Isa Calderón, una feminista fuertecita
Ester Fernández García//
Se ahogaba de pensar en la vida gris que le esperaba al acabar Derecho. Desde entonces, a menudo se pinta los labios de rojo, lanza gritos violetas para luchar por las mujeres y mira el mundo desde el humor a través de unas gafas de pasta negras. Y no hay nada con más color que hacer reír. Isa Calderón (Madrid,1983) es la creadora de las Reviews Fuertecitas en las que, en Flooxer, disecciona las películas desde un punto de vista feminista. También colabora con el programa de radio Carne Cruda y presenta y dirige, junto con Lucía Lijtmaer, el late night Deforme Semanal que se emite en Público TV. El pasado viernes 4 de mayo estuvo en Zaragoza para participar en la mesa “Un nuevo público para una nueva crítica: youtubers, bloggers e influencers” dentro del “Seminario Crítica y contracrítica. Comunicación cultural es España” que acogió el Museo Pablo Serrano.
En las Reviews Fuertecitas, Isa Calderón disecciona las películas y se mete en su propia crítica en menos de 5 minutos. Y no porque las haga en un vídeo para Flooxer, sino porque las vive. No escribe pasiva desde un ordenador, sino que se mete en la película sin chaleco antibalas. En la review de Up explota los globos del protagonista, harta de lo que ella llama ‘lava’: esa obsesión de Pixar por el eterno amor heterosexual entre una mujer mágica y espontánea y un hombre bobo y pánfilo. Desde la nave de Interestellar manda “a tomar por el culo” a Nolan por dar a entender que lo que se mueve por el espacio tiempo es el amor. En otro vídeo, destripa El renacido del mexicano Iñárritu, al cual disfraza de pavo real mientras se arrastra por el césped al más puro estilo Di Caprio.
Isa Calderón es directa, ataca rotunda y no se le acaban nunca los adjetivos. Ni rastro de formalismos ni de lo políticamente correcto. De pelos en la lengua, mucho menos. Pero con ella te ríes. Su humor provocador, fresco y castizo llega a quien le mira. Tanto que cuando se acaba la carcajada dices: “pues lleva razón”. “El humor es una herramienta poderosísima para sembrar conciencia y para convencer de lo que tú te propongas”, dice con seguridad. Las críticas de esta guionista son valientes, claro que “totalmente, por supuesto” -dice ella- el humor sirve para lanzar opiniones fuertecitas: “con la ironía y el sentido del humor, aparte de llegar a más gente, puedes decir lo que quieras”. Me pregunto si esa herramienta hará que la gente no se tome en serio lo que dice, pero a Isa no le preocupa: “Yo es que quiero que la gente no me tome en serio, lo que yo hago es humor, fundamentalmente”.
Heteruzos de manual
“Esos cracks que están a la Champions, la Liga, la UEFA…como cenando San Jacobos o pizzas congeladas. Esos tíos que buscan tías mágicas, espontáneas, burbujeantes. Que no buscan tías seguras de sí mismas y que digan “aquí estoy yo”. Los que se piden un chivas en la barra, por ejemplo. Toda esta cosa masculina, como mega masculina”. Así dibuja Isa Calderón el perfil del heteruzo. Cuesta poco encontrarse con alguno porque, dice Isa, “todo es absolutamente heteruzo. No existe ninguna dimensión en la vida, ni la cultural, ni la educación ni en el ámbito laboral, ni ningún ámbito, en el que la cultura sea mayoritariamente una cultura vista por una mujer. Pero es que tampoco queremos eso, queremos igualdad sobre las cosas, no que la mirada de un género prevalezca sobre la del otro”. La crítica cultural tradicional también lo es, “aunque muchas veces no te das cuenta”, afirma. Por eso, Isa espera que su trabajo aporte a la crítica cultural otra mirada desde otro punto de vista, pero, sobre todo, espera darle humor.
No quiere ser una de esas mujeres simpáticas que hacen reír a otras mujeres. No. Siempre reivindica que por qué si los hombres pueden hacer humor universal, ellas se tienen que conformar con hacer reír a las tías: “En el humor, como en todo, hay muy poca perspectiva femenina -que no feminista, eso ya es muchísimo más minoritario-. Siempre nos han contado las cosas desde una mirada, la masculina, pero “es muy interesante antropológicamente que exista otra mirada sobre el universo, sobre las situaciones, sobre la vida, la sociedad y cualquier dimensión vital y que sea la mirada de una mujer, porque eso también es universal”, sentencia rotunda esta humorista capaz de hacer humor universal y ser una mujer al mismo tiempo.
