2017 Promete. Vol.4: Álex de la Iglesia, un maestro de circo exagerado

Dani Calavera//

El próximo marzo de 2017, el director bilbaíno estrena El bar, un thriller en clave de comedia negra de nuevo protagonizado por un reparto coral. Será vista por muchos, alabada por otros y repudiada o sencillamente no visionada por bastantes. Como prácticamente todas las películas de Álex de la Iglesia.                

Cuenta la leyenda –en realidad, la entrevista concedida por el director en Zaragoza, hace unos años- que Álex de la Iglesia fue llamado al despacho del mismísimo Steven Spielberg. El director de Hollywood había visto 800 Balas y quería hablar con él sobre las ventajas de rodar en Almería. Una charla en la que los dos interlocutores eran los directores más comerciales de sus países de origen. Porque Almodóvar quizá sea el más internacional -junto a Buñuel o Amenábar-, pero De la Iglesia es el más hollywoodiense de los directores españoles, asemejándose con el maestro de maestros Luis García Berlanga no sólo en sus repartos corales sino también en la forma de sus historias.

De la Iglesia, como Berlanga, es consciente de que está en España y rueda en España. Muchos directores y guionistas españoles cometen el error de dirigir y poner en labios de sus actores diálogos y frases que jamás se dirían en nuestra tierra. Quizás el ejemplo más claro y reciente lo tengamos en Nuestros amantes de Miguel Ángel Lamata; un film que, por otra parte, es entrañable y lleno de buenas intenciones, pero que no consigue convencer al espectador porque nadie habla como en ella lo hacen Jenner y Noriega. Sin embargo, en los films de Álex de la Iglesia, los actores españoles hablan y recitan como lo que son: españoles. Cuando algún momento del films se sale de este contexto, la exageración de la puesta en escena o la ambientación lo arregla. ¿Defiendo sus películas a pesar de sus errores? No. Solo destaco un hecho del que el bilbaíno puede sentirse orgulloso -a mi parecer-.

Son muchos los que achacan a su cine el irse de madre en su último tercio, algo que viene pasando desde hace mucho, dando la impresión de que el autor no sabe manejar el caos en el que se ha metido. A veces ese caos es permitido y da la talla –Mi gran noche– y otras veces, no –Las brujas de Zugarramurdi–. Sin embargo, no se puede menospreciar la potencia visual y narrativa del cine de Álex de la Iglesia desde sus inicios. Olvidad la impecable fotografía que acompaña a sus últimas obras, así como los efectos visuales. El director ya gozaba de ese talento desde el comienzo, desde que un mutante loco salía de un pastel de boda matando a balazos a los invitados de la misma mientras se oía Aires de fiesta en Acción mutante. Cantidad de gente asegura que De la Iglesia es un tirano en los rodajes pero, como he dicho en otras ocasiones, nosotros como espectadores debemos tener en cuenta que en el cine, como en todas las artes, únicamente nos atañe el resultado. El FILM justifica los medios. Es de los pocos casos en los que se puede recurrir a este razonamiento.

Así pues, antes del estreno de su esperada nueva película, me atrevo a hacer un ranking con sus 6 mejores films. ¿Por qué 6? Porque según la genial canción de Def Con Dos para El día de la Bestia: En este apocalipsis no hay jinetes y a Satán le sobran seises.

Comencemos mientras escuchamos las brillantes bandas sonoras de Roque Baños, colaborador habitual de De la Iglesia y, en mi humilde opinión, el mejor compositor de nuestro país.

6. Muertos de risa

Exacto. Un film menospreciado por gran parte de crítica y público. Hace poco la pillé empezada y no pude cambiar de canal. En su momento fue todo un boom debido a su pareja protagonista, pero esta película es mucho más que una comedia gamberra, bruta y desmadrada. La incursión de los personajes en diferentes momentos de la historia, su humor que va avanzando de la incorrección al más negro que se puede ver, su resolución final -los dos últimos minutos son de lo más brillante que ha rodado el director-, su ambientación, la perfecta interpretación del enorme Álex Angulo -que no ganó ese Goya al que estaba nominado y debió ganar-. Por no hablar del significado, del origen de la historia. Se comenta en las calles de Madrid que el director cenó una noche con Josema Yuste y Millán Salcedo -es decir, Martes y trece-  y que de esa cena surgió la idea de este film, de esta pareja… ¿Será verdad? Por el bien de esta comedia negrísima llena de momentazos para el recuerdo esperemos que sea una verdad como un templo. Añade puntos. Puntos tan negros como míticos.

