El fenómeno de los booktubers
Laura Hevia y Sergio Henríquez//
Los booktubers –jóvenes que suben vídeos a Youtube en los que comparten su pasión por los libros- han logrado atesorar un gran número de seguidores a pesar de que el fenómeno acaba de despegar. Las editoriales ya se han fijado en ellos y han iniciado colaboraciones. Asimismo, los críticos literarios se han visto amenazados por cómo han ido invadiendo su espacio y por la afinidad que tienen con el público joven.
Han pasado cuatro años desde que el fenómeno Booktube aterrizó en España. Ya ha dejado de ser “nueva tendencia literaria” para asentarse como una de las comunidades de Internet que mejor futuro auguran. Tal ha sido su evolución, que muchos se han atrevido a asignarles el nombre de nuevos críticos.
Sin embargo, esta etiqueta no ha gustado en ninguno de los dos bandos: ni los críticos tradicionales ni los propios booktubers ven indicio de que la crítica convencional vaya a ser sustituida por esta curiosa forma de dar rienda suelta a la pasión lectora de muchos jóvenes.
“Todo se reduce a una simple recomendación entre amigos”, afirma Sebas G. Mouret (El Coleccionista de Mundos), “lo único que nos diferencia del amigo de siempre, es que nosotros nos grabamos en vídeo”. Mediante un lenguaje natural, fresco, sin recurrir a tecnicismos y desde un tono cercano, estos jóvenes lectores se dirigen a sus miles de seguidores para transmitir meras opiniones. “No tengo la suficiente formación para decirte que no leas un libro, pero sí para recomendarlo”, comenta Mouret.
Combinar emociones y sensaciones con un punto de rigor es la baza del booktuber. “Hay que saber en qué te basas para recomendar algo; es tener criterio y experiencia”, defiende Sara Cantador (Nube de Palabras). Según Marta Álvarez (MartitaraBookVlogs), siempre hay que argumentar el porqué de tu opinión, ofrecerle al lector la posibilidad de valorar “si lo que tú estás diciendo se ajusta a sus gustos”.
Miles de suscriptores
Si la crítica ha puesto en el punto de mira a los booktubers, ellos no han desviado la mirada del público. La mayoría empezaron su andadura literaria en los blogs, donde la reseña era el producto estrella. Hoy, estos comentarios al uso se combinan con wrap ups, bookhauls y challenges recogidos en vídeos que distan mucho de aquellos primeros en los que apenas se distinguían las manos y las hojas de un libro. Pero algo sí se ha mantenido: la forma de tratar al suscriptor -o seguidor-. “Si quieres que los más jóvenes lean a Jean Austen, tienes que explicarlo de forma que a ellos les llame la atención”, destaca Patricia García (Little Red Read).
Booktube, al igual que otras comunidades de vlogers, han encontrado en YouTube el medio más efectivo -por ahora- para llegar a la gente. Quizá también propiciado por una cierta regularidad en la subida del contenido. La mayoría prefijan un día y una hora para que sus contenidos salten a la red, como si de sintonizar un canal de televisión se tratara, pero con una gran ventaja frente a la caja tonta: ofrecen una propuesta sólida de ocio juvenil. “La clave del éxito de YouTube es que tiene tanta diversidad que puede alcanzar a mucha más gente que la televisión -que se ha quedado algo obsoleta en lo que al ocio para jóvenes se refiere-”, explica Cantador.

El éxito de Booktube ha roto el manido estereotipo de que los jóvenes no leen. Miles de personas siguen cada semana a sus booktubers favoritos. Se puede incluso considerar que existe cierto fenómeno fan. El Coleccionista de Mundos es el canal con más suscriptores en España -casi 153.000- y su creador, Mouret, ha optado por abrir un apartado de correos para que sus seguidores dirijan allí sus cartas y postales. “Me daba pena perder el contacto directo con los seguidores, pero es que desde que se masificó no contestaba a todos y empiezan a decir que ‘te lo tienes muy creído’. Así que ahora solo contesto cartas a mano”.
Un booktuber no es nada sin sus seguidores. Estos amantes de la literatura deben incluir entre sus tareas un tiempo para gestionar las redes sociales. En conjunto destinan hasta tres horas semanales, en las que no solo se incluye el trato con los suscriptores, sino también el desarrollo de la idea, la grabación del vídeo y el proceso de edición.
