Las imprescindibles del siglo XXI

Dani Calavera//

No tiene mucho sentido eso de crear una lista con “las mejores” películas del siglo, o en éste caso, de lo que llevamos de siglo. Personalmente, cuando elaboro una lista me baso en parte en mi gusto personal, pero también procuro añadir un mínimo criterio objetivo a la hora de resaltar mi valoración de un título o al incluirlo en dichas listas. Es divertido contestar a un lector u oyente de mi sección en Aragón Radio, que indignado cordialmente, me pregunta por qué he incluído ciertos films y otros no. Mi respuesta siempre es la misma: “No está en mi lista, porque está en la tuya”. El arte es subjetivo y crear una valoración objetiva clara, es labor del periodista, no del creador. Y afortunadamente, al no ser yo periodista, estoy libre de las cadenas de dicha valoración objetiva encorsetada por la información y la actualidad. Esto no quiere decir que no me base en mi criterio profesional como cineasta independiente y trabajador del audiovisual a la hora de llevar a cabo estas valoraciones, pero ante todo, el cine, como todas las artes, se mueve por las emociones y siempre son estas las que procuro que dicten mis críticas, artículos y secciones en los medios que cuentan con mi opinión.

Al igual que el film de Kathryn Bigelow de los 90, vivimos Días Extraños pues los que nos hemos criado entre los últimos coletazos de la nostalgia ochentera y las modas de las nuevas generaciones nacidas pasada la Odisea en el espacio que Kubrick imaginó en el 2001, nos sentimos muchas veces atrapados por el hastío de volver a repetir de forma constante los patrones narrativos que marcaron nuestra infancia y nuestra habitual aversión hacia la actual moda de la inmediatez, hecho que hace que estas nuevas generaciones se muevan únicamente por estímulos constantes, obviando la experiencia de degustar como es debido una buena película. Que cada cual disfrute del arte como quiera, por supuesto, pero para que esto se produzca de forma mágica, de esa forma que muchos hemos sentido tantas veces con el cine, debe apreciarse como es debido, no en formato vertical, doblando su duración para que pase más rápido, ni de forma inconsciente. 

Así pues, me dispongo a elaborar mi lista de las películas que considero imprescindibles de este siglo XXI, en el cual, durante sus 23 años, nos ha regalado verdaderas joyas, verdaderas obras de arte, que no deberían jamás pasar inadvertidas por ningún espectador, tenga la edad que tenga, y sean cuales sean las emociones que le mueven a la hora de disfrutar del arte que le gusta. Como siempre y antes de empezar, espero que tengáis preparado vuestro café, vuestro cigarro y que recordéis que esto es sólo una crítica, una opinión en un océano de opiniones y que la última palabra, es vuestra.

Cada film irá acompañado de una mención especial, un “film hermanado”, algo así como un comodín que sirve como excusa para incluir otro título más y como extensión del género o emoción que el film titular respire en vuestro narrador de hoy.

Menciones especiales

Podría entretenerme explicando el por qué las incluyo, o el por qué no lo hago en la lista titular, pero, ¿para qué? Son títulos tan relevantes, exquisitos en todos sus géneros y en algunos casos, tan realmente especiales, que su visionado ya es el motivo por el que son grandes films que todo aquel que aprecie y ame el séptimo arte debería ver. Como la trilogía de El señor de los anillos de Peter Jackson, que ya ha pasado a formar parte de nuestras vidas, los dos crepusculares relatos de superación y western perpetrados por Eastwood con sus Mistyc River y Million Dollar Baby o grandes films nacionales, únicos en sus géneros y propuestas narrativas, como lo son las brillantes El Hoyo o la adaptación de Lorca a cargo de Paula Ortiz, La novia. Así como cualquiera de los mejores films de Pixar o las últimas obras de arte filmadas por el director de directores, Martin Scorsese.

Big Fish. (Tim Burton. 2003)

OldBoy. (Park Chan-Wook. 2003)

Akelarre. (Pablo Aguero. 2020)

Persépolis. (Marjane Satrapi, Vincent Paronnaud. 2007)

Pequeña Miss Sunshine. (Jonathan Dayton, Valerie Faris. 2006)

El secreto de sus ojos. (Juan José Campanella. 2009)

Madre. (Rodrigo Sorogoyen. 2019)

La cinta blanca. (Michael Haneke. 2009)

Doctor Sueño. (Mike Flanagan. 2019)

El hombre del Norte. (Robert Eggers. 2022)

Me resulta imposible meter en ninguna lista un film como Madre! (2017) de Darren Aronofsky. El motivo es sencillo: se trata, en mi opinión, de una de las mejores obras de arte del siglo. Seguramente y en conjunto, de las mejores obras de arte que he visto en mi vida. No exagero al aseguraros que en los últimos veinte años, no he salido nunca tan sobrecogido de una sala de cine, siendo consciente de que lo que acababa de ver era uno de los mayores emisores de verdadero arte, verdadera emoción, que jamás había sentido. Pero efectivamente, no es algo que comparta todo el mundo… Maldita objetividad… 

Hay otros muchos títulos que han pasado desapercibidos en lo que a recibimiento académico o valoración crítica positiva se refiere, quedando relegados en un limbo “de culto” como dirían los más doctos, o sencillamente apartados en un plano diferente, esperando a ser descubiertos. Films como la tristísima y, como su título indica, oscura: The Dark (2018) de Justin P. Lange, una rareza bellísima y horrorosa que podría ser la hermana de la notable Ghost Land (2018) de Pascal Laugier.

