Los Fans contra las Productoras

Álvaro Saz Rodrigo @alvarosazr_ //

La fuerza del espectador/consumidor para reivindicar la visión del director frente a las imposiciones de las poderosas productoras.

Crear un contenido que sea de agrado para un gran número de personas es algo casi imposible. Siempre habrá detractores de cierto contenido y el cine es uno de los sectores que más acusa esta realidad. El director Zack Snyder es un claro ejemplo de como un autor puede tener tanto un ejército de fans como de opositores. Tal es la magnitud de rivalidad entre ambos bandos que ha llevado a algo casi nunca visto en la historia del cine, rehacer una película con el mismo material.

La evolución de la industria cinematográfica debido al auge de las plataformas de streaming ha derivado en una producción masiva de contenido. Gracias a Netflix, HBO o la recién Disney+, cualquiera puede disfrutar ahora de miles de películas y series desde el sofá de su casa y sin necesidad de ir al cine. Una expansión del mercado en la que la gente demanda nuevos títulos de su interés constantemente.

Pero esto no acaba aquí. Al apogeo de estas plataformas de vídeo bajo suscripción le han acompañado las redes sociales. Twitter, Youtube o Instagram se han convertido en canales de difusión donde los consumidores de películas y series vierten sus opiniones antes o después del visionado. Muchos de estos usuarios no tienen pudor en criticar las obras e incluso se aventuran a contar lo que hubieran hecho como si fueran profesionales del sector. Es tal la fuerza que ejerce el espectador/consumidor que la unión entre ellos da lugar a movimientos que hacen temblar incluso a las productoras más poderosas de Hollywood.

 

Crítica de La Liga de la Justicia de Zack Snyder. Fuente: Mireda Producciones

 

Las productoras de cine siempre navegan la ola de las nuevas tendencias y buscan gustar al mayor número de consumidores, pero no hay que olvidar que lo hacen por un interés económico. Usualmente contratan a directores de encargo, como suelen denominarse, con la tarea de originar una nueva película o serie. Estos directores llevan a cabo la gran mayoría de títulos demandados por el espectador. Sin embargo, muchos de ellos elaboran productos superficiales.

En cambio, un director autor crea sus propias obras y busca presupuesto en las productoras para financiarlas. A lo largo de la historia del cine ha habido casos en los que una productora, con el objetivo de sacar el máximo rendimiento, impone ciertas condiciones y decisiones a estos directores. Este choque de visiones da lugar a las conocidas “diferencias creativas” que surgen entre director y productora.

Si a estas diferencias y decisiones que toman las productoras se les suman las duras críticas extendidas por los espectadores en las redes, pueden darse situaciones como la de Zack Snyder y su La Liga de la Justicia.

La película, estrenada en 2017, se ha visto envuelta en un caos absoluto e inédito que ha terminado con otra versión de 4 horas estrenada en este 2021.

Zack Snyder fue el encargado de dirigir esta película y las dos anteriores para dar vida al Universo Cinematográfico de DC. El Hombre de Acero y Batman vs Superman ya habían sido castigadas por la crítica y la opinión de los consumidores estaba dividida. La visión de Snyder se caracteriza por un tono sombrío y oscuro que se alejaba de las luminosas y humorísticas películas del Universo Cinematográfico de Marvel.

A pesar de tener todo pensado antes de comenzar con el rodaje de La Liga de la Justicia, Warner ya le había obligado a cambiar su visión inicial. La “major” quería un producto con un tono más parecido a lo que ofrecía Marvel. Snyder terminó renunciando al proyecto. Su hija Autumn se había suicidado y el director se desentendió de la película.

Joss Whedon, que había trabajado en Los Vengadores de Marvel, fue la persona idónea para reemplazarlo y llevar a cabo lo que Warner demandaba. Un heroísmo mundano y toques humorísticos que seguían la línea de las películas de superhéroes actuales.

   La Liga de la Justicia (2017). Versión más colorida y semejante al mundo Marvel.

