La ‘MADRE!’ del terror, por Darren Aronofsky

Dani Calavera//

¿Por dónde empiezo? Mientras buscaba un pretexto para publicar un artículo sobre la violencia en el cine, intentando dar a entender las razones por las que esta violencia está, en algunas películas, justificada, quiso el destino que el pasado viernes asistiera al estreno de Madre! de Darren Aronofsky. Pero no, este film no va a ser la excusa para hablar de la violencia en el artículo. Este film es tan grande que merece, como una buena amiga me ha dicho, «reseña propia».

Intentaré ser breve y conciso, sin meterme en harina y sin, por supuesto, desvelaros absolutamente nada del argumento porque, sorpresas aparte, la campaña publicitaria de este último film de Aronofsky ha sido perfecta. Desde el tráiler hasta los posters anunciadores, todo sirve para que nos hagamos preguntas sobre su temática, género e incluso elucubraciones de por dónde nos iba a salir el director. Y la película no puede salir por un camino más insospechado, sorprendente y estimulante. Pero -y aquí viene lo bueno- todas estas conclusiones llegaron a mi mente y a mi corazón en los títulos de crédito. No mientras la estaba viendo, no durante sus escenas, no durante el desarrollo de la historia. En todos estos momentos estaba sufriendo; sufriendo como nunca. De hecho, cuando estos días me han preguntado qué me ha parecido el film, siempre contesto lo mismo: Madre! de Darren Aronofsky, es una de las experiencias más intensas, perturbadoras e impredecibles que jamás he sentido en una sala de cine. Y recalco la palabra “experiencia”.

poster-madre

Este cineasta nos lleva dejando muy claro desde hace años que lo suyo es remover las entrañas del espectador. Su labor se centra en coger a los más cómodos –a aquellos que lo que quieren es evasión-, unirlos con los más valientes –con los que quieren vivir la película y no sólo verla, como quien experimenta un cuadro o una escultura-, juntarlos a ambos y, más allá de hacerles pensar, hundirles en un significado que, en el mejor de los casos, suele ser deprimente y otras veces puede ser verdaderamente desolador. Réquiem por un sueño, El luchador, Cisne negro… todas ellas tienen en común una misma dirección descendente, pero no en calidad, en angustia, ni en emoción, no; descendente en el más oscuro abismo, para que cuando el film termine una parte de ti esté tranquila porque has vuelto a la realidad y no estás en ese profundo infierno en el que acaban las historias de este cineasta superdotado. ¿Lo estoy criticando? Para nada, lo estoy ensalzando. Esta es el arma de Aronofsky y la utiliza muy bien, cada vez mejor.

Comienza Madre! y el espectador pasa por tres fases.

1. Desconcierto

A pesar de la extraña estructura de su primer acto -y digo extraña sobre todo por el comportamiento de los personajes y de las situaciones-, mi intriga por saber qué estaba pasando fue creciendo en cada situación incómoda, en cada plano chirriante -brutal uso de los efectos sonoros-, en cada tenso diálogo. Y mi aplauso es grande para el uso del espacio que hace Aronfsky. Fijaos bien en el rostro del personaje de Jennifer Lawrence; observadlo bien porque eso es lo que este autor quiere y presenta de maravilla. La gran mayoría de planos frontales de Lawrence son primeros planos -acostumbra a hacerlo, sí, no es nada nuevo en su cine-, pero en el film este recurso está no solo genialmente justificado gracias al significado del relato sino perfeccionado en relación con el resto de personajes de su filmografía, planos de seguimiento incluidos. Y todo en ese escenario. Magnífico desconcierto mientras noto como mis dientes empiezan a apretarse entre ellos, tenso la mandíbula, vislumbro lo desagradable, la abominación…

2. Horror

Si lo consigue, que lo conseguirá en la mayoría de los casos, el director hará que te metas en el film gracias a los recursos utilizados en el primer acto y todos nosotros seremos Jennifer Lawrence -atención al hecho de que nombro a la actriz, no a su personaje, ya que si lo hiciera, si dijese un nombre por el que llamarla, os destriparía toda la experiencia-. Como seremos ella sufriremos todo, absolutamente todo, lo que ella sufre. Nos cabrearemos, nos horrorizaremos, estaremos solos ante la barbarie, ante el mayor de los terrores que puede afrontar un ser humano. No os engaño ni intento magnificar ni exagerar mi reacción, os lo cuento tal cual: hay una escena que me hizo soltar un grito en el cine y que también hizo que la gente que se estaba riendo -sí, riendo- enmudeciera en estado de shock por lo que acababan de presenciar. Horror. Realmente desagradable aquello para lo que te prepara el primer acto, se desarrolla en el segundo y culmina en el tercero. Un horror que, no es broma, no quiero volver a ver jamás.

3. Aplauso

Madre

Llega el final. Todo ha terminado por fin. Estoy enfadado, estoy atolondrado, estoy emocionado, estoy triste, estoy desgastado, estoy cansado, estoy alucinado… y mi compañera en el cine también. Nos miramos, empezamos a hablar sin parar y llegamos a la misma conclusión: un film como Madre!, por muy horroroso y desagradable que te haya parecido en muchos momentos, merece un gran aplauso porque te provoca algo que solo los grandes creadores de arte te provocan. Te hace sentir y pensar, y vaya si lo hace… Y encima, con ese significado, con esa historia que te ha contado, que ha estado ahí todo el rato, en todo momento, sin engañarte lo más mínimo. Un significado, una metáfora, o un lo que sea que me hacen reconocer a este film como ARTE con mayúsculas.

Mención aparte merecen las superlativas interpretaciones de Bardem y Lawrence, la fotografía de Matthew Libatique y la labor ya mencionada de marketing.

¿Conclusión? Haced caso a aquellos que os han asegurado que salieron de la sala sin verla terminar. Haced caso a aquellos que la encumbran como una obra mayúscula. Haced caso a aquellos que la ponen a parir. Hacedles caso a todos porque así de gratificante es lo que ha conseguido Aronofsky. Eso sí: corazones sensibles abstenerse de verla.    

Para más información                                           

https://videos.heraldo.es/aragon/daniel-calavera-madre-esto-es-arte-QpWw7J/ 

Autor: 

Sandra Lario foto Sandra lario nombre

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Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: «Unas cuantas Pelis». ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!

Twitter Blanca Uson


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