Secretos familiares

Carmen Velasco Rengel//

#PADRES, PARIENTESTAL VEZ AGRESORES

La familia es un grupo social complejo, un organismo vivo que funciona como un sistema abierto formado por subsistemas. Me pierdo ante la necesidad de definir semejante institución. Con inocencia virtual, escribo en Google la palabra «familia». Y como por arte de magia aparece otra que resucita un parentesco ancestral, atávico: «incesto». 20.400.000 resultados. 23 de noviembre de 2019. Después de la primera entrada disponible en la inestimable Wikipedia, todas las que aparecen en pantalla son entradas de videos porno «variedad incesto». Mi primer impulso es cerrar de un golpe el portátil como veo hacer en las pelis. Pero no. Cambio de pantalla, asustada, no vayan a hackearme o a investigarme y así encontrar cualquier culpabilidad patente o latente. Ya no estamos en la sociedad del espectáculo, sino en una sociedad enferma de paranoia donde el peligro se aloja en el cerebro enfermizo colectivo. Lo más insignificante puede parecer peligroso. Y lo más horrible se pasea a nuestro lado sin que se altere un milímetro el poderoso sistema tan bien establecido. Hay quien roba a manos llenas. Hay quien mata. Lugar común. Siempre ganan los ricos… Y los patronos.

También la familia es un patrón, «un modelo que sirve de muestra para sacar otra cosa igual» (DRAE dixit). «Patrón» significa además «defensor», «protector», y también «señor». El lenguaje es lo que está debajo de todo (o encima o a los lados), amalgama de significados que condiciona el contenido de nuestros pensamientos, de la idea que nos hacemos del mundo.

Imaginemos dentro de este patrón familiar el funcionamiento de la mente de una niña que, desde una edad temprana, está siendo violada por su padre dentro de una familia tradicional compuesta de madre y quizá hermanas o hermanos. La hija de un padre que, después de reiteradas violaciones a lo largo de años, la deja embarazada. Una niña como la de esta noticia, por ejemplo:

LA VANGUARDIA 9/10/2019:

La Policía Nacional ha detenido en Sevilla a un hombre de 40 años como presunto autor de un delito de abusos sexuales continuados sobre su hija de 13 años, que llegó a quedar embarazada.

#FAMILIAS Y «FAMILIAS», PADRES Y «PADRES»

Comento la noticia con Ruth. ¡Sorpresa!, mi madre me ha oído… Mejor le hubiera puesto un wasap a mi amiga… Mamá frunce el ceño. No está demostrado. Nunca ha oído nada semejante. Hay una epidemia de noticias escandalosas… Vaya. Sacúdete el Alzhéimer, le digo. Me paso, lo confieso. Prohibido hablar de «eso» en casa. Vale. Lo siento. No todas las familias son iguales, ni todos los padres. Pero es un asunto que me concierne como mujer, y me preocupa… ¿Cuál es el problema?

¿Qué va a pensar la gente?, ¿que eres una víctima de ese horror? Vale. De acuerdo. Eso también me preocupa…

No nos convencemos la una a la otra. De modo que salgo pitando a mi cuarto y dejo atrás «ese» eco cada vez más lejano de «… ni se te ocurra escribir…».

Visto lo visto, solo puedo pensar en entender qué pasa, qué ha pasado con todo«eso» que resulta tan indecente, cómo se traspasa la barrera del incesto.

De entrada, me pregunto si la familia es esa institución que nos protege y nos cuida hasta que podemos salir para vivir por nuestra cuenta. Leo algo que escribió R. D. Laing en El cuestionamiento de la familia: «Hablamos de familias como si todos nosotros supiéramos qué son. Damos el nombre de tales a grupos de personas que viven juntas y se hallan vinculadas entre sí por el matrimonio o el parentesco de sangre. Cuanto más estudiamos la dinámica de la familia, más difícil nos resulta distinguir en qué se asemeja y en qué se diferencia de la dinámica de otros grupos que no reciben el nombre de familias». Y esto se publicó en 1964… mamá.

