia de ello en muchos momentos, pero a medida que pasa el tiempo el niño vacío que lleva dentro la hace sentir acompañada. A raíz de esa mentira conoce a nuevas personas como sus compañeras de Aeróbic para futuras madres que la acogen. La autora hace reflexionar al lector sobre cómo la sociedad japonesa rehúsa de las mujeres solteras de más de 30 años y cómo cambia esa perspectiva cuando se quedan embarazadas. Cómo con esa mentira consigue hacerse un hueco y encajar en la sociedad, y formar parte de algo, además de ganarse la atención y el cariño de los que antes carecía.
Se contraponen dos tipos de madres: las solteras y las casadas. Shibata representa a la primera y a través de ella se observa el tabú que existe alrededor de ese tema: “No me han dicho ‘¡Enhorabuena!’, ni han preguntado ‘¿Es niño o es niña?’. Seguro que no se atreven porque no estoy casada”. En distintas ocasiones se describen como incómodas las caras de sus compañeros al mencionar que no está casada. Además, por este mismo hecho la protagonista duda acerca de si recibirá la ayuda por hijo que se suele otorgar. Para ahorrarse comentarios y malas caras llega al punto de mentir a las nuevas mujeres embarazadas que conoce y afirma estar casada.
Por otro lado, se encuentran las madres casadas. A estas se les impone la obligación del cuidado del bebé, en cambio, los padres creen que no tienen la misma responsabilidad y solo están de apoyo: “Ya sé que desde una perspectiva fisiológica solo yo puedo dar a luz, pero una vez nacen los niños estamos en igualdad de condiciones”, explota una de las amigas de Shibata que se queja de la poca ayuda que recibe de su marido. La respuesta del hombre siempre suele ser que tiene mucho trabajo, pero la autora expresa: “¿Se te ha ocurrido pensar un segundo en la posibilidad de pedir una baja por paternidad para hacerte cargo tú y que yo pueda trabajar?”.
Diario de un vacío genera desconcierto, pues la autora juega al despiste con los lectores, al igual que la protagonista miente al resto. Hay momentos en los que en la lectura cuesta mucho diferenciar qué es real y qué es mentira. Al principio los lectores son los compinches de Shibata, ya que solo ellos son conocedores del falso embarazo, pero a medida que avanza el libro la barrera de la verdad se difumina y la protagonista hace comentarios que despistan y hacen pensar que realmente está embarazada, puede interpretarse como que ella misma está empezando a creerse su engaño. Este juego que lleva a cabo la autora consigue que el final sea sorprendente y extraño al mismo tiempo.
Emi Yagi crea una obra con un mensaje más profundo de lo que parece a simple vista. Se trata de un altavoz contra los abusos y las injusticias de la sociedad japonesa. Una pequeña revolución personal que permite a la protagonista recuperar su tiempo para conocerse a sí misma y así, liberarse y darse cuenta de los aspectos que no va a volver a aguantar. Se trata de un libro provocador, aunque en alguna ocasión la crítica se trata superficialmente. Sin embargo, la autora abre caminos interesantes que hacen reflexionar al lector.
Ficha técnica:
Título: Diario de un vacío
Autora: Emi Yagi
Editorial: Temas de Hoy (Editorial Planeta, S. A.)
Año: 2022
Traductores: Fernando Cordobés y Yoko Ogihara
Número de páginas: 176
Tenéis más reseñas en la página de Zero Grados por si os habéis quedado con más ganas de leer.