#ElBecario sigue trabajando, pero no se sabe si llegará vivo al 2017

Ser el Becario en verano es maravilloso, ya lo contamos hace unos meses, pero en Navidad lo es más. ¿Por qué? Porque los temas navideños regalan grandes momentos y algún que otro catarro.

Todo comienza antes del puente de la Inmaculada. De camino a la redacción ves que los árboles del paseo comienzan a llenarse de cables. También hay conos de luces que están puestos estratégicamente en ese lugar que empleas para atajar cuando vas tarde. Y cómo no, las clásicas luces que cruzan de edificio en edificio. Sí, la Navidad ha llegado. La alegría inunda tu alma, estás eufórico, nada puede quitarte la sonrisa infantil e inocente de niño. Bueno, hay una cosa que sí…

“Buenos días, majo. Esta tarde, a las 21.00, es el encendido del alumbrado navideño. He pensado que te haría ilusión y te lo he dejado a ti. Vienes pronto que lo meteremos en el boletín de las 21.30”.

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Conforme pasan los días llega el incómodo momento en el que toda la redacción habla de la cena de Navidad. Se comentan los modelitos, los peinados, si cogen el taxi conjunto, lo borracho que se puso el de horóscopos el año pasado, el jamón que le tocó al del tiempo…Becario cena de Navidad

Y es el momento en el que piensas: ¿y yo estoy invitado?

La respuesta es sencilla: NUNCA LO SABRÁS. Bueno sí, pueden darse dos opciones:

  1. Que no vayas y el lunes te digan “podrías haber venido”.
  2. Que te lo digan con mucho tiempo y te mire toda la redacción mientras te pregunta al unísono: “¿vendrás?”. La respuesta parece ser más importante que el modelito de la Pedroche para las campanadas, si este año decide vestirse.

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Lo de la cena casi es lo de menos. Ojos que no ven, corazón que no siente. Es más incómodo el momento cuando llegan regalos para todos los de la redacción menos para ti. Tazas, bolígrafos, tabletas de chocolate o imanes para la nevera. Tú esperas ansioso a que alguien se acuerde de ese becario que le entrevistó, pero nada.

Lo único que te regalan es el calendario de mesa de una empresa de transportes.

Calendario becario

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Si vas a la cena, serás el único que sepa el precio de la comida. La razón es muy sencilla: habrás tenido que investigar en el mercado del cardo, del cochinillo, del besugo y de las cigalas.

TendSin título-2rás que hacer frente a señoras agresivas que luchan por conseguir la vez. En Navidad no vale lo de “¿quién es el último?”. Y aguantarás al vendedor listillo que se quiere reír de ti porque tu alcachofa mola más que las suyas.

Consejo de becario experto: si eres de radio y no consigues declaraciones a pie de mercado puedes meter al baño a tu compañero, abrir la ventana y preguntarle qué le parece el consumo de cardo durante la cena de Nochebuena. Funciona, te lo dice un becario de confianza.

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Tras el encendido de las luces, la cena de empresa y los reportajes de precios, la Navidad está a la vuelta de la esquina y más cuando se acerca el 22 de diciembre.

Para ese día no planees nada. No sabes dónde puede caer el gordo, ni cuándo. Si cae en tu ciudad te va a fastidiar, a no ser que te toque a ti. “Corre que ha tocado en el Coso”, “no vuelvas a la redacción y vete a la avenida Goya”, “cambio de planes, vente y te vas en la móvil a Calatayud”… Y así toda la mañana.

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Nunca se pierde la esperanza de tener la noticia en casa y que toque el número de la redacción, ese décimo que has tenido que comprar por compromiso y por avaricia.

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Cuando piensas que ya habías hecho de todo para la Navidad te proponen un reportaje sobre el consumo de champán. Te cita un señor con apellidos tricompuestos y jersey sobre los hombros en su bodega. Tras enseñarte los viñedos, las barricas y el proceso de fermentación, te da una degustación.

Así puedes acabar, como las Grecas.

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Año nuevo, vida nueva, eso se suele decir. Siento decirte que tu vida de becario va a seguir igual, pero puedes hacer una lista de propósitos.Becario champán

Siento decirte también que no va a hacer falta, te la van a mandar. Como es tradicional, te van a encasquetar un reportaje con las intenciones que se tienen a principio de año y que no llegan ni a San Valero.

Estudiar inglés, aprender a hacer croquetas como las de la abuela, independizarte, ir al gimnasio, dejar de fumar, beber menos… Quedan muy bien, y si se plasman en una entrada de Facebook con una foto de cuando eras pequeño, todavía mejor.

Reconócelo, eres un pringado. Nadie los va a cumplir pero tú tienes un bonito reportaje para tu lista. Con este y el de los disfraces de la carrera de San Silvestre ya van cinco…

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Los cotillones son muy caros. Con tu sueldo de becario no te lo puedes permitir. Así que te invito a que te vengas conmigo a la Puerta del Sol, que este año me toca dar las campanadas. Pero claro, como soy el becario tengo que hacer de Anne Igartiburu y de Ramón García.

El becario te desea un feliz 2017.

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PD: no bebas mucho, por la resaca, que las rebajas están a la vuelta de la esquina y todavía te quedan los 120 reportajes sobre los regalos de los Reyes Magos y sus tradiciones. Chin chin.

Autor:

Mariano Millan foto mariano millan nombre

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Dibujo historias y hablo por los codos. Soy chafardero y tozudo, es decir, curioso y con tesón. No concibo este mundo sin cajas y sin libretas. De pequeño quería ser el hombre del tiempo, pero me encontré al Periodismo y me fui con él.

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