Así parece. No hay diferencia. La familia es una muestra del mundo. Una concentración de lo malo y de lo bueno que conforma la vida. Una célula del capitalismo rampante que nos va formando para consumir, y que a su vez nos consume. Por ello, la familia es el espacio donde tienen lugar las experiencias más sensibles. Lo que nos afecta de verdad. Por eso cabe preguntarse qué ocurre con la sexualidad dentro de este microespacio. Esta es la madre del cordero. Este es el gran tabú y uno de los más invisibles.

Las investigaciones lo demuestran. En la familia se da más a menudo el abuso sexual que el físico. Funciona de ese modo implacable que se ampara en el privilegio de la autoridad y se esconde en el miedo a lo que no se puede nombrar. El padre, o el que actúa como padre, empieza a abusar de la niña. Las víctimas son casi siempre niñas. Por supuesto, los chicos también son víctimas de este tipo de abusos, pero permitidme que me centre ahora en ellas. Porque llevan la peor parte, por lo que ha significado cargar con el legado de la feminidad, por todo lo que significa ser hembra en esta sociedad.

El inicio del abuso sexual ocurre a cualquier edad entre la infancia y la adolescencia, aunque suele ser más frecuente en niñas menores de 14 años. Esta violencia sexual provoca fuertes sentimientos de culpabilidad. El temor y la vergüenza son difíciles de asumir dadas sus íntimas características. La culpa… La culpa se vuelve contra la víctima… «¿por qué yo?, ¿seré yo la zorra que anda provocando?».

Para estas mentes infantiles o adolescentes no hay escape posible. Encerradas en el ámbito familiar, sin autonomía alguna, es improbable que saquen fuerzas suficientes para romper el silencio o pedir ayuda fuera de este entorno casero. A pesar de que los actos sexuales producidos en estas violaciones suelen ser violentos y crudos (hablamos de penetración forzada oral, anal y vaginal) y suelen producir lesiones si la víctima se resiste.

Por supuesto, los agresores siempre encuentran justificación a sus actos: la falta de control de sus impulsos, el abuso de drogas y otras muchas coartadas que pretenden manipularlas afectivamente para conseguir mantener el secreto a buen resguardo. El secreto de hacer su santa voluntad y que a veces involucra a la madre. Nos encontramos ante una constelación familiar cuyo pegamento es el silencio.

LA VOZ DEL TAJO/ EUROPA PRESS CLM. 27/9/2019:

15 años para un padre que abusó de su hija menor durante dos años. Los hechos tuvieron lugar en Villarrobledo, cuando la víctima, hija del acusado, contaba entre 11 y 13 años. El acusado aprovechaba los momentos en los que se quedaba solo en la vivienda familiar con la niña y, amenazándola con matar si lo contaba, la sometía a felaciones, a tocamientos y a frotamientos con sus partes íntimas al tiempo que en muchos de los episodios le decía que

«era su padre y su novio» y que no saliera con chicos, que «la iban a engañar».

#MENTIRAS Y MENTIRASNO DEMASIADO PIADOSAS

En el siglo XIX, Auguste Ambroise Tardieu, médico francés, escribió el primer libro sobre el maltrato y la violencia sexual contra los menores. Descubrió muchas cosas. Que los crímenes sexuales contra los niños eran alarmantes, que el denominado «atentado contra las costumbres» era un eufemismo para referirse a la violación, que todas esas heridas en el cuello de los cadáveres de menores eran producto de la estrangulación con fines sexuales.

En homenaje a su figura, pusieron a ese tipo de marcas «las manchas de Tardieu». Mostró que hubo 12.000 hombres acusados de violación o intento de violación durante un decenio en los tribunales franceses. Más de 9.000 habían violado a niñas. Estas violaciones ocurrían a menudo en las familias burguesas: las niñas eran violadas por sus padres o por sus hermanos mayores. O por todos a la vez. Desgraciadamente, su trabajo fue ignorado.

Hasta mediados de los años 70, los estándares de psiquiatría infantil daban cifras más bajas; al tiempo que, contra la tradición médica vinculada a Tardieu que reconocía la violencia contra menores, había otra explicación que resultaba más tranquilizadora. Según muchos de los psiquiatras consultados: «las niñas mienten».

EL ESPAÑOL, 9/ 10/ 2019:

Un padre sevillano deja embarazada a su hija de 13 años tras violarla durante años: su madre lo encubría. Alegó que su hija era «muy fantasiosa». Cuando los médicos se dieron cuenta que la menor estaba en estado se lo comunicaron a la madre.