– “¿Sólo un payaso decís? Cuando este payaso pregunta `¿Cómo están ustedes?´ todo el jodido país responde: ¡Bien!”

5. Mi gran noche

Junto a las dos películas que encabezan el ranking quizás sea esta oda a los bajos instintos del mundo de los medios de comunicación su obra más redonda, y seguramente dentro de unos años así será recordada. Raphael es un villano con todas las de la ley, que cuando sale de su camerino y tras las luces se convierte en el encantador divo al que estamos acostumbrados -genial iniciativa del cantante el aceptar y hacer completamente suyo este rol de Alphonso-. Una secuencia inicial vibrante y modélica nos contagia de un sentido abrumador de montaje y diálogos sin descanso que no decae en ningún momento -o en casi ninguno-. Todos están geniales. Mario Casas debería ser dirigido siempre por De la Iglesia. Y nos confirmó lo enorme que es Jaime Ordóñez. Un Goya para este hombre YA, que se lo merecía por este film por el que ni siquiera fue nominado. Todo aquel que se dedique al mundo de la televisión DEBE ver esta divertidísima película.

4. 800 Balas

Qué rabia que Clint Eastwood no aceptase salir al final; habría sido perfecto. Una crítica en Fotogramas rezaba así: “Lo único malo de 800 Balas es que Sergio Leone no esté vivo para verla”. Y puede que sea exagerado, pero también puede que sea verdad. Sancho Gracia le daba mil patadas a todas las interpretaciones masculinas o femeninas de aquel año. Nadie le eclipsaba, imposible, aunque Bardem le birló el Goya por Los lunes al sol. Por muy bien que el actor estuviese en el film de Aranoa, ese premio lleva escrito el nombre de Gracia. Si había un actor y un film, eran ellos. Y punto. Teníamos lo de siempre: un tercer acto desmadrado, una puesta en escena exagerada, un humor negro a veces corrosivo e incluso vergonzoso. Pero eso es lo que nos cuenta esta historia de indios y vaqueros que se niegan a crecer. De egos familiares y sociales, de aventuras entrañables. De especialistas caídos en la más romántica de las desgracias.

Tuve la suerte de entrevistar a Sancho Gracia y se lo dije claramente: “Para mi abuelo eras Curro Jiménez; para mi eres Julián, el especialista de Almería”. Y se rió tosiendo, como un buen vaquero, viejo y pasado de moda, que bebe whisky en una taberna polvorienta y defiende su pasado y su vida. Bravo por este film, el más aplaudible del director.

-“Escúchame bien Carlitos. En la vida hay momentos jodidos, pero jodidos de verdad. Hay que aprovechar los intervalos entre putada y putada… No divertirse cuando uno puede es el mayor pecado que puede cometer un hombre”.

3. Balada triste de trompeta

El film que más odio provoca a sus detractores. Yo no estoy entre ellos, no puedo. Si hay un género en sí mismo en España es el de la Guerra Civil. Berlanga ya bordó este período en su obra maestra, La vaquilla, pero infinidad de directores y productores siguieron echando mano de esta gris etapa histórica para hacer caja y llegar al corazón de los españoles, que siguen divididos en esas dos vertientes que nos separan. Y entonces De la Iglesia se volvió tan loco como los más locos de los combatientes, solo que en lugar de un arma usó una cámara y en lugar de un motivo para luchar se inventó una historia circense exageradísima. Mucho. Totalmente caótica. Y puso punto final a la Guerra Civil en el cine, porque pese a quien pese, en muchos sentidos fue así. Lo hizo con escenas excelentes, con ese Carlos Areces bajando escaleras, escopeta en mano, como payaso psicópata; o con el final -con metáfora incluida- en el Valle de los Caídos; o con sus inmejorables veinte primeros minutos… El corazón de Buñuel habría palpitado a mil perros andaluces al escuchar el tema principal compuesto por Baños.

Cuando se hizo el pase de presentación en el festival de Berlín, uno de los asistentes no paró de reírse durante toda la proyección. Cuando De la Iglesia preguntó quién era el imbécil que no paraba de reírse le dijeron que era Quentin Tarantino, que en aquel certamen hacía las veces de presidente del jurado. De la Iglesia contestó: “De acuerdo, que se ría lo que quiera”. Y el bilbaíno ganó el premio al mejor director por esta sucia y tremenda catedral. Una película tan incoherente e imperfecta como nuestro país.

2. La comunidad

Qué grande Emilio Gutiérrez Caba. Qué buena Carmen Maura. Qué pasada de reparto. Qué manera de engancharnos desde el principio. Quizá sea esta su película más divertida y disfrutable para todo tipo de público, en gran parte gracias a su guión, escrito junto a su gran colaborador Jorge Guerricaechevarría. Un 13 rue del percebe oscuro y lleno de secretos mortales y vecinos extraños y sibilinos, envidiosos e insidiosos como solo el Madrid profundo puede ofrecer. No están locos, han nacido con ello y ya está.

Disfrutadla siempre que podáis aunque ya no podáis vivir lo que se vivió en el cine Quijote, cuando todos los espectadores rompieron en aplausos al ver a Terele Pávez saltar como la protagonista de Matrix de azotea en azotea. Terele Pávez, una de las mejores actrices de España que en esta película encarna a la mejor villana de nuestro cine, sin duda.

-“Mira cómo te aferras a esa maleta llena de dinero… ¡Como si llevaras el alma dentro! ¡Tú eres como yo, como todos! ¡Di que eres como yo! ¡Dilo!”

1. El día de la Bestia

Ni siquiera haría falta poner un 1 delante del título, es un hecho. Sencillamente, el cine español no volvería a ser igual. Un poco más tarde llegaría Amenábar y su Tesis, confirmando lo que De la Iglesia consiguió con esta aventura de acción satánica, que otro tipo de narración más allá de la guerra, el sexo, los quinquis de los ochenta, los Almodóvares y los aires de barrios de clase baja era posible. ¿Estilo americano? No, estilo De la Iglesia. El anticristo nacerá en Nochebuena, y lo hará en Madrid. Y el director olvidó el Goya ganado por su obra cumbre en una tasca madrileña.

-Berriatua y sus dos sicarios, tres mortales contra el diablo.    

El mayor alarde de originalidad desde el Amanece que no es poco de José Luis Cuerda visto en una pantalla parida en tierras hispanas. El plano en el que Álex Angulo atraviesa la ventana del hostal forzado por, de nuevo, la villana Terele Pávez, resume esta obra cumbre. Y no puedo dejar pasar la oportunidad de homenajear a este pequeño gran actor, fallecido tristemente hace un par de años.                                                                

En el estreno de De tu ventana a la mía de Paula Ortíz a los cines Aragonia, una masa ingente cubría y rodeaba por completo a Maribel Verdú y a un lado de la sala, tomando una cervecita junto a un compañero, estaba uno de los más grandes secundarios del cine español, y uno de los mayores héroes de los noventa. Ahí estaba, con su escaso metro sesenta de altura, con su espesa barba y su calva, sus gafas y su sonrisa humilde. Me acerqué cámara en mano, no para grabarle sino para tener el mayor honor que pude darle a mi yo-niño: “Es un placer. Eres uno de los héroes de mi infancia desde que fuiste el padre Berriatua en El día de la Bestia”. Y Angulo sonrió tras su espesa barba, alzó las cejas y me dio las gracias estrechándome la mano.  Y es que los mejores nunca mueren, siempre estarán vivos en sus personajes y funciones.

Alex de la Iglesia
Escena de la película El Día de la Bestia. Fuente: Misdoscafés

Sobre El día de la Bestia nada más que añadir. Solo algo que siempre digo: si no la habéis visto, no sabéis la suerte que tenéis porque El día de la Bestia no hay que verla, hay que admirarla por primera vez y luego volver a disfrutarla en futuros visionados. Imaginación por encima de la producción, más allá de la historia. Imaginación en cada plano y escena que vemos. ¿Lo malo? Que es prácticamente imposible que Álex de la Iglesia se supere con este film…Pero que le quiten lo bailao.

-José María, ¿tú eres satánico verdad?

-¡Sí, señor! ¡Y de Carabanchel!

No os perdáis estas funciones de circo exageradas en un circo exagerado como lo es España. Un circo exagerado que Álex de la Iglesia plasma mejor que nadie.

Autor:

Sandra Lario foto Sandra lario nombre

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Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: «Unas cuantas Pelis». ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!

Twitter Blanca Uson


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