La Artmósfera de Grañén: un circo llevado al campo para desconectar
Texto: Nerea Gómez Meléndez y Ana Monreal Embid/ Geógrafo: Jesús Muñoz//
Artmósfera es un proyecto que une el espíritu circense con la sostenibilidad de su acción. Berta y Nacho llegaron a Grañén desde Chile para abrir una residencia de artistas y poder ofrecer sus espectáculos de calle. Cinco años después han superado todas sus expectativas.
Son 225 m2, colchonetas de diferentes tamaños, guirnaldas de colores y con un gran mural naranja y amarillo que emula al sol. Situado al borde de la carretera y rodeado de campos de cultivo. Alejado de las distracciones, el olor a tierra y el silbido de los pájaros invitan a desconectar. Más de 100 artistas internacionales y 25 compañías han actuado aquí.
Nadie imagina que un espacio tan singular se ubique en el entorno de Los Monegros, en Grañén. Suena a olvidado, solitario y desierto. Suelos pedregosos, lagunas y balsas, un paisaje que absorbe y enamora. Entre segadoras, tractores y cosechadoras se cuelan zancos, diábolos y un monociclo. Sorprende que un centro artístico se encuentre en mitad de la nada. Fue hace cinco años cuando Berta y Nacho decidieron crear Artmósfera. Con una idea, mucho entusiasmo y ganas para desarrollar un proyecto de vida. Ni Berlín, ni Roma ni Santiago de Chile, donde ambos vivieron durante años, estuvieron a la altura para iniciar su proyecto. Querían alejarse de las grandes urbes, “más que elegir la zona, Monegros nos eligió a nosotros”.

Una finca agrícola como centro de operaciones
Es una antigua finca agrícola con grandes espacios tanto para vivienda como para entrenar y crear. Un lugar dedicado a la creación, enseñanza y aprendizaje de las artes escénicas, pero también abierto a cualquier disciplina. “No es solo una residencia artística”, continúa Berta. Es una asociación que ofrece espacio para creaciones, retiros y cursos. Además, produce sus propios espectáculos, organiza eventos y festivales. Proyectos siempre orientados a dinamizar con arte y cultura el medio rural. Lo que viene a ser una atmósfera artística en condiciones, de ahí el nombre Artmósfera.
Su objetivo principal es llevar a cabo sus proyectos creativos y poder ofrecer el espacio a otros artistas que buscan la tranquilidad de crear en la naturaleza. Aquí convive gente que sabe ir en “tricicleta” y hacer malabares. Miembros de compañías de circo, teatros de calle y danza viajan hasta Grañén para preparar sus espectáculos. “Aquí siempre hay gente, por eso no nos sentimos solos, aunque estemos alejados de todo” asegura Berta.
“Pensaban que estábamos locos”, ¿a quién se le ocurre crear un circo en Los Monegros? Cuando los vecinos escucharon que el circo llegaba a Grañén, decidieron involucrarse. Aunque no fue de la manera más esperada. Les ofrecieron una pareja de burros para que formase parte del espectáculo. Ellos no sabían todavía que Artmósfera se aleja de la antigua idea de circo, “Ahora la cosa ha cambiado”. Conforme conocieron la iniciativa y empezaron a llevar actividades a los pueblos su mentalidad cambió: “Nos han recibido y nos tratan con mucho cariño”.
A pesar de esta acogida, “El ayuntamiento de Grañén no se ha involucrado ni volcado mucho” en el desarrollo del proyecto. Los que sí que lo han hecho son los pueblos cercanos. A 6 kilómetros de Artmósfera se encuentra Robres. Este pueblo siempre cuenta con la compañía para realizar actividades. Han llegado a crear espectáculos y actividades a demanda para ellos. Es aquí cuando realmente los artistas se dieron cuenta de que el trabajo dejaba huella en el entorno. “Nos felicitan y apoyan en todo lo que hacemos”, afirma Berta orgullosa.
Aragón y la falta de ayudas para la cultura
Artmósfera es un proyecto autogestionado que nació y crece gracias a la dedicación y al esfuerzo de sus creadores. Sin dejar de lado el apoyo de la gente que les rodea, familia y amigos que “siempre que los hemos necesitado han estado ahí para echar una mano”.
No han recibido ningún apoyo económico institucional y en parte, dan las gracias de no depender de un recurso que se puede acabar y poner en peligro el proyecto. “Si no has sido capaz de mantenerlo a flote por tus propios medios, será difícil mantenerlo”. En Aragón son pocos los apoyos que hay a favor de la cultura en el medio rural a pesar de los constantes discursos pro España vaciada. “Si no cuentas con nada, la creatividad y la dedicación se multiplican y esa es la clave para mantenerlo a largo plazo”.
Artmósfera genera impactos positivos en el entorno rural, desarrolla soluciones nuevas y creativas para llevar la cultura a otros lugares. Su ubicación privilegiada entre la Comunidad de Madrid, Cataluña, País Vasco y Francia, potentes escenas culturales que facilitan la presencia de artistas en la zona.
Una iniciativa sostenible por sus exigencias sociales, económicas y medioambientales. El caché de sus proyectos se adapta al presupuesto variable de cada localidad con el objetivo de que ningún territorio se quede sin cultura. No quieren que el número de habitantes condicione la presencia de arte en sus calles. Y lo consiguen con creces. Están abiertos a recibir nuevas propuestas y a seguir adaptando su oferta de actividades a las necesidades de cada uno.
