Con nostalgia del sur

Fernando Domínguez Pozos//

“En mi tierra veracruzana, sólo quiero tomar café; un poquito de azúcar y caña, pa´ponerme a mover los pies. De la penca de una banana, de su verde y morena piel; ando toda re-enamorada, sólo quiero volverte a ver… ”, es el es el comienzo de la letra de la canción “Mi tierra veracruzana”, de la cantante y compositora mexicana Natalia Lafourcade, originaria de Coatepec, Veracruz, tierra de café con pan, de calles adoquinadas y de un tradicional parque de pequeños placeres, como la venta de churros, elotes, plátanos fritos, bancas repletas de gente y el bullicio tan propio del sur y del veracruzano, para el cual la fiesta es parte de su idiosincrasia. 

Entre Baja California y Veracruz, existe una distancia promedio de 3,400 kilómetros; la primera es considerada la puerta del Pacífico, mientras la otra contempla de frente al Atlántico; en el noroeste las montañas y sus enormes rocas retratan el panorama de cualquier viajero, mientras en el sureste el color verde es un indicativo particular de que has ingresado al estado de Veracruz.

Un ejemplo del artesanal pan de la zona

Desde el Aeropuerto Internacional General Abelardo L. Rodríguez, ubicado a escasos metros de la línea fronteriza en la ciudad de Tijuana, puede tomarse un avión que después de un promedio de cuatro horas de vuelo te conecta con el Aeropuerto Internacional General Heriberto Jara Corona, en la ciudad y puerto de Veracruz. Prácticamente al aterrizar en el puerto la aventura veracruzana comienza, ya que se percibe el aroma a café, la humedad de su clima se hace presente en la ropa y, el bullicio y calidez de su gente, de la familia, del mesero, del que transporta a turistas y de todo aquel que está ahí dando la bienvenida al viajero. 

A tan sólo 15 minutos de distancia del Aeropuerto, siempre que la visita no sea en tiempos de carnaval, se encuentra uno de los sitios emblemáticos del estado de Veracruz, el Gran Café de la Parroquia, espacio de formación de opinión pública por excelencia, visitado por políticos nacionales e internacionales, líderes religiosos, líderes sindicales, artistas, hombres y mujeres de todo el país, que esperan ansiosos el tradicional lechero (café con leche), que es servido tras el tintineo del comensal. Una canilla, una gordita, picadita o una bomba rellena de nata, complementan la visita, al tiempo que la música se hace presente, ya que en el sur siempre hay alguien tocando un instrumento. 

Las famosas «picaditas» del desayuno veracruzano 

El Puerto de Veracruz, su gente y cotidianidad regalan a todo visitante la oportunidad de bailar, cantar, reír, hablar fuerte y simplemente disfrutar la vida, ya que es una ciudad que confirma la frase de que, en el mar, la vida es más sabrosa. El estado de Veracruz, se conforma por 212 municipios, por lo tanto, las opciones para recorrer y conocer son diversas, pero particularmente la nostalgia de esta columna nos lleva a su capital: Xalapa, llamada ciudad de las flores o la Atenas Veracruzana. Enmarcada por montañas, con calles de subidas y bajadas pronunciadas, la ciudad de Xalapa es sin duda una localidad de jóvenes universitarios, de tradiciones, de chipi-chipi (lluvia ligera y constante), pero ante todo de café, cafeterías y cafeteros. 

La vida cotidiana del xalapeño, comienza con un café, continúa en alguna cafetería de la ciudad y suele finalizar con un café acompañado de pan, porque ¿quién puede ser feliz, sin tomar café? La tradición del café, obedece a la región y su riqueza, ya que el café más rico del mundo se planta, cosecha, tuesta, envasa, se sirve o exporta desde Coatepec, es por ello que cuando a cualquier veracruzano (más aún xalapeño), le sirven una taza de café en otra ciudad o país, suele preguntar ¿si es de Coatepec?, gran orgullo de esa pequeña localidad de casas con techos de teja, matas de café, tardes de lluvia y gente buena. Ahora bien, una taza de café, se disfruta más en compañía, es por eso que, en las calles xalapeñas, las opciones de cafeterías son múltiples y en la mayoría de ellas se encuentra siempre alguna opción musical, desde jóvenes artistas que rescatan la música de trova para las nuevas generaciones, música de son jarocho, grupos alternativos y muchas opciones más.

café_
El café del sur, internacionalmente reconocido

Desde la década de los noventa, existieron opciones de encuentro como el Café Lindo o el Café Chiquito, inmersos en la zona centro de la ciudad, donde familias, amigos y parejas se reunían alrededor de un rico café; hoy existen nuevas opciones, con propuestas innovadoras como es CAUZ-Foro Cultural, espacio creado por jóvenes orgullosamente xalapeños, quienes con talento y calidad han posicionado a este lugar con reconocimiento internacional por su arquitectura y espacios para la presentación musical y artística. Esta inigualable opción se encuentra en la calle de Morelos en esquina con Barragán, nodo que conecta a la Facultad de Artes con el Palacio de Gobierno, sin duda, el arte y la política, dos de las pasiones del veracruzano.

Las tardes xalapeñas nos generan nostalgia porque suelen ser acompañadas de pequeñas gotas de lluvia, que llamamos chipi-chipi, por un cargado tránsito vehicular, que motivan a caminar, acompañados de una chamarra, un paraguas y un café en la mano, ya que como dice en su estribillo Lafourcade “mi tierra veracruzana, sólo quiero volverte a ver, te quiero querer”, recordándonos que a Veracruz y a Xalapa, siempre debemos volver. 

 

Para más artículos sobre el «otro» México, no dejes de visitar nuestra web

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *