No es “otra” charla de feminismo
Candela Canales, Irene Ibáñez y Loli Luzón//
El espíritu del 8M ya está en el aire, y la Asociación de Periodistas de Aragón ha decidido empezar sus actividades “reivindicativas” con un taller impartido por Ana Requena. Para quien no la conozca, Requena es la primera redactora jefa de Género en España, y por eso el pasado 18 de febrero visitó Zaragoza, para contarnos cómo lleva a cabo su trabajo y cómo la perspectiva de género tiene que estar presente en todos los medios.
Unas pocas personas llegamos el 18 de febrero hasta el entresuelo del número 9 de la Calle Cinco de Marzo, sede de la Asociación de Periodistas de Aragón. Ana Requena, redactora jefa de Género en eldiario.es, llegaba desde Madrid justo a tiempo para impartir el taller de periodismo y comunicación con perspectiva de género. Ana Gaspar, Jefa de Servicio de Igualdad del Ayuntamiento de Zaragoza, presentó a la que nos daría las claves para un buen periodismo feminista.
Ana Requena abrió su portátil; dos pegatinas acompañaban a la típica manzana que todos conocemos. “Male tears” (lágrimas masculinas) y “riot” (revuelta), mensajes que ya decían mucho de lo que íbamos a escuchar. Todas estábamos allí por el periodismo, por la comunicación, pero ante todo, por el feminismo. Una periodista de la comarca del Matarraña comentó, “vengo aquí a aprender cómo dar voz a las mujeres, porque parece que en mi comarca solo hay hombres mayores y blancos”. Otra profesional de la comunicación explicó “me gustaría no solo formarme yo, sino intentar formar a mis compañeros, que es el gran problema”. Aquella mañana, 15 mujeres y dos hombres, llegamos con ganas de aprender a informar con igualdad.
“No solo es importante el número de veces que aparecemos, sino también cómo aparecemos”
Nosotras siempre somos las novias de, las mujeres de o las hermanas de, somos la sombra de otra persona, de un hombre. Así es como nos representan los medios de comunicación. En palabras de Requena, “seguimos apareciendo muy relacionadas a otra persona, o como amas de casa o como personas sin especificar su ocupación”. Y si no, que se lo pregunten a Carolina Marín, que en el momento en el que había llegado hasta lo más alto en el mundo del bádminton se encontró con titulares como “Y hasta se ha echado novio”, “Rivas, el hombre que convirtió en oro las rabietas de Carolina”, o “La niña que admira a Nadal”.
Las referencias a la vida privada, al aspecto físico o a la forma de vestir son formas un poco “sibilinas” de representar a la mujer, “los hombres aparecen más representados por lo que hacen y ellas por lo que son”. Y ¿por qué? la respuesta nos la dio Ana Requena: “porque vivimos en una sociedad machista, patriarcal y androcéntrica”.
“Nadie tiene una varita mágica para saber exactamente cómo se hace todo”
Escribir con perspectiva de género no es una ciencia exacta. Requena trajo consigo algunas claves para emprender un periodismo más igualitario.
“Hay que empezar a poner en la agenda problemas que les pasan a las mujeres, sin pudor. Parece que lo que nos ocurre a las mujeres no es importante”. Para ello debemos replantearnos qué es política o qué es economía. Asuntos como la tipificación de los delitos sexuales, la brecha en las pensiones o los cuidados, son también informaciones “duras” aunque sus protagonistas no siempre sean hombres. Economía no es solo el Ibex 35.
Ni los hombres son siempre albañiles o policías, ni las mujeres son siempre profesoras o enfermeras. Hay que “visibilizar la actividad de las mujeres y visibilizar a los hombres en otros roles”. Pero “representar no quiere decir ensalzar, quiere decir que podemos hablar de los hombres como cuidadores”. Se trata de representar por igual a las mujeres y a los hombres, hasta que ver a un hombre cuidando a un bebé o a una mujer arquitecta sea algo normal.

Las mujeres, los niños y los ancianos primero. Es una frase que todas hemos escuchado alguna vez sin plantearnos su verdadero significado: la mujer como un grupo vulnerable. Así se nos representa en muchas ocasiones en los medios de comunicación con titulares como: “Rescatados 97 inmigrantes, entre ellos 20 mujeres y 2 niños”. En este sentido, Requena afirmaba que “las mujeres no somos un colectivo”. Somos el 50,97% de la población española, sin embargo continuamos encontrándonos noticias que se preguntan “¿Cómo de determinante será el voto femenino en las elecciones andaluzas?”, que nos mete a todas en el mismo saco. “Las mujeres no hacemos las cosas solo en tanto que mujeres, no podemos pensar que todas las mujeres por el hecho de ser mujeres se van a comportar igual”.
“La perspectiva de género no es información para mujeres, no es hablar solo de mujeres”
Es la herramienta principal del periodista, el instrumento con el que “analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera específica, con sus similitudes y sus diferencias”, es la perspectiva de género. Podemos hablar de Ana Requena como la impulsora de esta herramienta en España, al convertirse en la primera redactora jefa de género en el país. Pero no se trata de incluir apartados llamados “mujeres”, “en femenino” o “ellas”, se trata de incorporar la perspectiva de género de forma transversal en todas las secciones de un medio.
“La violencia de género no solo son los asesinatos, el reto es cómo contarla de una manera más amplia”. Ahora lo que se lleva es humanizar a las víctimas, entrar en detalles hasta incluso alcanzar una prensa amarillista. Explotar lo truculento, la muerte a martillazos, las 50 puñaladas o la cronología de la muerte de una mujer. Hemos caído incluso en la rutina, “no es otra mujer asesinada”, como subrayó Requena.
La perspectiva de género llegó para retar convicciones, tradiciones, poner en cuestión distintas formas de hacer las cosas, las rutinas. Ana Requena se ha encontrado con varias resistencias a lo largo de su carrera profesional. “Hace diez años había debates que ni siquiera se daban, era mucho más complicado para las periodistas que querían poner en primera línea determinados temas o que querían hacer una crítica. Parecía algo más superfluo, se las consideraba algo así como pepitos grillo que estaban ahí tocando las narices”.
Ahora “estamos en un momento diferente”, afirmó Requena, “mejor que hace 15, 10 e incluso 3 años”. Pero no todo está solucionado. Talleres como el de aquella mañana del 18 de febrero son fundamentales para que poco a poco la perspectiva de género sea una realidad en todos los medios.
El espíritu del 8M ya está en el aire. La “revuelta” feminista volverá a tomar las calles como hace un año. Las periodistas también pararemos, para luchar por la perspectiva de género, por la brecha salarial, por ocupar puestos directivos, por dejar de ser “los pepitos grillo” tocanarices de las redacciones.