Irene, una X sin descifrar

Paz Pérez//

No es fácil descifrarla. Con sus  versos cubriéndole del corazón hasta los pies y ese enigma que a veces se resuelve en palabras que después le ocultan de nuevo en la siguiente línea.  Una X que marca la casilla de solitaria, difícil, extraña, pero sobre todo, poeta. O quizá sea una X que tan solo refleja las ganas de que la despejen.

La poesía y escribir son todo lo que quiero, justo en el momento que lo imagino. El teletransporte que lleva toda la vida inventado. Como tocar ‘casa’ justo cuando crees que te van a pillar.

Irene X tiene 24 años y se ha convertido en una de las escritoras más demandadas en las librerías de este país. Irene X nace de la pantalla, vomitando flores desde hace cinco años en su blog y saltó al papel por primera vez en septiembre de 2013 con El sexo de la risa.  Y lo ha vuelto hacer con Grecia a finales del 2014.

Irene X es una distorsión de si misma: “La primera no existe y la segunda desaparece”.  Irene construye un personaje, alejándose y analizándose, buscando quién es, para después darle la vuelta, “al final se trata de construir un personaje con el que puedas hablar, aunque estés sola”.

-¿Qué diferencia hay entre Irene X y la verdadera Irene?

-Irene lo vive y después lo cuenta de incógnito. A mí me inspira una hormiga entrando en un hormiguero, imagínate la broma de mi vida.

Su intimidad se combina con la música de sus versos, creando una espiral de sensaciones y ritmos que logran materializarse en un escalofrío. La poesía de Irene X está llena de imágenes que juegan con historias que apenas puedes entrever. Como una sala llena de insectos que te amenazan aunque ellos no noten tu presencia. Consigue conectarte con sentimientos que, por alguna razón, has mantenido al margen. “La poesía es un género literario.  A veces la magnificamos y la tratamos mal poniéndola todo el rato en tantas bocas. Creo que la tenemos un poco prostituida. La poesía en mi caso es una afición desmedida y una forma distinta de ver las cosas”

Irene reivindica los sentimientos de la mujer y el poder que tiene sobre su propio cuerpo. Es una poesía valiente. Gracias a esto, o quizá fueron otros los motivos, consiguió pasar de lo digital a lo analógico, de la pantalla al papel. Su primer libro fue El Sexo de la Risa, y para ella supuso el principio y el final de algo. Un desahogo. Saber que tenías algo que decir y que te han escuchado. El significado está  ahí”.

Para Irene, querer separar el sexo de la risa es como querer separar las fresas del chocolate. Un libro que abarca varios períodos de su vida, un puñado de años “desde arriba hasta abajo”.  Una antología de poemas variados, una versión muy adolescente de Irene, con la que ofrece al lector una visión positiva del amor, el sexo y la risa. Irene lo define “como maleducado. En la medida del aprendizaje, creo. Aunque también hay dolores inútiles. Dolores de los que no aprendes nada”. A pesar del título del libro, no se considera a sí misma una autora del género erótico: “El sexo está tan presente en el libro como lo está la risa, el amor, un golpe o un portazo”.

Irene X nace de un blog, de compartir con mucha gente a la que no ha visto pero con la que mantiene un vínculo fuerte. Irene X transciende de los libros y de sus páginas, y determina su presencia continua en Twitter, Instagram, Facebook y, por supuesto, su blog (mellamoirene.blogspot.com). “El blog me ha ayudado a compartir algo, para mí o para el resto. A hablar en alto”, explica.  Dice Irene que la difusión que ofrece el mundo 2.0 “es como un hada con la mano llena de polvos mágicos, soplando”.  Lleva tras su blog cinco años. “Creo que la inspiración está fuera, pero el verbo compartir en Internet gana tanta fuerza que te dejas mojar, empapar y saltar en los charcos ajenos”, asegura.

Después llegó Grecia. Otro éxito. “Grecia llegó a mi como una pérdida, llegó a ocupar tantísimo espacio en mi vida que al final lo vi. como algo que me perseguía continuamente”.

-¿Qué querías transmitir con este libro?

-Quería transmitir que hay enfermedades no catalogadas y que algunas pueden tener nombres propios.

Grecia son 157 poemas, repartidos en 15 partes: Este libro está roto y ésta es la primera parte, Este diario está roto y esta es la segunda parte, Este cuaderno es un edificio en ruinas y este es el tercer piso… y así se sigue fragmentando sucesivamente. Grecia es lo que te queda cuando no te queda nada”. Es un libro ya adulto, con palabras cargadas de dolor convertido en belleza, de una forma subjetiva e incómoda: “Soy de las que piensa que  las bellas creaciones nacen de bellos y terribles sucesos, de la más remota nada y del momento más estúpido. Aunque tampoco voy a mentir,  en la mierda se escribe mejor”. Parecen las ruinas de una Irene devastada, “es el nombre de una mujer en ruinas que corta e Irene está escondida en el libro porque es pequeña y cabe”,  me explica.

Irene es, entonces, la mezcla de muchas cosas y, al mismo tiempo, es un misterio. Irene X es,  además, valiente, inconformista e irónica.  Juega con las palabras como si estuviera muy seria. Es una X que marca los ritmos, los espacios y las imágenes semi borrosas que a veces te deja ver nítidas.

-En un mundo donde parece que la poesía está muriendo, ¿cómo se le puede dar vida? 

-Muriendo por ella, imagino.  Me he pasado de intensidad. Viviendo por, igual mejor. Viviendo por y para lo que te gusta. Seguir es el verbo.

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