Sexo indiscriminado con desconocidos, toma 1
Dani Calavera//
Capítulo 1. Preliminares
¿Cómo empiezo? El título del artículo promete, por lo menos, algunos golpes bajos y no pensar en las consecuencias de lo escrito. Me esforzaré por andar sin cuidado ni protección, tranquilos. Esto es una cita, tengo que currármelo para llegar hasta el final y que no dejéis de leer, así que empecemos fuerte.
–Estrangular con guantes es como follar con condón… Se pierde la magia
El abogado del diablo de Sidney Lumet
¿Os habéis dado cuenta de que, actualmente, el sexo en el cine comercial acaba tornándose en romance o, aún peor, en comedia romántica? No me meto con el género, para nada. La comedia romántica me gusta, como todos los géneros, pero si es sincera. Lo que no me gusta mucho es una película que mienta. Y, a veces, un thriller erótico se ha convertido en una comedia sin quererlo por lo vergonzosa que es. Pero… -menos mal que siempre hay un pero-, hay películas valientes que, al igual que no evitan la violencia, tampoco evitan el sexo. Y no me refiero a una escena erótica o pornográfica gratuita. Me refiero a un sexo estilizado que casi tiene más miga en sus palabras que en el propio acto rodado ante las cámaras para luego ser ofrecido al público. Porque el sexo, sencillamente y como llevamos sabiendo todos desde hace miles de años, vende.
-¿Alguna vez has follado con cocaína, Nick? Es estupendo
Instinto Básico de Paul Verhoeven
Esa suciedad tan elegante en palabras, personajes y escenas sexuales que hacían subir la temperatura del público en las butacas ha pasado de ser un éxito seguro en taquilla a ser moralmente incorrecto. Ahora, el mejor ejemplo es una soberana tontería encubierta de best seller. El Crepúsculo del sexo… Ya sabéis a lo que me refiero, ¿no? Se ha estrenado la tercera parte de la saga Grey, 50 sombras liberadas.
Tópicos, posibilidades y giros perdidos. No me recrearé en lo vergonzosas, gratuitas e incluso estúpidas que me parecen estas películas del multimillonario y su secretaria… La extensión de mi opinión hacia ellas podría durar toda la noche y no voy a meterme en ese jardín.
Me he servido un chupito de vodka, a ti otro, nos lo hemos bebido de un trago y en lugar de quedarnos en la habitación a oscuras, que eso sería Grey y sus films, hemos salido a la terraza. Hablemos del sexo indiscriminado en pantalla.
-¡Pero si el sexo es como mear! En Rusia… Ay Dios… ¡En Rusia follaban como conejos!
Frida de Julie Taymor
Capítulo 2. Sexo indiscriminado
El sexo en el cine puede moverse en muchos géneros: desde la comedia romántica hasta el terror, quizás pasando por el drama, añadiendo algunas dosis de suspense. Un lúcido podría atreverse con una aventura o quizás un film de acción desenfrenada. Sin embargo hay reglas, y esas reglas tienen más que ver con el género del film que con la calificación por edades. Una comedia romántica no debe mostrar algo más allá de lo divertido y normal, pero un thriller ya es otra cosa. Y si un film juega con todos los géneros que pueda -drama, comedia, acción…-, entonces la libertad está (estaba) servida: los personajes follan indiscriminadamente entre ellos.
¿Qué notáis cuando leéis esta palabra –follar- en un artículo? ¿Qué pensáis cuando leéis esta expresión? Podría decirse de otras formas, pero para qué vamos a andarnos con ambages o metáforas. Escribo y hablo sobre cine. Si mezclo el cine con el sexo, no dudéis de que las palabras malsonantes que adornan y personifican el acto físico van abundar en este escrito.
– ¿Encuentras que este sistema funciona bien? Oh…déjame adivinarlo, nunca lo has probado antes. En realidad tú no le entras a las chicas normalmente ¿Me equivoco? La verdad es que eres uno de esos chicos silenciosos y delicados, pero si estoy dispuesta a arriesgarme quizá podría llegar a conocerte mejor. Ingenioso, aventurero, apasionado, cariñoso, leal, un poquito loco, un poquito malo, pero… ¿Acaso no es eso lo que a las chicas nos vuelve locas? Bueno… ¿Qué pasa chaval, te ha dado un pasmo?
