El Caso, periodismo en serie

Texto: Laura Hevia//

Dos décadas después de su cierre, el semanario resucita. Sucesos -casi- auténticos, disputas con la autoridad y la soga de la censura son clave en esta apuesta de la televisión pública. El Caso ha regresado para trasladar al espectador al interior de una redacción repleta de posibles respuestas y presuntos culpables, donde la ética no siempre tiene cabida.

Es un viaje al pasado, un recorrido por la época más negra de la España donde los sucesos estaban a la orden del día y el trabajo del periodista era casi detectivesco. Las escenas de crimen eran una segunda redacción: siempre libreta en mano y cámara de fotos al cuello. Es más, cuando había una nueva víctima se llegaba incluso a dudar sobre a quién llamar primero, si al periodista o al policía.

Esta es la realidad que retrata la nueva serie de la televisión pública. TVE ha apostado por resucitar El Caso, aquel semanario sensacionalista que se escaqueaba como podía del yugo de la censura de la época. Estamos en el Madrid de los 60 y, entre otras cosas, aún se fumaba en las redacciones. De hecho, este símbolo es clave en la ambientación de la serie. El humo se mezcla con las máquinas de escribir. No hay noticia sin pitillo previo, aunque hay quien prefiera el tabaco en pipa. Sí, Margarita LandiMoyano, en la serie, y todo lo que ella significa, también ha vuelto del pasado.

Fotograma de El Caso
Imagen promocional El Caso. Fuente: Plano a Plano

El peso de la trama cae sobre los reporteros Jesús Expósito —Fernando Guillén Cuervo— y Clara López-Dóriga —Verónica Sánchez—. Él, un ex policía experimentado que se cambió de bando para contar la verdad; ella, procedente de la clase alta, una joven adelantada a su tiempo que aporta aire fresco a la redacción. Juntos forman el tándem perfecto que llevará al semanario a estar entre los más vendidos en todos los kioscos.

Pero centrémonos en su periodismo. La rutina que muestra la ficción es casi un alarde al reporterismo de investigación. Se busca potenciar cierto sentimiento de orgullo, revalorizar la profesión y su capacidad de resolver hasta el caso más intrincado, superando en ocasiones las habilidades del cuerpo de policía. Aunque para ir por delante de ellos, a veces, cruzan la línea de la legalidad. Conseguir las pruebas necesarias o hablar con las fuentes pertinentes no siempre es tarea fácil cuando el poder te tiene en el punto de mira.

El Caso es investigación pero no descuida la faceta más sensacionalista que le caracterizaba cuando aún llenaba las rotativas. ¿Su verdadera misión? Publicar la mayor exclusiva acompañada de la foto más dantesca y los detalles de los asuntos más turbios. Eso sí, cuidando siempre el lenguaje: en la serie, una pareja homosexual no son sino “dos amigos especiales”. El paso del tiempo y un buen maquillaje han logrado convertir en todo un emblema periodístico aquel semanario que solo leían «las porteras» y que nadie en su sano juicio hubiera entendido como reporterismo de calidad.

Quizá uno de los mayores aciertos de esta apuesta es que todos los casos son o pudieron ser portada de su homólogo de los años 60, lo que permite al telespectador disfrutar de un contexto más rico y que aporta sensación de realidad.

Más periodismo en la ficción nacional

Pero no es la primera vez que la parrilla nacional disfruta de una ficción con tintes periodísticos. Periodistas nació en 1998 y, con un total de nueve temporadas en antena, retrató la vida de la redacción del Crónica Universal. Unos jóvenes José Coronado, Belén Rueda o Alicia Borrachero condujeron la trama de esta serie que mostró incidentes con famosos, desplomes políticos, prostitución e incluso sectas. Con más de 100 capítulos fue todo un descubrimiento para la audiencia que se llegó a traducir en un incremento más que notable en las facultades de comunicación: todo el mundo quería ser como ellos, todo el mundo quería ser periodista.

