2022 cavó la tumba de 49 mujeres
Texto: Sara Marco//
Cuatro nuevas ocupan ya el mismo cementerio a la espera de recibir nuevas víctimas, que seguirán llegando, en la tercera semana del año.
Ante el elevado número de asesinatos de género en el último mes de diciembre, el Ministerio de Igualdad solicita una reunión con el Ministerio de Interior. El 60% de las víctimas del último mes del año había presentado previamente una denuncia y solo para una de ellas estaban activas las medidas de protección del sistema VIOGEN. Esto incluye las acciones dentro del sistema judicial y social debido al perfil de vulnerabilidad que muchas de ellas tenían. Desde la delegación del gobierno contra la violencia de género se ha informado de que los meses de mayor convivencia familiar, como son julio, agosto, diciembre y enero, son periodos de mayor riesgo debido a la exposición de las víctimas con sus maltratadores.
El espacio está oscuro, sucio y no huele bien. En las lápidas polvorientas, la información se repite. Los nombres de los cuerpos que aquí descansan son femeninos. Restos mortales que fueron privados de continuar con su experiencia terrenal. No fue de manera fortuita que acabasen aquí, fueron sus anteriores amantes los que, alentados por una estructura tan potente como es la del machismo, lo decidieron. El Ministerio de Igualdad proporciona números: desde 2003 (no existen registros anteriores), 1.186 mujeres habitan este cementerio. También son las que no están, teniendo en cuenta que, solo desde que se aprobó la ley orgánica de Libertad Sexual en 2022, las víctimas de feminicidios que se encuentran fuera del ámbito de la pareja o expareja se contabilizan en este marcador.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, escribió el domingo 8 de enero en Twitter que acabar con la violencia machista será imposible mientras no se acabe con el machismo. La solución para ello radica en la educación, la prevención y el feminismo. Marisol Rojas es psicóloga especializada en violencia de género. En unas declaraciones para el diario El País la profesional insistió en la necesidad social de mirar la violencia machista como un problema social: “Cuando vemos un accidente de tráfico, todos acudimos a socorrer. En estos casos podemos ser de ayuda exactamente igual. La violencia machista se produce en la intimidad del hogar, por lo que, como sociedad, tenemos que permanecer pendientes. Y si sabemos que una mujer puede ser víctima de violencia machista, atenderla y ayudar”.
La ayuda a una mujer en situación de violencia machista comienza por trabajar el concepto que existe en el imaginario colectivo sobre el maltratador. “Pensamos que los asesinos son únicamente seres monstruosos, pero la realidad es que son hombres integrados en la sociedad que pueden ser maravillosos vecinos, compañeros de trabajo o amigos. La violencia machista puede pasar en cualquier contexto y tipo de familia”, comenta Rojas. El psicólogo Daniel Molina insiste en que tampoco son enfermos mentales ni padecen ningún trastorno psicológico. La gran mayoría de asesinatos son cometidos por hombres con un perfil que entra dentro de la ‘normalidad’.
A esta deconstrucción, le debería acompañar una política dedicada en especial al género masculino, según Rojas. Además de crear campañas específicas para concienciar a todos los hombres de que el silencio o la risa les hace cómplices.
Como agentes sociales podemos evitar que el cementerio siga llenando sus nichos con mujeres asesinadas a manos de sus esposos o ex novios. La eliminación del machismo es compleja debido a sus múltiples herramientas y su vinculación con las sociedades modernas. Sin embargo, concienciar y prestar ayuda a las víctimas de violencia machista es asequible. Ponerle candado al cementerio resulta bastante utópico. Quizá en lugar de eso pueda escribir en su entrada una advertencia: ¡ayúdalas!
Es complicado que una mujer maltratada se de cuenta de que está siendo maltratada. Detrás de estas relaciones de poder existe la manipulación. Por eso es muy importante que las personas del entorno de estás víctimas, no las dejen solas. El maltrato machista deja a las mujeres que lo sufren en un estado de disociación que desvirtúa a la persona conocida. Acompañar y apoyar hasta que las víctimas se den cuenta podría ser una de las mejores soluciones a nivel individual. También puedes apoyarte en el 016, disponible las 24 horas del día y sin rastro telefónico. La casa de la mujer y colectivos feministas podrán administrarte ayuda e información.