Con su innovadora y efectiva forma de trabajar han conseguido crear un espacio auténtico. Todo lo que han construido y transformado en la finca ha sido con sus propias manos y con materiales de desecho que han recuperado a lo largo de los años. Gracias a esto han logrado equiparla con suelo de parqué, un gran espejo en el fondo de la sala y puntos de anclaje en el techo para practicar disciplinas aéreas de poca altura. Cuentan con dos salas de ensayo.

Sin embargo, lamentan el hecho de estar de alquiler, que no les ayuda. “No hay opción de compra y son instalaciones muy viejas que no han tenido mantenimiento durante años”, recalca Berta. Tampoco ayuda que el dueño se niegue a hacer mejoras y no le importe el estado de la finca. “Tenemos que estar arreglando y mejorando cosas continuamente, parece que nunca terminas”. De forma que no pueden invertir demasiado en un espacio del que algún día tendrán que irse. “De ahí que todo lo hagamos nosotros, reutilizando y transformando materiales”. Una forma económica, pero original de mejorar las instalaciones.
Una iniciativa replicable que sirve de modelo para desarrollar políticas, iniciativas y actuaciones en otros lugares del mundo. Algo que no descartan realizar en un futuro si llegado el momento tienen que cambiar de ubicación: «Sabemos que igual que ha funcionado aquí puede funcionar en otro lugar”. De momento no han encontrado otro espacio de características similares para desarrollar su labor.
El sector de espectáculo y el coronavirus
El confinamiento supuso un parón obligatorio en sus actividades. Justo cuando el proyecto despegaba llegó la pandemia. Los pueblos no podían programar actuaciones artísticas y culturales, por lo que su trabajo se paró. Tampoco podían ir a trabajar en las instalaciones. Con lo que la principal actividad y fuente de ingresos de Artmósfera desapareció por completo. Sí hay un sector que puede reinterpretar una cuarentena y convertirla en un momento de inspiración, son los artistas. Con una actitud siempre muy positiva y optimista, Berta y Nacho aprovecharon para trabajar de puertas para adentro.
“Existía el miedo por si después de ese parón íbamos a poder llegar al nivel de actividad que estaba previsto”. En sus instalaciones desarrollaron nuevos espectáculos y se prepararon para volver a la actividad en cuanto se pudiese.Y tanto que lo consiguieron, llegaron a multiplicar el nivel de actividades planeadas.
MAR Mujeres Artistas Rurales
Un año de parón que, a pesar de lo duro que fue, les ayudó a desarrollar proyectos nuevos como MAR y para crear nuevos formatos de espectáculo. “Tienes tiempo para pararte a pensar y surgen cosas”. MAR (Mujeres Artistas Rurales) es uno de los proyectos que nació durante este periodo de aislamiento. La iniciativa conecta a artistas y artesanas del medio rural aragonés y tiene tres ejes principales. La página web da visibilidad a 304 mujeres, los encuentros y formaciones potencian y fortalecen la red de mujeres. Y, por último, una serie de eventos y festivales para mostrar y promocionar los trabajos de estas.
El 21 de mayo se celebra la segunda edición del MAR festival, este celebra cada edición en una comarca diferente. Este año ha tocado en Magallón (comarca Campo de Borja). Un día de celebración y para todos los públicos, lleno de exposiciones, un mercado artesanal, conciertos, espectáculos, talleres, recital de poesía y una muestra audiovisual. Este festival abarca 13 comarcas, pero tienen la idea de llegar a 33. Con el objetivo de crear una plataforma digital en la que a través de un mapa estén localizadas todas las artistas.
SlowLife Rural Camp y VoluntariARTE
Además de estos proyectos, la atmósfera rural y artística del entorno es idónea para aprender y desarrollar valores sostenibles desde la educación no-formal y la creatividad. Cuentan con el programa de intercambio juvenil (SlowLife Rural Camp). Un proyecto en el que participan 24 jóvenes de España, Italia, Francia y Polonia. Se desarrolla durante 12 días de agosto o septiembre en los que los implicados aprenden a desarrollar ideas sostenibles y beneficiosas para el entorno rural. En la residencia de artistas se ponen en práctica conocimientos sobre medioambiente y cambio climático. Se aprende sobre agricultura ecológica, cocina saludable, reciclaje creativo y rutinas físicas. Toda la experiencia tiene el objetivo de demostrar los beneficios de una vida más pausada, menos consumista y más amigable con el medio ambiente.
Otra opción para poder participar en esta institución artística de Los Monegros es apuntarse a VoluntariArte. Tres voluntarios procedentes de Alemania, Italia y Bélgica trabajan con la compañía durante nueve meses y dan apoyo a las actividades de la residencia.
Ya no sorprenden los 225m2. Es necesario un gran espacio para albergar esta iniciativa que lucha por la presencia de arte y cultura en los pueblos de Aragón. Los Monegros se han convertido en la guarida secreta de esta pareja de pioneros. Con una idea, el apoyo de su círculo más cercano y las ganas de llevar la contraria al resto de compañías que optan por las grandes urbes. Artmósfera se ha convertido en un proyecto lúdico e inclusivo en el desarrollo territorial imprescindible para la comarca.
Este reportaje se incluye en el Proyecto Innovación Docente 2021 PIIDUZ_1 “Comunicar buenas prácticas de desarrollo territorial en la Unión Europea en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible” de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza.