Dos cuentos tenebrosos para despedir julio
Daniel Calavera//
¡Pasen, siéntense y disfruten de dos tenebrosos cuentos de época! Dos narraciones audiovisuales con marcado mensaje feminista, salpicadas ambas por momentos tan bellos como terroríficos y que, debido a esta desdichada situación que vivimos, podemos disfrutar desde ya mismo desde el sofá de nuestras casas. ¡Conozcan el cuento de Gretel y su hermano Hansel! ¡Y conozcan la ida de olla de Punch, y la venganza de la inmortal Judy!
GRETEL Y HANSEL (2020)
La historia: Gretel y su hermano Hansel, tras ser expulsados de su propia casa, vagan por un bosque lleno de desconocidos que intentan aprovecharse de ellos, hasta que un amistoso cazador les indica un camino a seguir. En ese camino, se cruzarán con una casita en mitad del bosque, una casita con un tobogán en la entrada y llena de apetitosa comida en su acogedor salón… Pero, ¿Y la señora de la casa…?
Dirigida por: Oz Perkins.
Actores: Sophia Lillis, Samuel Leakey, Alice Krige, Jessica De Gouw, Fiona O’Shughnessy.
Debió estrenarse en julio en cines, pero está disponible desde el 24 de julio en Amazon y Filmin.
El rostro de Sophia Lillis, descubierto en el reciente díptico de IT se aventuraba en aquel ya como un rostro al que no perder de vista. Si hay algo que sacar en claro de esta modernización del clásico cuento de los Hermanos Grimm, es que los ojos, intensidad y expresión de esta joven intérprete, deben mantenerse ante la cámara hasta el día de su muerte. Su ángel es demasiado potente, al igual que la propuesta técnica (qué planificación señoras y señores, qué gozada de fotografía y foto a secas…) y estética de estas desdichas de los dos hermanos en un bosque tan oscuro como oscuro es el mundo que les rodea. El film no puede empezar mejor: Un relato que respira la más clásica de las letras nos agarra para no dejarnos marchar en 90 minutos, pase lo que pase, pues nos ha embriagado demasiado, para dar luego paso a un nudo con una atmósfera conseguidísima, gracias en gran medida a la técnica antes citada, pero sin olvidar que el director maneja la tensión en todo momento de forma tan fría y sobria como en el mejor de los thrillers. Los responsables saben que nada asusta e inquieta más que ver a dos niños solos aventurarse en lo desconocido, heridos, desamparados. Sabiendo también que todos conocemos el cuento, se sirve de nuestro conocimiento del mismo para zambullirnos en la más negra noche inundada de fantasmas, y en el más incómodo día inundado de preguntas en el que, nosotros como espectadores, aunque ya conozcamos las respuestas, nos dejamos llevar de la mano por este alegato feminista de marcadísimas intenciones. Y consigue de sobra su objetivo, dejar satisfecho al niño que fuimos y al adulto que somos, a través de la sutileza del mejor embaucador de prosa hecha poesía fílmica.
No es mi intención menospreciar de ningún modo el acabado, pues tras ser reposado, la sensación es de indudable talento en prácticamente todos los sentidos, pero es precisamente cuando, en el cierre, acto final accidentado, queriendo dar un giro de historia innecesario y buscando una profundidad en un personaje que no la necesitaba en absoluto, este relato quizá pierda la oportunidad de haberse convertido en un clásico instantáneo. Aunque importante, el resto es tan bueno, que no hace que caiga en el olvido como un film más. Hace falta mucho talento para adaptar un cuento corto y convertirlo en esta bellísima e irresistible fantasía de sintetizadores y fotografía pictórica, con elevadísimos momentos de animación digital (ese árbol debería existir en todos los bosques). Mención merece, desde luego, el diseño del personaje de la temible bruja. En ella estaba la clave, en su estética, vestuario e interpretación. Lo sabían, y así lo han dibujado.
- Conclusión: La mejor adaptación de cuento corto infantil desde Donde viven los monstruos de Maurice Sendak a cargo de Spike Jonze. Si podéis, no os la perdáis.
- A destacar: Su fin, y su propuesta cinematográfica, es para quitarse el sombrero.
- No destaca: Sus últimos veinte minutos se lían con ramas que este bosque en absoluto necesitaba.

JUDY Y PUNCH (2019)
La historia: En el pueblo de Seaside, los marionetistas Judy y Punch hacen todo lo posible por volver a tener éxito con su espectáculo. Aunque el show no tarda en convertirse en un éxito gracias a las increíbles habilidades de Judy en su oficio, la desmedida ambición de Punch y su gusto por el alcohol dan como resultado una inevitable tragedia…, de la que Judy decide vengarse.
Dirigida por: Mirrah Foulkes.
Actores: Mia Wasikowska, Damon Herriman, Tom Budge, Benedict Hardie, Terry Norris.
Debía, y quizá así sea, estrenarse el 7 de agosto en cines, pero está disponible en Movistar CineDocandRoll.
En 1999 se estrenaba Ravenous de Antonia Bird, una película que siempre que he podido le he recomendado a todo buen degustador hambriento de buen, valiente y diferente cine. Era aquella pieza de horror, que no de terror, horror del bueno, un compendio de humor negrísimo que se burlaba de la sensibilidad del más sentido espectador, jugando con su tensión y su sorpresa a base de golpes duros, sangre y vísceras. Salvando mucha sangre y algunas vísceras, esta Judy y Punch tiene con aquella muchísimos detalles en común, en sus golpes, en su negrísimo humor y, sobre todo, en su total falta de respeto hacia la sensibilidad del espectador…, y qué bien, qué bien de verdad, que así sea.
Con un mazo nos golpea, dejándonos desnudos, sin saber si gritar o reír avergonzados. El punto de partida de este cruel regreso al pasado, aquel en el que la mujer sólo servía para limpiar, parir y follar. Suena horrible, detestable, pero así era en el S. XV. ¿Qué sucede? Que estamos en un siglo XXI que, cuando se lo toma en serio y con arte, consigue seducirnos y que aplaudamos una bofetada a la historia escrita por hombres como esta, tan falta de pretensiones hacia un público que no le interesa, y sí con la mirada fija en aquellos que sabe vamos a disfrutarla.

Mia Wasikowska, sabiéndose heroína total del relato, disfruta de su rabia y nos ofrece una venganza que, aunque accidentada por algunos momentos exagerados, aplaudimos. Pero sin duda es Damon Herriman en su papel del despreciable y horrible Punch, el que se gana la función. Y es que, nada mejor que un buen villano para que un actor se luzca. Y este villano es tan atractivo, como desagradable, como el peor de los falsos profetas con máscara de bondad que guardan el peor de los diablos en su interior. Destaca su maravillosa banda sonora, su cámara, tan punk como el mejor acorde de guitarra desafinada, y la calma que reposa su solución, dejándonos dos bellísimas postales como cierre del disfrute que hemos presenciado. Confieso una sonora carcajada en la escena en la que Herriman parodia el discurso de Rusell Crowe en Gladiator.
- Conclusión: Irresistible, atractivo y muy disfrutable relato de horror, venganza y humor negro.
- A destacar: La libertad que respira en sus luces y sombras.
- No destaca: Un accidentado y apresurado tercer acto que podría haber dado mucho más de sí.