Trasinspotting de Danny Boyle
¿Cuáles han sido los mejores polvos filmados que hemos visto en pantalla? El más divertido, seguramente, sea el de este film de Boyle en el que Ewan Mcgregor dejaba clara su sensación.
– No me sentía tan bien desde que Archie Gemmill marcó gol a Holanda en 1978
El polvo entre harina de El cartero siempre llama dos veces; “el polvo del siglo” como lo describía Michael Douglas en Instinto Básico; la larguísima, y sin ninguna restricción, escena sexual de La vida de Adéle. Aunque claro, luego puede meterse una vorágine sexual de primer orden en el que los sentimientos de los personajes se mueven únicamente a través del acto sexual con descarnado y casi depravado final -por muy poético que quiera verse- como lo es El imperio de los sentidos.
El cine español merece apartado especial. ¿En cuántas películas nacionales parecía requisito imprescindible que se follase ante la cámara en los 80? Eso es lo que pasa cuando se reprime tanto tiempo a la gente, que hasta su arte, cuando por fin es libre, se vuelve loco y se folla al público. Desde Almodóvar a Médem, pasando por Bigas Luna, las tetas de Penélope Cruz que saben a tortilla de patata en Jamón, Jamón hasta el secuestro (¡Secuestro!) y culminante polvo de Átame!, donde Antonio Banderas tan loco por amor estaba. Un poquito menos loco que Glenn Close en Atracción fatal. ¿Recordáis aquella maravillosa cinta de terror erótica? ¿Y si el inolvidable, tristísimo y potente personaje de Glenn Close hubiese tenido en su poder una aplicación para ligar tipo Tinder? Quizás no hubiese vuelto loco al infiel -recordad que hasta hace no mucho la infidelidad era premisa de muchos buenos films- Michael Douglas. Adrian Lyne jugueteó con el tema de la infidelidad, el poder de la familia y la angustia de la desesperanza como pocos lo han hecho, creando un vehículo para ensalzar como personaje protagónico a una psicokiller para el recuerdo. Cuchillo en mano incluido. Fantástica la escena en el baño: Close aprieta los dientes y nosotros incluso podemos llegar a entender su fondo, aunque odiemos sus formas. Así se consigue empatizar con la locura, chicos.
-¿De verdad pensabas que podías entrar en mi vida y trastornarla sin pensar en nadie más que en ti?
Atracción fatal de Adrian Lyne
Este polvo ha acabado tornándose en locura… A veces, tampoco es tan malo, la verdad. Depende de cada uno… Del público, quiero decir.
Capítulo 3. Descanso para recuperar fuerzas y, quizás, acercarse al frigorífico a por agua. Y, por supuesto, fumarse un cigarro
-El único lugar donde puedes controlar a un hombre es en la cama. Si siempre les hiciéramos mamadas a los hombres podríamos dominar el mundo.
Sexo en Nueva York de Candace Bushnell
Los hombres sólo quieren sexo y las mujeres, amor. En eso no creo que cambien nunca los creadores de historias clásicas, hasta parece que se esfuerzan para que siempre sea así. Y me refiero ahora a cómo se desarrolla la historia en una película, a las interacciones entre ambos personajes. Pero, ¿Acaso no es eso lo que el público pide a gritos? Si los films de, por ejemplo, comedia romántica, triunfan prácticamente siempre es por una sencilla, poderosa y siempre eficiente razón: no corren riesgos, van a lo seguro. Por eso, cuando surge una historia que se atreve mínimamente a cambiar los cánones dentro del género en el que se mueve, resulta tan estimulante y nos deshacemos en elogios, incluso si se torna en el drama más descarnado con el sexo como telón de fondo.
-Tu disco duro está sucio. Rescatamos tu ordenador y estaba lleno de porquería. Putas, anal, doble anal, penetración, facial interracial, llenarse de crema… ¡Ni siquiera sé qué coño es eso último!