#NO ES MUNDO PARA NIÑAS

El maltrato producido por estos pederastas a domicilio provoca profundos trastornos de identidad en las víctimas, que no desaparecen con el tiempo. Porque el silencio que intenta encubrir el horror de estos actos agudiza sus consecuencias devastadoras.

Un ejemplo extremo lo encontramos en Jeny Haynes, una mujer australiana que hoy tiene 49 años, quien desarrolló 2.500 personalidades para sobrevivir al trauma producido por las violaciones y torturas que sufrió desde los 4 hasta los 11 años por su padre.

Virginia Woolf (1882-1941), una de las grandes escritoras del siglo xx, luchó durante toda su vida contra una enfermedad mental producida por los abusos sexuales de sus hermanastros. Ella cuenta la primera vez que ocurrió. Cuando tenía 6 años, su hermanastro de 18 años, la sentó sobre un anaquel donde se colocaban los platos en el comedor de su casa y «exploró su cuerpo y sus partes íntimas». El silencio sobre los abusos y violaciones en su niñez ha empañado la imagen de su figura como creadora y los motivos de su suicidio.

Pola Kinski, hija mayor del actor Klaus Kinski, escribió un libro denunciando los abusos que sufrió por parte de su padre desde los 5 hasta los 19 años. En su autobiografía de título significativo y paradójico, Nunca lo digas a nadie (2014), cuenta su terrible experiencia de niña y de adolescente expresando la mezcla de sentimientos encontrados y complejos que sufría —angustia, culpa, miedo— ante las agresiones sexuales de un padre violento y frenético.

En Nada se opone a la noche (2012), la escritora francesa Delphine de Vigan se convierte en cronista de una familia donde el incesto afectó definitivamente a su madre. En esta novela es capaz de sacar a la luz los secretos más íntimos de su familia y de su infancia.

Del mismo modo, la ficción ha intentado mostrar el aspecto siniestro del incesto. En la serie Twin Peaks (David Lynch, 1990-1991), la adolescente Laura Palmer es asesinada brutalmente. El misterio rodea una trama que gira alrededor de las relaciones de adultos con chicas de instituto. En 1992, Lynch dirigió Twin Peaks: El fuego camina conmigo, donde cuenta la última semana de la vida de Laura Palmer y cómo necesitó inventar un personaje ficticio que la viola repetidamente por la noche para huir de una terrible verdad que no puede asumir: es su propio padre quien entra cada noche en su habitación para abusar de ella.

EUROPA PRESS | LASEXTA.COM: ABRIL 2019:

Prisión provisional para un padre que abusó sexualmente de su hija de 14 años en Girona. El centro escolar de la menor alertó a los agentes del presunto abuso  sexual.

#¿UN TABÚ CULTURAL?

Resulta muy difícil contabilizar las niñas que han sido explotadas sexualmente en nuestro país o en cualquier país del mundo. En 200 procedimientos judiciales examinados recientemente, el 75 % eran sobre el incesto padre-hija y solo 1 % sobre el incesto madre-hijo.

Es lento el cambio de los tabúes parentales culturales, porque requiere poner en evidencia el enorme poder que los padres ejercen en sus entornos familiares; requiere algo tan difícil de aceptar como la existencia de un vínculo erótico entre parientes sanguíneos muy próximos. Un aspecto desconcertante para una sociedad que pretende estar satisfecha de sí misma.

Es cierto. Resulta muy complicado saber qué pasa con las menores, hacerse una idea de cómo es el deseo del adulto hacia las niñas. Y más en este núcleo protegido por la intimidad como es la familia. Sí. Mamá quizá tenga razón… ¿por qué escribir de esto ahora? Debería bajar y hablar con ella… yo… tal vez debería conformarme con… no sé… entonar ese himno feminista que circula en estos momentos por nuestro mundo: «El patriarcado es un juez / que nos juzga por nacer / y nuestro castigo es / la violencia que no ves… / Y la culpa no era mía / y la culpa no era mía…». ¿De quién será?

LASEXTA.COM, 05/10/2019:

Un hombre de 32 años viola a su hija como «regalo de cumpleaños». El hombre justificó la violación a su hija de 13 años diciendo que «no tenía dinero para comprarle otro regalo».

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