 

El resultado, sin embargo, fue desastroso. La película es una representación viva del choque entre dos directores. No funciona e hizo que toda una audiencia acabara decepcionada. Las actitudes tóxicas por parte de los productores y del nuevo director hacia la visión de Snyder acabaron con la cinta.

Los espectadores no tardaron en reaccionar y tomaron de nuevo el poder en las redes sociales. Fueron los fans quienes impulsaron y dieron voz al ya conocido #ReleaseTheSnyderCut. Y está bien que estos fans lo hayan conseguido, que Zack Snyder lo haya hecho.

Guste o no, Zack Snyder es un director autor. Y como cualquier otro autor, defiende sus obras y su estilo por encima de cualquier cosa. Whedon solo había utilizado el 10% de lo que había rodado Snyder. La Liga de la Justicia de Zack Snyder usa todo lo rodado por el director y trae de vuelta su visión original. No es una obra maestra del cine, solo ha venido a arreglar lo que Warner había roto con la contratación de Whedon.

Con sus casi 4 horas de metraje, se fortalecen las partes introductorias de Flash y Cyborg, los dos héroes peor tratados en la anterior versión. También se eliminan, gracias al montaje, las partes más humorísticas y se añade un mayor trasfondo a este mundo fantasioso. Snyder ofrece su visión más cruel y desgarrada. La violencia explícita y el uso de la cámara lenta que muestra tanto epicidad como dramatismo a las escenas.

La Liga de la Justicia de Zack Snyder (2021). Versión original del autor y mucho más oscura.

 

El director logra “condensar” en esas 4 horas la presentación de los personajes, la trama de la historia y un epílogo al final que daba paso a lo que podría haber sido la continuación del universo propuesto por el director. La película le ha servido para reivindicar su método de trabajo y se enfrenta a la productora.

De hecho, los fans han respaldado tanto la visión de Snyder que ya ha aparecido un nuevo hashtag en redes. #RestoreTheSnyderVerse va otra vez en contra de las decisiones de Warner y clama el seguir adaptando a la pantalla el oscuro universo de los superhéroes de Snyder.

La Liga de la Justicia de Zack Snyder es un acto de amor a los fans. Pasará a la historia del cine por ser una de las pocas películas que se han rehecho por la insistencia del espectador y por la defensa de su director como autor ante una productora.

Desde el Exorcista hasta Superman: Las imposiciones de las productoras hacia los autores

Un caso similar al de esta película sucedió con El Exorcista de Paul Schrader y Renny Harlin. El filme fue dirigido por Schrader, pero los productores lo despidieron debido a que su versión no era lo suficiente comercial. Harlin finalizó la película y fue tal el fracaso comercial que, un año más tarde, Schrader decidió lanzar su versión rodada con el mismo material.

La principal diferencia entre estos dos casos es la participación de los fans apoyando el movimiento. Ahí reside en parte la grandeza de la película de Snyder.

La Liga de la Justicia no ha sido la única película de superhéroes del universo DC que ha sido sometida a las imposiciones de las productoras. Richard Donner había firmado por la creación de dos películas de Superman que serían rodadas simultáneamente, una en 1978 y la otra en 1980. Tras rodar Superman y tener tres cuartas partes de Superman II, Donner tuvo que ponerse con la postproducción de la primera entrega. El final de esta no terminaba de gustar a la productora y por ello Donner colocó el final de la segunda película en la primera. Ante tal decisión, la segunda parte ya no tenía final y el proceso fue ralentizándose.

Los productores optaron por despedir a Donner por temas económicos y relacionados con el tono, porque al igual que la versión Zack Snyder en su Liga de la Justicia, era demasiado seria. Richard Donner fue sustituido por Richard Lester, que para colmo rodó material nuevo para adjudicarse la autoría del largometraje.

