La aristocracia del rock reina en Pirineos Sur

Cristina Fortea//

Despierta McFly y Cuti caldean el ambiente y Andrés Calamaro se marca un tanto con la sorpresa de la noche en el pantano de Lanuza.

El reflejo de la luz sobre la superficie del pantano de Lanuza parece un buen presagio para la noche que se avecina. Gente de todas las edades va llegando en goteo al escenario de Pirineos Sur. Se respira ambiente de festival, de cultura, de verano.Despierta McFly anima la llegada del público desde la Caravana Sur en una velada donde el rock and roll es el ingrediente principal.

La música se traslada a la zona del auditorio. Suena la banda sonora de la película Terminator y estalla una tormenta figurada en el escenario. Rayos y truenos que dan la bienvenida a Juan Ramón Vericad, Cuti, que interpreta Exterminador del futuro. El músico se encarga de subir un par de grados la temperatura con su repertorio. El rock and roll se intensifica a orillas de Lanuza. Vericad, que nació en Jaca, se muestra exultante por tocar en las montañas que le vieron nacer. “Todos los rockeros somos hermanos”, dice en alusión a la música que hoy reina en el Auditorio Natural de Lanuza. Se confiesa fan de Calamaro y encantado de haber compartido con él un rato en la prueba de sonido. Humilde y genial, Cuti conecta con su familia y con sus amigos presentes. Es una apuesta segura, claro, pero también conecta con el resto del público. Y cuando interpreta “Las aventuras del astronauta Theo”, dedicada a su hijo de cinco años, ya no hay vuelta atrás. Ha conquistado al auditorio y ha reinado en sus montañas. Él, que se autodefine como la clase obrera del rock, se ha coronado esta noche y ha extendido la alfombra roja para el cabeza de cartel. Llega la hora de Calamaro.

El público parece multiplicarse por momentos en la pista. La corte del argentino se prepara para recibir al músico en una noche que discurre perfecta y ajena al as que trae guardado en la manga Calamaro.

La banda irrumpe en el escenario y con el primer tema “Alta suciedad” ya se percibe lo que se avecina. Canciones de siempre y más recientes, de su último álbum “Cargar la suerte”, inundan el increíble escenario flotante del Lanuza. Y después de recorrer su discografía en solitario, Andrés llega hasta Los Rodríguez, la mítica banda con la que llegó a Madrid hace casi treinta años. Así lo recuerda el argentino y así comienzan las primeras notas de “La milonga del marinero y el capitán”. Te adoramos, querido Calamaro, no te esfuerces más. Estamos rendidos a tus pies. Pero es un maestro y lo sabe. Si creíamos que habíamos llegado al punto más alto de la noche aún quedaba el bombazo final. Es el último concierto de esta parte de la gira y se nota en la entrega de la banda y en la emoción a flor de piel. Calamaro quiere compartir escenario con alguien muy especial y no sé si estamos realmente preparados para lo que se avecina. Kase.O aparece sobre las tablas. Lanuza ruge, ríe, aplaude, grita. Locos de las primeras filas saltan al pantano, se bañan, se mojan, salpican. Felicidad absoluta.

Kase.O y Calamaro. ¿En serio? ¿No estamos soñando? Interpretan y reinventan «Paloma» y «Flaca» y queremos morir. Mentira, queremos que nunca acabe esta parte de la vida. Y poco a poco se llega al final de la noche. Madrugada en el Valle de Tena.

Andrés Calamaro se despide del público, se funde en un abrazo con sus músicos. Es el adiós encima de un escenario, el adiós del final de una gira. Vuelve pronto, Andrelo. Te estaremos esperando, pero, sobre todo, gracias por despedirte aquí, en medio de la naturaleza, bajo las estrellas, en nuestras montañas, sobre el escenario flotante del pantano.
Esto es Pirineos Sur: sabor a verano.

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