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Fotografía: Kiko J. Sánchez

Más actual es B&B, emitida por Telecinco hasta final del 2015. Se trata del esbozo de la actividad de la revista De Boca en Boca, donde las relaciones entre los personajes tuvieron más peso que el reporterismo en sí, pero también se dio valor a las idas y venidas que se vivían en la redacción. Además, se contextualizó dentro de nuestra actualidad, en la que ya no solo inquieta conseguir beneficios, sino que las preocupaciones se trasladan al hecho de poder seguir a flote.

El Caso, otra serie a la española

Si algo tienen en común las series nacionales es que todas parecen cortadas con el mismo patrón. Amor, humor, drama y personajes fáciles de identificar caracterizan las ficciones que cosechan los mejores datos de audiencia. Así, El Caso aún siendo de género policiaco y llevando el suspense por bandera —con un suceso por capítulo y una subtrama que sirve de guía— no descuida aquello que sirve para ganar espectadores. De entrada, tenemos dos triángulos amorosos que parece que van a dar mucho de sí; también disfrutamos de un humor camuflado pero capaz de arrancar alguna que otra sonrisa. Y en cuanto a los personajes, los prototipos se repiten: Verónica Sánchez deja de ser la hermanísima de Fran Perea para ser la chica de lo nuevo de TVE y, en una serie como esta, no pueden faltar ni el malo —Antonio Garrido como Camacho—, ni el bonachón —Francisco Ortiz como Montenegro—. Pero que exista cierta redundancia en las categorías en las que se encuadran los personajes no quiere decir que sean inverosímiles. Todo lo contrario: la crítica ha ensalzado —sobre todo— el papel que interpreta Sánchez.

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Fotografía: Kiko J. Sánchez

Aunque sigue la misma fórmula que otras ficciones, todavía no ha cosechado grandes audiencias. La contraprogramación de otras cadenas con grandes apuestas en materia de entretenimiento no han dejado a El Caso despuntar en lo que a share se refiere, pero aún con todo, consiguió en su estreno marcar territorio con un 13% de cuota de pantalla, teniendo —entre otros— por competidora a la Champions League de Antena 3.

Del televisor al kiosco: el regreso a las rotativas
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Fotografía: Kiko J. Sánchez

El 2016 es el año del semanario El Caso en todas sus vertientes. Ya no solo lucha en la televisión por el prime time de la noche del martes. Ahora ha dado un paso más: la ficción ha traspasado la pantalla y se ha hecho real. Tras 20 años de cierre la crónica más negra de España ha vuelto a los kioscos.

Joaquín Abad, antiguo director, resucita un semanario renovado, en formato revista y a todo color. En su editorial afirma que aunque lo años han pasado, los sucesos actuales no distan mucho de los acaecidos hace dos décadas. La actual plantilla no cuenta con más de diez jóvenes profesionales, pero también se nutren de las informaciones que sus colaboradores les remiten desde diferentes puntos de España.

La primera portada la protagoniza Elisa Pinto, una dermatóloga que sufrió el acoso y las agresiones del empresario Javier López Madrid. Pero cada viernes no solo habrá una nueva dosis de crónica negra, sino que le acompañará el ejemplar en el que se inspira el suceso resuelto por Jesús Expósito —o Fernando Guillén Cuervo— en la ficción.

¿Sobredosis de El Caso? Pues hay más. El mercado literario contará con una colección de cuatro volúmenes sobre sucesos que tuvieron lugar en el seno de nuestro país. Cada tomo albergará once casos escogidos meticulosamente, ya que se trata de aquellos que más relevancia e impacto tuvieron. Bajo el sello de Avant Editorial, el primer libro ya está disponible. El crimen de Los Urquijo, de Juan Rada, y El Jarabo, de Rodrigo Castillo, son los sucesos encargados de inaugurar la colección.

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