El fallo de todas estas películas no radica en los directores o su visión, sino en que las productoras las enmarañan con sus exigencias. Es cierto que las productoras financian numerosos proyectos y que sin ellas no existirían muchas películas. Es más, tienen derecho a elegir el tipo de producto que se va a proyectar. Sin embargo, las productoras deberían dar cierta equidad al trabajo del director autor, cuya perspectiva será positiva en muchas ocasiones a la hora de originar un proyecto audiovisual.

Dune: La mejor película de la historia jamás creada

Pero sin duda, una de las mayores equivocaciones de un estudio fue la de no llegar a producir nunca Dune de Alejandro Jodorowsky.

En 1975, el director chileno trató de adaptar a la gran pantalla la novela que Frank Herbert publicó en 1965. Todo con la idea de gestar una de las producciones más épicas y surrealistas nunca vistas. Como bien detalla el documental Jodorowsky’s Dune, el director se dispuso a reclutar a sus “guerreros espirituales”. El dibujante Moebius, Orson Welles, Mick Jagger, Pink Floyd y Salvador Dalí fueron algunos de los contratados. Incluso su hijo, que iba a ser el protagonista, fue sometido a dos años de entrenamiento intensivo en artes marciales.

Personajes pertenecientes al mundo de Dune.

 

El plan detallado de Jodorowsky estaba ya completo y recogido en un libro de un tamaño enorme. 3000 dibujos que formaban la película. Cada movimiento de cámara, diálogos, los puntos de vista de las tomas, cada detalle estaba allí.

Por desgracia, nadie de Hollywood confiaba en que la cinta saliera adelante. Jodorowsky pensó que 10 horas de película era lo ideal, pero eso no gustó a los productores. El proyecto terminó cancelado y el mundo del cine se quedó sin, posiblemente, una de las mejores películas jamás rodadas. Aun así, el guion ilustrado circuló por Hollywood y su influencia ha sido notoria. Películas como Star Wars, Terminator o Flash Gordon toman elementos de la locura visionaria y surrealista de Jodorowsky.

“Biblia” que recogía todo lo relacionado con el proyecto de Jodorowsky.

 

Unos años después, David Lynch elaboró su visión de Dune que fue masacrada por la crítica. Actualmente los espectadores esperan con ansia la versión del director Denis Villeneuve, llamada a ser una de las mejores películas del año.

No veremos nunca la versión del director chileno, pero su clara influencia en otras obras o las nuevas versiones que aparecen mantienen viva la llama de su legado que continúa hasta el día de hoy.

 

El público siempre “gana”

Una vez más, las productoras se apoderan de la película y restringen la libertad de expresión artística de un autor. Pero hay algo que nunca podrán censurar o cambiar a su gusto. El espectador es, en cierta parte, el que manda y al que tiene que rendirse cualquier estudio.

Son los consumidores los que marcan las tendencias, lo que gusta y lo que no. La opinión de cada uno de ellos es la que cuenta y esto tiene su parte positiva y su parte negativa. El público es la causa y la solución de todos los problemas.

Cuando se junta por una causa, tiene lugar a una unión temida e incontrolable que consigue lo que quiere. Como todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Puede lograr cosas maravillosas como la versión de Zack Snyder, o puede destruir una película e incluso acabar con la carrera de actores o directores.

Fue el espectador quien criticó la película de Snyder Batman vs Superman por ser demasiado oscura, pero también criticó a Warner cuando viró hacia la fórmula Marvel en La Liga de la Justicia. Y para más inri, de nuevo fueron los que trajeron de vuelta al mismo Snyder para que enmendara y dignificara el mundo fantástico que había creado con toda su buena intención.

Una película o serie nos puede gustar más o menos y podemos compartir nuestra opinión con el mundo a través de las redes sociales. Ahora bien, debemos dejar a los directores autores expresarse libremente. Aguantar las imposiciones de sus productoras ya limitan sus sueños o aspiraciones. Aun con ello, consiguen crear historias sensacionales que mantienen entretenidos y generan emociones a todos los espectadores sentados en sus butacas.

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