Haters para ser más radical
Pero no es tan fácil. Sus comentarios, sus opiniones, su sarcasmo y ella en sí misma hacen que los ‘heteruzos’ se retuerzan detrás de las pantallas de sus ordenadores y abran sus cuentas de Twitter cabreadísimos para escribir eso de ‘hembrista’, ‘feminazi’, “ni machismo ni feminismo: igualdad” y “toda esa pereza absurda, inculta” después de teclear una arroba antes del nombre de esta mujer a la que le da exactamente igual que ejércitos de haters bombardeen sin miramientos sus redes sociales: “El que no quiera entenderlo como humor, pues allá él. Yo no voy a convencer a nadie de que lo mío es humor, de que lo mire como yo quiero”. De hecho, todos esos tweets con fines hirientes no cortan el discurso de Isa: “Si me tuvieran que influir…Al revés, me impulsan a ser más radical”.
Tampoco hacen que se calle en las redes sociales o que deje de ser tan directa. Tanto que la primera vez que entré en su cuenta solo podía leer retweets que se intercalaban con un aviso que se repetía: “Este Tweet no está disponible porque incluye contenido que potencialmente puede herir la sensibilidad de algunas personas”. Bajé por la pantalla y todos estaban tapados con esta advertencia. ¿Qué pondrá? Activé la configuración para decirle al pajarito azul que me veía preparada para soportar el contenido y leí, por ejemplo, el último tweet que decía: “A ver, aquí te publico el Deforme Semanal del viernes para que en este día de depresión post San Isidro, tengas un ratito de ilusión, igualito que ayer cuando bailabas en la Pradera como una posesa a Joe Crepúsculo, igual”. Nada que decir, o mejor, que os lo diga ella: “Fíjate, para que veas. Twitter es el nicho machista por antonomasia, donde se pueden leer las barbaridades más imposibles. Pero luego no se puede hablar libremente de feminismo como yo hablo”.
Está segura que si fuera hombre podría decir las cosas que dice con total tranquilidad: “mi límite es ser mujer”. Pero no parece que le gusten los límites. Por eso, responde de frente -en un vídeo- a las columnas que firma “el que trajo el término feminazi a España”, Arturo Pérez-Reverte – ese sí que es un ‘heteruzo’ de cojones”, apunta Isa-: “¿Quién te oprime a ti, cariño? Que yo me entere. A ti no te oprime nadie. Tú eres el establishment, tú eres lo políticamente correcto, te jodes”. Por no tener límites, le construyeron una barrera y le echaron de El Español. El motivo, un tweet en su cuenta personal: “El PP aniquila sistemáticamente las humanidades y yo he hecho un vídeo cagándome en La Biblia”. Reconoce que no fue afortunado y lo borró “en cuanto me di cuenta, a los diez segundos, pero ya era tarde”. “Fui una inconsciente por meterme a hacer lo que yo hago en un periódico ultraliberal, tan alejado de mi ideología. Pero no creo que vuelva a sucederme más”, reconoce la humorista en una entrevista para la revista Contexto.
Por no tener límites, se puso al frente de un late night con una compañera -la periodista Lucía Lijtmaer- al lado. Dos mujeres feministas y combativas: “la manera de hablar de feminismo necesariamente pasa por ser radical y el humor es una forma, no solo didáctica, sino también revolucionaria, de hacerlo”, cuentan en una entrevista para S Moda. Revolucionario es incluso el concepto, porque no hay hueco ni para sus temas, ni para su tono ni para ellas por ser mujeres capitaneando un proyecto. Claro que no lo hacen en la televisión en abierto, lo emiten por streaming en Público TV: “No creo que las cosas que nosotras decimos, con la libertad con la que las decimos y hablando desde nuestra posición feminista fuese posible en la televisión. Pero estamos muy contentas en este espacio de Internet”.
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) les pidió una presentación cómica sobre los estereotipos feministas para el festival Primera Persona. Cuando le sumaron la necesidad de abordar temas de actualidad desde el feminismo, ya estaban llamando al Teatro del Barrio -sí, ellas mismas. No esperan a que un señor les dé la oportunidad. “Las oportunidades nos las damos nosotras”- y más tarde al Arlequín. En doce programas, le han hecho “la entrevista en profundidad que no le hacen los medios tradicionales” a Gabriela Wiener, Leticia Dolera o Cristina Fallarás. Son gamberras y hacen reír, quizás esa sea la fórmula secreta para conseguir la concienciación general en el feminismo porque, dice Isa Calderón, “falta muchísima lucha porque llevamos doscientos años luchando por esto y no termina de calar el discurso. Hay que seguir”. Y así lo va a hacer ella, sea la fórmula secreta o no, el humor es su fórmula.