Indie y música electrónica: polos opuestos que convergen en un mismo festival

Montse Rodrigo//

Tras una semana de multitudinarios conciertos, el Arenal Sound echa el cierre con una afluencia de más de 50.000 personas diarias. Las apuestas por una combinación variada de géneros musicales convierten al festival en uno de los mejores valorados de la temporada estival de 2014.

El BBK, el BBF, el Monegros Desert Festival o el FIB han convertido a nuestro país en el destino más atractivo de este verano. Si los turistas extranjeros veían ya a España como uno de los lugares más placenteros – y soleados- en el que poder disfrutar de sus vacaciones, ahora su visión positiva ha mejorado notablemente con el éxito de los festivales de verano. Ya no hace falta trasladarse hasta Bélgica para poder disfrutar de la música electrónica del Tomorrowland – festival que congrega a los mejores DJs del mundo-; existen distintas alternativas dentro de la península, y a precios mucho más asequibles.

El Arenal Sound puso fin a su cartel el pasado domingo 4 de agosto tras una semana de conciertos sin pausa. Un éxito reflejado en la afluencia de gente –más de 250.000 personas- y que ya se preveía desde antes del comienzo del festival. Una interminable cola de jóvenes se acumulaba en las puertas del recinto el lunes 28 de julio, un día antes de abrir sus puertas. Despliegues masivos de tiendas de campaña y reuniones alrededor de una mesa –acompañadas de un par de cervezas- amenizaban la larga espera a los asistentes que afrontaban una noche a la intemperie para escoger el mejor sitio en el que asentar el campamento que se convertiría en su casa durante una semana.

La enorme fila esperando entrar en las puertas del recinto. Fuente: M.R
La enorme fila esperando entrar en las puertas del recinto. Fuente: M.R
La vida de camping, ¿La vida mejor?

Un festival de esta índole no sería lo mismo sin un camping – en este caso dos: camping Arenal y camping Malvarrosa- en el que asentar el campamento base. Las tiendas de campaña de todos los tamaños, formas y colores posibles se convierten en el hogar en el que hacer vida durante una semana. Algunos están mejor preparados que otros –la experiencia de otros años les ha ayudado a mejorar sus condiciones de vida y supervivencia-, y entre sus pertenencias se encuentran colchones hinchables, mesas, sillas, farolillos, cuerdas y pinzas para tender la ropa e incluso algún camping gas –están prohibidos pero siempre se cuela alguno-. Para comer existen dos posibilidades distintas: comprar la comida en un supermercado cercano o en los puestos colocados dentro del propio recinto y que ofrecen platos variados, desde arroz a la cubana hasta muslos de pollo con patatas, por tres y cuatro euros. Y para la higiene personal, cada recinto cuenta con una zona de baños portátiles y otra con duchas que, aunque la temperatura del agua no es precisamente agradable, ayuda a refrescarse a todo aquel que viene de disfrutar de unas cuantas horas bajo el sol. Los más exquisitos pueden pagar dos euros por acceder a un baño “vip” y cuatro por ducharse dentro de una cabina y no al aire libre. Pero sin duda, lo que más éxito ha tenido han sido las casetas destinadas a la carga de móviles y que ofrecían baterías portátiles para que los jóvenes estuvieran siempre conectados a la red. Son pocos los que logran desconectar en su totalidad, aunque algunos sí lo consiguen sustituyendo las conversaciones vía whatsapp por las conversaciones cara a cara con los vecinos de las parcelas contiguas. Horas de convivencia que, en algunos casos, se convierten en amistades  forjadas a lo largo de la semana.

Un cartel para todos los gustos

Personas de todas las nacionalidades –aunque alrededor de un 90% eran españoles- que convivirían unos con otros compartiendo no solo la parcela del camping sino también experiencias personales y gustos musicales. Gustos muy variados, pues el cartel del festival ofrecía música para todos los públicos y oídos, desde los españoles Love of Lesbian, Iván Ferreiro y Russian Red -entre otros- hasta reconocidos grupos internacionales como Crystal Fighters o DJs de la talla de los zaragozanos Meganimals –de reciente creación-, Zombie Kids, Djs From Mars o Space Elephants, quienes cerraron el festival. Pero sin duda, La Pegatina fue el grupo que más hizo mover el esqueleto a los jóvenes que asistieron a su concierto el jueves 31. Los catalanes afianzados en el terreno de la rumba y el ska ofrecieron a su público lo mejor de ellos: su música. Y fueron los encargados de crear el mejor ambiente puramente ‘festivalero’ con conocidas canciones que todo el mundo coreaba como “Mari Carmen” o “Lloverá y yo veré”, tema que da nombre a su última gira. La banda británica Bastille, encabezada por Dan Smith, no se quedó atrás, convirtiéndose en uno de los grupos clave de todo el festival. Sus conocidos y pegadizos temas “Things we lost in fire” o “Pompeii” revolucionaron a sus fans convirtiéndolos en una masa que alzaba las manos y se movía al mismo ritmo que el compás de las canciones.

En definitiva, una semana de conciertos que ha dado vida al municipio castellonense de Burriana – el impacto económico es considerable para todos los establecimientos, sobre todo bares y supermercados- y ha acercado a los jóvenes a sus grupos favoritos. En algunos casos, ha afianzado su pasión y fanatismo por algunas bandas y, en otros, ha descubierto terrenos desconocidos para personas que, desde este momento, comenzarán a escuchar la música de la que han podido disfrutar esta semana. Muchos asistentes esperan ya la llegada de la próxima edición del festival, con unas expectativas muy altas, ya que el balance general del Arenal Sound es más que positivo. Mientras tanto, podrán seguir disfrutando de otros festivales como el Rototom Sunsplash, festival reggae que se celebrará en Benicassim del 16 al 23 de agosto.

Camping de Malvarrosa tras finalizar el festival. Fuente: M.R
Camping de Malvarrosa tras finalizar el festival. Fuente: M.R

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