La importancia de un final
Javier Aranda//
Elvira Sastre se estrena en el campo de la narrativa con Días sin ti, novela galardonada con el Premio Librería Breve 2019. Tras la publicación de seis poemarios, la escritora nos regala ahora su forma de entender el amor con una historia sobre la pérdida.
Todo termina. Un beso, el sexo, el amor, la vida. Cada una de nuestras acciones tiene fecha de caducidad, y es ese final el que nos hace disfrutar de cada momento. Nos han llenado la cabeza con clichés como el de “encontrar a nuestra media naranja” o el de “vivir felices y comer perdices”. Pero, ¿qué pasa cuando las perdices se acaban y nuestra otra mitad desaparece?
Cuando alguien falta deja un agujero aterrador para quien lo contempla. Lo llaman ausencia. A veces son ausencias elegidas y, otras, involuntarias. Pero nada da más miedo que ese vacío. Intentamos pasar de puntillas sobre él […] No debemos forzar el olvido de quien una vez nos cedió su sitio, sino aprender a volver a ese lugar sin angustia e intentar regresar ilesos. (Pág. 9)
Así comienza Días sin ti (Seix Barral), una historia de amor y desamor. Un 50/50 que impregna cada una de las páginas de esta novela de ficción que, a veces, tiene complejo de libro de autoayuda. Su autora, Elvira Sastre (Segovia, 1992), ya ha tratado este tema en sus seis poemarios publicados, pero ahora, lo hace por primera vez a través de la narrativa. Con una cuidada prosa poética se abre al lector mostrando su filosofía de vida y cómo entiende las relaciones de pareja. De esta forma, nos da sus claves para comprender el amor.
“Día uno sin ti: Te echo tanto de menos que en mi reloj aún es ayer”
Una chispa. Esa llama interna se encendió en Gael cuando vio a Marta cruzar la puerta. Era la modelo que iba a posar en la clase que impartía de escultura. Desde ese momento no la pudo sacar de su cabeza. Poco a poco comienza un romance que lleva a Gael a rememorar una conversación que tuvo con su abuela Dora diez años atrás.

La autora de títulos como Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo o Ya nadie baila, divide esta historia en dos relatos: la de Gael con Marta y la de Dora con su marido. Mientras en la actualidad avanza la historia del joven escultor con la modelo, la autora nos transporta a la Segunda República y a la Guerra Civil de la mano de Dora, una maestra luchadora y republicana que perdió al amor de su vida cuando aún era joven, quedándose viuda con un hijo de temprana edad en sus manos en una época convulsa.
Son dos historias muy diferentes en contextos que a primera vista no se parecen, pero que tienen el amor como hilo conductor común. Este libro ofrece un prisma poco usual de las relaciones: el momento en que terminan. Con Gael y Dora aprendemos que el amor no finaliza con un “no puedo estar contigo”.
Sería mucho más sencillo dejar de querer a alguien en el momento en que te lastima. Pero no, es un sentimiento que se intensifica cuando pierde equilibrio y peligra. Por eso el amor y el dolor van siempre de la mano, uno no debe obsesionarse con evitarlo. (Pág. 218)
La novela exalta la tristeza como un sentimiento necesario que no se debe esconder, y revela el amor propio como un requisito indispensable antes de querer a otra persona. Pero va más allá.
Elvira Sastre también esconde un relato crudo sobre la España de hace ochenta años. Una época donde el libre pensamiento era castigado y la alienación de las personas era el pan de cada día. Con Dora como protagonista de esta historia, se nos ilumina la perspectiva del bando sufridor en esta batalla y lo que significó encontrarse en el lado de los vencidos.
La relación de Dora y Gael completa el texto. Sastre hace un homenaje a su abuela Sote, su “Dora particular”. De la alternancia de sus relatos surgen enseñanzas morales y vitales. Nos advierte del vínculo afectivo y la acción educativa que pasa de una generación a otra. Sastre conecta la experiencia directa del amor y sus demonios y su experiencia secundaria a través de la memoria de los antepasados.
Un acierto a veces nublado por su convencionalismo, el uso de estereotipos y de lugares comunes. Errores que llegas a pasar por alto por el inocente encanto de la obra en su conjunto y el mimo con el que está escrita cada palabra de esta novela.
Encontramos un ambiente delicado, casi onírico en su obra. Una esencia que caracteriza a su autora desde sus inicios en redes sociales con su blog Relocos y Recuerdos, trampolín que la ha situado como una de las voces más importantes de la generación millennial en España.
Esta historia solo es el comienzo de su andadura narrativa. Un inicio que tendrá un final, como todo, pero esta escritora aún esta lejos de atisbarlo. Un largo recorrido lleno de enseñanzas le espera. Entonces, Elvira Sastre, brillará todavía más.