Abraham González y el esfuerzo tras el privilegio del futbolista profesional

Julen Fernández de Garayalde //

En un sistema económico como el actual, no se sabe cuánta vida te está costando tu sueldo. El trabajar para sobrevivir constituye el día a día de muchas personas en nuestro país, a la vez que se promueve un estado de bienestar. Desde siempre, en cada sistema hay privilegiados ya sea por mera arbitrariedad o por esfuerzo. En este caso, Abraham González defiende con uñas y dientes que el futbolista profesional no es un vividor, sino todo lo contrario, a pesar de conocer el privilegio que supone vivir tan cómodamente con un trabajo que amas. Únicamente en España, durante la temporada 2016/2017, la Real Federación Española de Fútbol tramitó poco más de un millón de licencias deportivas.

De esta escandalosa cifra, las dedicadas al ámbito profesional suponen unas 3.000, repartidas entre Primera y Segunda División. En resumidas cuentas, al no variar cada año los jugadores de estas categorías y al tener en cuenta que en la máxima categoría la mitad de los jugadores son extranjeros, el porcentaje total de los deportistas que alcanzan la élite en este país es menor al 1%.

“Tenemos mucha suerte, hay que valer, pero también influye la suerte”, asegura Abraham y comenta que nada más terminar juveniles, última etapa del fútbol base, pasó directamente a un Segunda División, el Terrassa FC. “Te pierdes muchas cosas, muchos veranos ya desde el fútbol base si estás a un alto nivel empiezas a entrenar en julio. Además, como me pillaba lejos la familia en Galicia era difícil que me escapara los días libres, pero no me arrepiento. Siempre he pensado que somos privilegiados los que podemos vivir del fútbol”.

El submundo del deporte rey es despiadado, pero también ofrece oportunidades únicas. Un par de años después de salir de la cantera de su ciudad, el FC Barcelona lo llamó para reforzar el filial. El entrenador era nada más y nada menos que Pep Guardiola, leyenda viva de esta disciplina tanto en su faceta como jugador como en la de técnico que recién arrancaba. Gracias a su esfuerzo y su sintonía futbolística como mediocampista en un sistema de control total del balón por parte de Guardiola, Abraham se convertía en uno de los indiscutibles en ese equipo titular que consiguió el campeonato de Tercera División y el ascenso a Segunda B. Entre las filas de esta plantilla se encontraban Sergio Busquets o Pedro Rodríguez, fundamentales en el futuro tanto en el Barcelona como en la selección nacional

La siguiente temporada siguió en el filial, aunque viajó con el plantel del primer equipo en pretemporada y llegó a debutar en Copa del Rey y en Liga, no así en Liga de Campeones, aunque viajó con el equipo a Donetsk. Bromea acerca de que se le incluya en el año más fructífero para un equipo en la historia: “Es alucinante, pero en mi página de Wikipedia pone que tengo un triplete”. Tras pasar por los equipos de Cádiz, Tarragona y Ponferradina en apenas un año, así de cambiante e inesperada puede ser la vida de un futbolista, el Alcorcón suponía un punto de inflexión que hacía que en 2013 consiguiera fichar por el RCD Espanyol de la máxima categoría.

La zona de confort o arriesgarse

Sin embargo, el futbolista moderno debe otear horizontes más beneficiosos, y tras tres años en el conjunto perico surgía una oportunidad difícil de rechazar. “Yo acababa contrato y estaba negociando para renovar con el Espanyol un año más. Esa temporada había llegado el que es dueño ahora, Chen Yanseng –empresario chino multimillonario—, y me querían renovar un año, me subían un poco el sueldo, tampoco una locura, pero me subían algo. Pero de repente Paco Palencia llamó a mi representante y le contó que había fichado por Pumas y que le permitían traerse a un jugador, me quería a mí. Yo en principio estaba cagao. Quería ir, pero ya cuando me dijo el representante lo que me ofrecían, más del doble que en el Espanyol… no quería, pero tenía que hacerlo. La verdad es que fui cagao de miedo, por desconocimiento, supongo, de México, o por irme tan lejos, pero lo pienso ahora y es lo mejor que he hecho. Ya fuera del fútbol sino como experiencia personal, me encantó.”

Celebración gol
Abraham celebrando un tanto. Fuente: Instagram

Este entramado de conexiones intercontinentales permite a jugadores viajar y disfrutar de otros países y continentes. El destino, Ciudad de México y un grande de la competición, Club Universidad Nacional o Pumas. Respecto a la inseguridad que se mantiene desde el viejo continente a este tipo de países, Abraham afirma que durante tres años y medio que duró su estancia en el país latinoamericano no tuvo ningún problema. En cuanto al país, al futbolista le faltan elogios para agradecer la experiencia. “La comida, la gente es súper amable y hospitalaria, más que en España. Cuando vives, que es distinto a viajar, te das cuenta –aunque en España se vive como en ningún lado, tenemos esa suerte—pero nos aprovechamos de esa suerte y somos un desastre. Nunca vamos a estar en ruina por el turismo, las playas, porque es algo que ya está ahí pero luego nosotros somos un desastre. En México la gente es mucho más pobre, pero es mucho más educada en muchas cosas.”

