Dos actos y un intervalo: crónica del XXIV Congreso de periodismo de Huesca
Por Carmen Borobio Laguna, Teresa Pérez de Azpillaga Merino, Nazaret Parrilla, Martina Ripol Ripol//
Los días 16 y 17 de marzo se ha celebrado en el palacio de Congresos de Huesca el vigésimo cuarto Congreso de Periodismo. Más de 300 profesionales del sector y estudiantes se han reunido en la ciudad para tratar los temas más relevantes para la profesión, como la desinformación o el impacto de la Inteligencia Artificial.
Primer acto
Se abre el telón y nos recibe un auditorio lleno hasta la bandera para dar comienzo a la gran obra de la temporada: el vigésimo cuarto Congreso de Periodismo de Huesca.
En el patio de butacas se encuentra reunido lo más granado del periodismo, compartiendo espacio con las nuevas generaciones que, con ilusión, llegábamos por primera vez al Congreso. El encargado de romper el hielo fue Javier Gastón. Nosotras solo observábamos cómo se iban desarrollando las primeras escenas, olvidando que también formamos parte de este “mundillo”.
Carlos Franganillo se presentó como todas las noches en Televisión Española, y durante más de 45 minutos nos deleitó con un monólogo sobre los puntos importantes en los que la tecnología había transformado nuestra manera de informarnos e informar. También hizo referencia a los inconvenientes y resaltó que antes de la aparición de las nuevas tecnologías, los medios de comunicación tradicionales eran los que tenían la capacidad de cambiar el discurso público. Y ahora, con las redes sociales, hay diversidad de actores. Muchas de las noticias no están contrastadas. Hizo referencia a la desafección hacia la política y el descrédito que eso provocaba en los medios de comunicación, y la importancia de diferenciar la propaganda de la información.
Y con este hilo argumental, llegamos a la primera mesa debate sobre la función del periodista. Ángeles Caballero, Jesús Morales, Lola García y Toni Aira aparecieron en escena para tratar un tema que afecta a la sociedad: la polarización política y social y cómo se refleja en los medios de comunicación. La polarización está presente en nuestro día a día y se manifiesta de diferentes maneras. Una de ellas, es la hostilidad en redes sociales, algo que en ocasiones desemboca en “autocensura por parte del periodista”, como indicó Ángeles Caballero. Jesús Morales dijo que “estamos secuestrados por nuestros lectores”, y que les damos las armas para polarizarse, pues les “damos lo que piden, lo que quieren leer”. Toni Aira comentó que en los medios de comunicación existe un fenómeno darwiniano, tienen una gran voluntad de adaptarse a los cambios que la tecnología provoca.
Le tocó actuar a la red social de origen chino TikTok, la que cuenta con más usuarios y engloba en el plano de la actualidad a canales de periódicos tradicionales como El Mundo, con nuevos perfiles como Act2ality. Aprendimos de la mesa debate que la “mosca” y los horarios de audiencia no funcionan en TikTok, pero que la brevedad sí es crucial en nuestros videos. También subió el salseo al escenario, aunque María Sánchez nos recondujo a la seriedad del New York Times.
Lo que nuestros ojos jamás hubieran podido imaginar, fue el salón repleto de comida. Desde quesos de todos los tipos —algunos de origen oscense—, patés, carnes y bebidas para mezclar el sabor de estos deliciosos platos con vinos de la casa. Pero no eran los deliciosos aromas los que inundaban la estancia, tampoco la ilimitada acción de servirse todo lo que uno quisiera; eran todos los profesionales que allí se encontraban, lo que hacía que ese sitio no fuera un lugar cualquiera.
El sentimiento de poder compartir algo que te apasiona con otras personas que sienten lo mismo, es una emoción difícil de explicar. Periodistas de los que podías aprender y los que podían aprender de ti, hicieron del XXIV Congreso de Huesca un día inigualable. Compartir pasión con personas de tu misma profesión, es algo de lejos hermoso e intenso.
Poco después de un café breve al sol, comenzó una ponencia que intentó resolver la pregunta que rodea la transparencia del periodismo: ¿De quién es la propiedad de los medios de comunicación?
El descanso entre los actos fue subjetivo porque el barcelonés Carles Tamayo, graduado en cine y especializado en reportajes, con más de 634.000 suscriptores en su canal de YouTube, elaboró un taller de «cámara oculta» llenando la sala. El taller empezó con la pregunta: ¿Qué opináis sobre la cámara oculta? Lanzó esta pregunta el propio Tamayo, conocido por infiltrarse en cualquier lugar que tenga algo que ocultar. Las respuestas fueron muy diversas, pero todo el mundo participó de una manera dinámica. Lo que continuó fue la visualización en primicia de un vídeo que Tamayo y su compañero Fernando Cervera habían llevado a cabo y que podremos visionar en un par de semanas (no podemos desvelar el contenido del vídeo, pero podemos asegurar que no va a decepcionar). Al terminar el vídeo lo comentamos y preguntamos a sus protagonistas todo tipo de cuestiones, aprendiendo un poco más sobre el mundo de la cámara oculta y de cómo se llevaba a cabo.
Carles Tamayo se mostró amable y cómodo con todo el mundo, a pesar de algunos de los infortunios que ha vivido, debido a su oficio, por el que ha sufrido hasta persecuciones. Aun con todo, nos contó que el Congreso de Huesca es de los pocos a los que acude y disfruta realmente: «Todo el mundo es muy majo».
El escenario se detuvo en una mesa debate sobre cómo la desinformación perjudica a la democracia. Ante la pregunta: ¿A quién beneficia la desinformación? Clara Jiménez, de maldita.es, afirmaba: “Es muy fácil intuir a quién beneficia, pero muy difícil demostrarlo.” Todas las participantes en esta escena coincidieron en algo: la alfabetización mediática es fundamental para proteger la democracia. A lo que María Eugenia de la Rosa, responsable de prensa de la Comisión Europea en España, y Natália Leal, directora de la Agencia Lupa, añadían que también son necesarias que castiguen a aquellos que propagan la desinformación.
Se cierra el telón. Fin del primer acto.
Intervalo
Se abre de nuevo el telón, pero esta vez el decorado ha cambiado. Han bajado las luces y los actores que eran tan profesionales encima del escenario, se han quitado el vestuario.
A la una menos diez de la madrugada, empezó la actuación de María y los influencers, un grupo formado por periodistas que, pese a ensayar solo un día al año (dicho por ellos mismos), encontraron un Edén muy entregado a su actuación.
Entre el público se encontraba el mencionado Carles Tamayo, esta vez con una armónica entre manos, para hacernos bailar al son de Oh Susana, no llores más por mí. Las ovaciones después de cada canción se sucedieron, y cuando se querían retirar, el público coreaba un bis, y nos regalaron dos. La noche continuó entre bailes, risas, anécdotas y alguna que otra copa.
Segundo acto
El segundo acto comenzó con retraso, el interludio se había alargado más de la cuenta, pero el espectáculo debía continuar. La presentación de un libro o un debate sobre TikTok y redes sociales fueron algunas de las aventuras que vivieron nuestras protagonistas. Incentivadas por una pausa con café y cruasanes, continuaron un viaje por la figura del hombre y la mujer del tiempo, que se quedó pendiente de una segunda parte para debatir sobre un posible cambio de vestuario en las mujeres del tiempo para que no perpetúen los roles de género.
Antes de clausurar, las desigualdades relacionadas con la edad en la profesión periodística fueron un tema. Las luces apuntaban directamente a los protagonistas de la escena que ya anticiparon el cierre institucional. Después, la entrega del Premio Blasillo de Huesca a la periodista Mar Abad, directora editorial del sello pódcast “El Extraordinario” y una grata conversación con Aimar Bretos e Ignacio Escolar. Cerró con los saludos la última escena y todos juntos pensamos en la próxima edición de un Congreso que el año que viene celebra su veinticinco aniversario.
Se cierra el telón. Fin de la función.
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