Shame, de Steve McQueen
Imaginad el argumento de un film típico en este género, no como una comedia romántica, sino como un thriller erótico, un drama con el sexo y la diferencia, rencores y frustraciones que este crea entre hombres y mujeres. Imaginadlo. Coged la comedia romántica que queráis y dadle esa vuelta. Quizás acabase siendo un desastre o quizás algo bueno, bueno de verdad en ese campo. Y no es que las cosas hayan cambiado, no es que ahora, en plena época de empoderamiento femenino, las mujeres quieran sólo sexo y los hombres amor. No. Es que, sencillamente, y como siempre, olvidando la cocaína, el sexo, el vodka, las estrategias, las sonrisas, los guiones y los quebraderos de cabeza, así como las ridiculeces adaptadas a la pantalla… Todos queremos sexo, y también amor. Claro que la necesidad y hambre de sexo y amor es el principal combustible cuando el cine habla de ello porque, es así, también lo es en nuestra vida.
-No quiero ser un gatito, quiero ser un dragón. Quiero ser como un dragón que pueda destrozarte y destruirte. Pero no lo haré
Her de Spike Jonze
Lo malo, y el cine suele dar en la diana en todos sus polvos filmados, es que rara vez ambas partes están de acuerdo en dejar el sexo sólo en sexo. Somos idiotas y terminamos enamorándonos, enchochándonos y sufriendo un poco. No aprendemos y no escarmentamos. Y el cine tampoco. ¿Que por qué, decís? Hay muy pocos planos-secuencia de sexo filmado… Demasiados cortes, demasiadas veces.
–Te comportas como un viejo con alzhéimer yéndose de putas… Te sorprendes de que te jodan y sigues pagando por ello
Charlie Sheen en Dos hombres y medio
Capítulo 4. Segundo asalto. Quizás nos enamoremos
-Cualquier día de estos me enamoro de ti. Pero tranquila, todavía me caes demasiado bien como para hacerte esa putada
Bajo las estrellas de Félix Viscarret
Un polvo rodado en una película comercial suele ser tachado de inmoral, dependiendo del grado de sexo explícito que haya en pantalla. Entonces, basándonos en esto, ¿por qué en una época como la actual, en la que se supone que hemos superado tantas y tantas barreras y la gente se cree más libre que nunca, el arte no sólo sigue censurado en el terreno sexual sino que lo es más que antes? Pues quizás por todo lo antes citado, quizás porque antes, al ser perseguido y acusado, era más libre que ahora que es juzgado por todos. Vivimos una época maravillosa para la corrección moral y horrible para la libertad de expresión, y el tema que nos ocupa, el sexo en el cine, es un ejemplo perfecto de ello.
-¿Te corriste cuando te folló?
-¿¡Por qué quieres saberlo!?
-¡Porque soy un puto cavernícola! ¡Dímelo! ¿¡Me has querido alguna vez!?
Closer de Mike Nichols
Antes no había tantas restricciones morales en el arte, en la escritura, en el cine, en nuestras vidas. Pero tranquilos, todo lo que se va acaba volviendo. Los cínicos volveremos a hacernos con el mundo, el amor y el sexo.
-Elige. O polvo salvaje con desconocido, o polvo de amor con salvaje conocida. Loca por ti y tú por ella, claro.
Lucía y el sexo de Julio Médem
¿Creéis que me he ido por las ramas? ¿Creéis que este artículo ha empezado como un thriller erótico, ha coqueteado con la comedia romántica y el terror y ha terminado como un drama? Bien, eso espero. Porque, como no sepamos escribir bien nuestros propios guiones –vidas- eso es exactamente lo que nos va a pasar en la realidad, no en las películas que vemos ni en los artículos que leemos. Disfrutad del sexo, sigamos follando con desconocidos y esperemos que el cine siga reflejándolo.
-Hay algo que tenemos que hacer urgentemente antes de nada.
-¿Y qué es?
-Follar
Eyes Wide Shut de Stanley Kubrick
Autor:
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![]() ![]() Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: «Unas cuantas Pelis». ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!
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