Las aficiones latinoamericanas vibran de una manera distinta a las europeas, en una frecuencia muy pasional. El fútbol se convierte en algo mucho más importante dependiendo de las aspiraciones de la vida de los consumidores, y en México se nota. “Sí que es verdad que los mexicanos viven muchísimo el fútbol porque es su deporte más importante, también se sigue el béisbol, pero no tanto y otros deportes norteamericanos, pero del país es el fútbol. Además, todo el mundo, la familia, está loca por el equipo, el padre la madre y los hijos. Pumas es un equipo grande, como un Atlético o un Sevilla, y la afición era increíble. El estadio tenía 50 mil personas y en la mayoría de los partidos estaba lleno, gritando y cantando todo el rato sin parar”, recuerda Abraham.

Tras jugar también en Lobos BUAP y Tiburones Rojos de Veracruz, la vuelta a Europa se confirmaba, esta vez con dirección a una pequeña isla. Su equipo actual es el AEK Larnaca, aunque ahora mismo está a expensas de que se arregle la situación del coronavirus: “Haremos una mini-pretemporada ahora en mayo para terminar la liga en junio. Lo bueno de la liga chipriota es que no se viaja, que es de lo que más cansado estoy del fútbol, el viaje más largo es una hora y media en autobús. En México tenía 4 horas de avión para un partido, volvías dos días después y aquí duermo todos los días del año en casa, nos concentran el día del partido a comer, siesta y al partido.” La isla apenas ha tenido casos de este virus y la cifra de fallecidos roza la veintena en su totalidad. El movimiento de jugadores entre países resulta a veces tan curioso, que en el once titular del AEK Larnaca hay diez jugadores españoles. Comenta que excepto el delantero, “una bestia de Macedonia”, todos hablan en español y termina siendo el macedonio el que debe adaptarse.

Abraham en el club chipriota
Abraham en su nuevo club chipriota. Fuente: Instagram

Tensiones en el vestuario

El vivir tantos años dentro de un vestuario ha influenciado de forma notable en el modo de expresarse y actuar de Abraham. Su espontaneidad y rapidez mental con las bromas, si bien puede ser un talento natural, se ve desde luego reflejado en haber pasado la mayoría de su vida en vestuarios con gente de todo tipo y humor. En cuanto a calidad, tiene claro que los mejores jugadores con los que ha compartido vestuario en su trayectoria deportiva son Xavi, Iniesta y Messi. Sin incluir al equipo blaugrana, destaca a Sergio García, Pablo Barrera y Simao Sabrosa. Obviando en este caso también al Barça y a Pep Guardiola, elige a Tito Vilanova, Paco Palencia y José Bordalás como los mejores técnicos que ha tenido el placer de seguir órdenes.

De esta relación entre superior y subordinado se habla extensamente en todos los ámbitos profesionales, pero en un equipo de primer nivel el mantener un buen ambiente en el vestuario lleva al éxito individual y colectivo. Muchas veces se entra en conflicto por el dinero que mueve el fútbol: “hay muchas envidias, la imagen, que a uno le vaya mejor y le den bola en la prensa o en el equipo, alguno que piensa que debe jugar y no lo hace…” El éxito de la plantilla reside, según sus cálculos, en un 70% de gestión de grupo por parte del técnico. “En eso Guardiola era un genio, Vilanova era un genio, Bordalás es un genio y Palencia es un genio. Pienso que esa es la clave de su éxito porque cada uno tiene su estilo, pero para tener comprometida a tu plantilla al 100% y competir todos la clave es la gestión de grupo, aunque siempre hay gente que no lo quiere entender”.

Respecto al futuro, él lo tiene claro. Debido a esa problemática entre ego de jugador y entrenador, explica que no le gustaría ser míster. Quizás en otras vertientes del fútbol, aunque no le convence del todo porque por detrás hay “mucho mamoneo y mucho pirata”.  Un artículo de la revista Sports Illustrated estimaba que el 80% de las estrellas del deporte acaban arruinadas. Desde luego, él no quiere terminar así y ya tiene pensado un negocio culinario para el futuro cercano, junto a un gran amigo suyo Kiko Casilla (exportero del Real Madrid y del RCD Espanyol). Un proyecto en el que alberga muchas esperanzas y espera que suponga la continuación a su próxima retirada.

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