La realidad oculta tras el arte inacabado

Sofía Villanueva y Marina Peco//

La exposición “Non finito. El arte de lo inacabado” da a conocer algunas obras de arte que el mundo ha ignorado a lo largo de la historia.
¿Cuántas veces has empezado un proyecto y lo has dejado sin acabar? ¿Has sentido que lo que hacías no era suficientemente bueno? ¿Se ha visto opacado tu éxito por sentir que no vales? ¿Te han vencido las inseguridades y tus ideas no han visto la luz? Estas y otras cuestiones se plantea la exposición: “Non finito. El arte de lo inacabado”.

La exposición “Non finito. El arte de lo inacabado” recién llegada a Zaragoza de la mano de CaixaForum nos invita a conocer ciertas obras que la historia ha olvidado durante años o las ha considerado irrelevantes por no estar acabadas. Incluso los grandes artistas alabados por la sociedad han creído que su trabajo no era válido y lo han abandonado. La exposición recoge algunas de estas obras inacabadas para reflexionar sobre su valor artístico. “Non finito. El arte de lo inacabado” estará disponible hasta el 29 de mayo.

Las más de 90 obras se reparten en seis salas diferenciadas dependiendo de las causas por las que están inacabadas. Entre estas: insatisfacción personal del artista, bocetos que les sirven para realizar sus cuadros finales, obras que se vieron interrumpidas por causas externas como una enfermedad, cuadros en los que los artistas buscaban que la belleza residiera en lo inacabado, esculturas en las que lo primordial no era que estuvieran completadas, además de otros motivos.

Un recorrido por las obras inacabadas

La primera sala, El encanto de los comienzos, está dedicada a los bocetos y a las obras abandonadas por sus artistas. Esta es la sala a la que más importancia le da la exposición por su multitud de cuadros y esculturas en comparación al resto. Además de que se ajusta muy bien a la definición de “Non finito. El arte de lo inacabado”. Los bocetos exponen las primeras pinceladas de los artistas antes de concluir su obra maestra. En esta área se muestra una plantilla de una bailarina de Pablo Gargallo. Este artista antes de realizar sus esculturas en hierro hacía muestras en cartón para experimentar. En este caso, Gargallo quería averiguar las posibilidades posturales y movimientos de su bailarina. 

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La exposición recoge pinturas de Vincent Van Gogh. El holandés antes de realizar su cuadro “Los comedores de patatas”, dibujó a lápiz el rostro de una de las campesinas que formaban parte de la pintura final. Con ella quería perfeccionar sus expresiones faciales y conseguir que el cuadro pareciera pintado con tierra.

El artista Giovanni Battista Tiepolo dejó inacabada su obra “Éxtasis de María Magdalena” cuando solo estaban dibujadas las siluetas de los personajes con carboncillo. Joaquín Sorolla no pudo seguir pintando el Retrato de Mabel Rick” debido a una enfermedad. Un día intentó continuar el cuadro, pero la mano no le respondió y nunca más volvió a pintar.

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La segunda sala, Abreviaturas, recoge obras inacabadas y perfectas en este no finitud. Las obras tienen en común que artistas como El Greco y Gaspar de Palencia dieron rienda suelta a su imaginación y abrazaron el caos. Este último realizó el cuadro “Jerusalén” en el que usó el arte abstracto que requiere que el espectador se pare a mirarlo detenidamente para entenderlo.

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El mito de la torre de Babel está recogido en la tercera sala. Estas obras reflejan el enfrentamiento entre la idea de los artistas y la realidad, que revela en ocasiones la imposibilidad de llevar a cabo la imagen preconcebida de un proyecto. Para ejemplificar este concepto la sala está llena de reproducciones de la torre de Babel de artistas como Brueghel.

En la cuarta sala, Metamorfosis, exponen obras completadas, pero que al ojo del espectador puede parecer incompleta porque les falte una pieza o por cómo reflejan el cambio. El estudio de treinta imágenes del movimiento del humo realizado por Étienne-Jules Marey indica el continuo cambio de la dirección del humo cuando una persona fuma. 

Ballester quiso reflejar la idea del elemento vacío en el cuadro, para ello realizó la impresión digital “Fantasía italiana”. En ella reproduce “El nacimiento de Venus” de Botticelli con la ausencia de los elementos principales, la diosa Venus y las personificaciones del aire, tierra y agua, únicamente aparece el fondo con la famosa caracola. Lo combina también con el cuadro “La anunciación” de Da Vinci del que toma prestado su paisaje boscoso. 

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En La erosión, las obras que aparecen están de una forma u otra inacabadas por culpa del paso de los años. Se expone cómo el tiempo puede estropear las obras. Ese es el caso de la escultura de Apolonio de Atenas, “El torso de Belvedere”, que estuvo durante muchos años al aire libre y puede parecer inacabada cuando lo que está es deteriorada.

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La última sala abarca el reverso del non finito: el Infinito. A lo largo de la historia, los creadores han representado en sus pinturas, fotografías y esculturas su concepto sobre el infinito. Jacqueline Nonkels-Delcourt representa el infinito con un cuadro en el que se observa a una persona pintando un lienzo, que a su vez se está pintando a sí mismo en ese lienzo, lo que crea un bucle eterno. En cambio, Hirosi Sugimoto fotografía el océano como sinónimo del infinito porque el horizonte nunca se completa. La exposición ha querido cerrar con esta idea para demostrar que lo eterno también queda inacabado.

Los temores presentes a la hora de crear

La exposición hace pensar al espectador sobre la perfección que hay en lo inconcluso. Obras que habían pasado desapercibidas a lo largo del tiempo cobran importancia en esta exhibición que las considera obras de arte. 

Los artistas, a menudo, han dejado sus proyectos sin terminar debido a inseguridades. Las inseguridades se pueden manifestar a través del bloqueo del escritor y del síndrome del impostor. El bloqueo provoca la pérdida de la capacidad creativa, por lo que los trabajos quedan a medias y pueden pensar que no son suficientemente buenos. El síndrome del impostor genera un sentimiento de inferioridad que impide disfrutar plenamente del éxito conseguido.

En la exposición se aprecia cómo pintores, escultores y fotógrafos exitosos han padecido estos síndromes en alguna etapa de su vida y han dejado los trabajos sin completar. Sin embargo, la exposición da la oportunidad a los espectadores de ver el talento detrás de esas obras. De esta manera pueden llegar a apreciar la belleza de un trabajo inacabado, que en ocasiones es mejor que el resultado final.

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