Patricia Almarcegui: “Contarlo también es parte del viaje”

Laura Juan y Lucía Pedraza //

Patricia Almarcegui empezó a recibir a los asistentes, la mayoría seguidores de sus obras, 20 minutos antes de que comenzara la presentación de su nuevo libro Los mitos del viaje. Estética y culturas viajeras. El pasado 22 de enero, la familiar librería Antígona se convirtió una vez más en el escenario donde lectores y aficionados a los viajes se reencuentran para escuchar a Patricia. Tan puntuales, que incluso algún rezagado interrumpió la presentación inicial, a las ocho de la tarde la trastienda de la librería ya se había llenado de cajas que servían de asiento a una veintena de personas.

La nueva obra de Almarcegui reflexiona sobre el cambio en la percepción del viaje y su relato: “He cambiado, los sitios han cambiado y los veo más en profundidad”. El libro cuenta con dos capítulos sobre viaje y género y, en particular, lo que significa para una mujer viajar actualmente. Asimismo, la escritora dedica varios capítulos a un decálogo acerca de las características que diferencian al viajero y del turista. Dentro de estas páginas hay espacio para diferentes géneros periodísticos como son la crónica, que ocupa un lugar importante en el libro, y numerosos artículos.


Javier Jiménez, director de la editorial Fórcola, toma la palabra y reflexiona sobre el viaje y lo que es para él visitar nuevos lugares: “Las ciudades son libros que se leen con los pies”. Por esto, Jiménez prefiere viajar a través de la lectura y califica Los mitos del viaje. Estética y culturas viajeras -tercer libro editado por esta casa- como el mejor trabajo de la escritora. Jiménez se ha criado con las aventuras de Tintín y Marco Polo, considera que la literatura de viaje es imprescindible para abrir la mente de las personas e incitar la curiosidad de los lectores por conocer el mundo.

Tras la breve intervención de Jiménez, el escritor Ramón Acín saca sus tres páginas de folio impresas repletas de reflexiones sobre la obra. Antes de comenzar su discurso, avisa a los asistentes de que lo que va a leer son solo insinuaciones y que no va a destripar el libro, porque su intención es que los oyentes lo compren. Para aumentar ese interés, Acín describe el libro como “hondo y profundo”, donde la mirada es la protagonista. Una mirada “más abierta, más sensible y más humana” que construye un relato que parte del placer hasta el pasado, la memoria, la reflexión y la cultura. Aconseja que, al leer este libro, hay que tener lápiz y papel a mano, porque “es un continúo subrayar ideas y apuntar datos”.


La intervención de la periodista Cristina Delgado convierte, de pronto, la presentación del libro en una entrevista en directo con la escritora. “Me he acordado mucho de mi madre -comienza diciendo la periodista-. Mi madre tenía razón: antes, viajar, era excepcional”, pero ahora se ha banalizado. El debate se centra en el turismo y Javier Jiménez no puede evitar contarnos su experiencia en el Palacio de Belvedere de Viena, donde todo el mundo se hacía un selfie con el conocido cuadro de Klimt, El Beso. El resto del museo está siempre vacío. Patricia también reflexiona y elabora en Los mitos del viaje un decálogo sobre las diferencias entre viajar y hacer turismo. Sin embargo, recalca que “todos somos viajeros y turistas” en el mismo destino.

Este diálogo pregunta-respuesta dirige el viaje de Patricia hasta Zaragoza, su ciudad natal. Para ella, la ciudad aragonesa “ya no es dolor, es literatura”. Del mismo modo que le ocurre cuando regresa a cualquier otro lugar del globo, Zaragoza le permite reconocer, ver lo que pasó en esta ciudad. Es por eso que no duda cuando se le plantea la posibilidad de volver a algún destino, porque “la primera vez aprendes de ese sitio, y luego quieres volver para verlo con otra mirada”.


En el encuentro -y en el libro- también hubo espacio para hablar de género. Ser mujer y viajar sola supone que te juzguen constantemente, tanto en el país que visitas como del que te vas. Para eliminar esos juicios Patricia asegura que la sociedad tiene que ver que “la mujer que viaja sola no es peligrosa, es viajera” y para cambiar esa mentalidad “nos tienen que ver a las mujeres viajando”. Para finalizar, Patricia leyó unas líneas de este apartado en las que expresa sus deseos para todas las mujeres.

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