“Yo lo que hago es grabar de golpe y así luego ir editando poco a poco. Puedo estar una hora grabando y de ahí a lo mejor saco dos o tres vídeos. Luego te pasas otra hora editando. Y además hay que responder comentarios que también conlleva un tiempo importante. En definitiva, muchas horas”, explica Sara Cantador. Un proceso similar realiza Marta Álvarez, quien asegura que de media, entre grabar y prepararse, utiliza al menos una hora y otra para editar.
Tras el éxito cosechado, los booktubers se cuestionan si YouTube les ha cambiado la vida. Estos creadores de contenidos literarios atesoran un gran número de suscriptores, pero ninguno de ellos considera que hayan alcanzado la fama. Muchos aseguran que su vida no ha cambiado en exceso, que han continuado viviendo en sus ciudades y cursando los mismos estudios. Pero es imposible cuestionar que YouTube les ha aportado nuevas experiencias en sus vidas. “No me gusta pensar en ello porque tengo 20.000 suscriptores, son miles de personas hablando de mí”, exclama Marta Álvarez.

Los encuentros se suceden
Para la booktuber Sara Cantador -Nube de Palabras-, su vida “sigue siendo la misma”; aunque asegura que hay cosas que no se esperaba. “De vez en cuando hay eventos o hay que asistir a firmas de autores que simplemente pasan por Madrid. Tampoco ha sido un cambio tan grande pero sí que me he ido involucrando en otro tipo de actividades que antes no pensaba hacer. Como por ejemplo venir aquí -a Zaragoza- a dar una charla”, comenta la youtuber. El evento organizado por la Obra Social Ibercaja, en colaboración con Anaquel Digital, reunió a varios de estos booktubers en una mesa redonda para tratar este fenómeno que se encuentra en una evolución constante. Little Red Read, El Coleccionista de Mundos, MartitaraBookVlogs y Nube de Palabras, junto con el escritor zaragozano David Lozano y la redactora de El Templo de las Mil Puertas, Nerea Marco, se sentaron juntos para explicar a los asistentes de qué trata el fenómeno Booktube y buscar alguna aplicación en las aulas.
Pero las charlas o las mesas redondas no son los únicos eventos. Uno de los más importantes a nivel nacional es la BLC (BloggerLit Con), aunque Marta Álvarez apunta que no se trata de algo solo de booktubers. “Originalmente, la cita reunía a los distintos blogueros de España. En aquel entonces eran veinte personas que querían conocerse y poco a poco fue creciendo”. Ahora es para blogueros o lectores, independientemente de que tengan un canal o un blog. Por el momento, ni en España ni en los países pioneros -EEUU o Inglaterra- existe un acontecimiento exclusivo de booktubers.
No son millonarios
Si hay algo que ha encasillado a los youtubers en España es la gran cantidad de dinero que supuestamente perciben. Parece que realizar vídeos en YouTube es sinónimo de riqueza. Pero pese a que los más famosos han multiplicado sus ganancias en apenas unos años, esta premisa no se aplica a todo vloguero. En el mundo de Booktube, si bien es cierto que obtienen ciertos beneficios por publicidad, no alcanza para poder vivir de ello, ya que el número de suscriptores no es tan numeroso. “Si coges al booktuber de mayor éxito y lo comparas con un youtuber medio, la diferencia es enorme”, destaca Marta Álvarez.
Ninguno de ellos afirma poder ganarse la vida produciendo vídeos. Pero tras varios años subiendo contenido a Internet, muchos han tenido la oportunidad de colaborar con editoriales. “Algunas te mandan libros a cambio de una reseña pública en el canal, por esto no me pagan, simplemente tengo el libro gratis”, explica la vlogger de MartitaraBookVlogs. Sin embargo, también hay parte de trabajo remunerado. Estas empresas confían en ellos como lectores para valorar sus manuscritos. Además, esa relación con las editoriales ha permitido que algunos de ellos hayan tenido la oportunidad de publicar su propio libro. “Cuando tú escribes un manuscrito las posibilidades de que lo lean son más altas porque los editores ya te conocen. Eso no significa que tu libro se mejor o peor”, indica.
Ser booktuber tiene cierto carácter profesional, pero estos jóvenes insisten en que para ellos es una cuestión de ocio. Es una manera de compartir sus gustos y su afición por los libros.Tanto es así, que no dejarían el mundo de Booktube aunque obtuvieran un puesto de trabajo, al menos eso comentan ahora. Pese a todo son conscientes de que el fenómeno va a evolucionar. “Obviamente cuando yo tenga 40 años no seguiré haciendo videos de Booktube porque se hará otra cosa”, finaliza Marta Álvarez.