Raras, escondidas, como la maravillosa marcianada Swiss Army Man (2016) de Los Daniels previos a sus Oscar. O la infravalorada Infierno Blanco (2011) de Joe Carnahan, quizás de los mejores y más bellos films sobre la supervivencia que jamás haya visto.

Las 10 principales (y sus infiltrados comodines hermanados)
  • 10. A ghost story. (David Lowery. 2017)

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Desde que Kubrick decidió intentar explicarnos el significado del cosmos, y del ser y su significado en el universo, en su anteriormente citada odisea, no se me ocurre ningún otro título que se haya atrevido a adentrarse en tan vasto terreno como lo es el sentido de la existencia. A ghost story lo hace. Y lo hace de una forma abrumadora y preciosa. El mejor título que ha dado A24 desde que comenzó su andadura de dar dinero a quien sólo quiere contar una historia.

Elige el comodín: Interstellar. (Cristopher Nolan. 2014)

Nolan decide no complicarse. Nolan decide contarnos un pequeño cuento de dos líneas en dos horas y media sobre la conexión, el infinito y el amor. Y Nolan hace su película más memorable. Y aún suena y seguirá sonando su música (y no me refiero sólo a su banda sonora) “tú eras mi fantasma…”.

  • 9. Malditos bastardos. (Quentin Tarantino. 2009)

Malditos Bastardos

Tarantino no podía faltar a la fiesta. El friki más friki de todos los frikis sólo sabe hacer peliculones y coincido con él: “Creo que esta podría ser mi obra maestra”. El cine como arma salvadora del mundo, literal y metafóricamente. Un espectáculo de principio a fin.

Elige el comodín: Érase una vez en Hollywood. (Q.T. 2019)

Dos ángeles de la guarda, tan alcohólicos como decadentes, protegen al Hollywood muerto que estaba a punto de cambiar y darse cuenta de todo lo que le rodeaba. Ese en el que reinaba otro ángel que nunca debió morir como lo hizo. La comedia de la venganza, la vanidad y la amistad. El mejor cuento que nos ha contado el friki de los frikis.

  • 8. Amélie. (Jean-Pierre Jeunet. 2001)

Amelie

Hay un motivo por el que el film de Jeunet tiene tantos detractores: no aguantan que exista algo tan maravilloso en tantos sentidos. Y cuánto pasa esto… Pese a quien pese, la heroína de éste siglo tiene un nombre y es el suyo.

Elige el comodín: Clímax. (Gaspar Noé. 2018)

Desde tierras de los irreductibles galos, pocos cineastas desafían tanto a la razón y a la cordura como Noé, y vomita su pieza más vanguardista y potente en éste Clímax. Esos títulos de crédito a mitad del metraje, ese plano secuencia del baile, esas entrevistas, esa cámara, me cago en la puta de oros… (perdón por la expresión, pero es lo que toca).

  • 7. El protegido. (M. Night Shyamalan. 2000)

El milenio empezó con la mejor película que se ha hecho jamás sobre héroes y villanos. Extendida su mitología sobre lo extraordinario (y todos sus enemigos) hasta llegar a Cristal (2020), la siempre estimulante obra del creador de la mejor metáfora sobre el miedo (política) en el pueblo con la igualmente sobresaliente El Bosque (2004) alcanzó su cima con éste título, con unos brillantes Willis y L. Jackson. Y ese final… ese final. “…Creo que aquí nos damos la mano”. Y así se cuenta una historia.

Elige el comodín: The innocents. (Eskil Vogt. 2022)

Actualmente y como hasta las piedras saben, Marvel y DC compiten por ver quién ofrece una película más grandilocuente sobre superhéroes. Sin embargo, en todas ellas cometen el mismo fallo salvo en marcadas ocasiones. ¿Qué fué antes, el huevo o la gallina? No harían falta héroes si no hubiese villanos… Éste excelente film llegado desde Noruega es diez veces más emocionante que cualquier blockbuster sobre superhéroes de ambos mastodontes amasa fortunas, ¿y por qué lo comparo con ellos? Porque habla exactamente de lo mismo. Sólo que éste film lo hace muy, muy bien. 

  • 6. Inteligencia artificial. (Steven Spielberg. 2001)

Inteligencia Artificial

En los 80, Kubrick quería adaptar Los superjuguetes duran todo el verano de  Brian W. Aldiss, así que le dijo a Spielberg “Yo la produzco y tú la diriges”. Tras la partida del genio tras terminar, rozando el milenio, su excelente Eyes Wide Shut, el otro genio decidió hacer realidad bajo su sello uno de los últimos empeños de su viejo amigo. Lo que consiguió se sale de los márgenes, sencillamente. El Pinocho de éste siglo (y del siguiente y hasta el fin de la era glacial y la llegada de quien tenga que llegar).

Elige el comodín: La llegada. (Denis Villeneuve. 2016)

También podría haber incluído la tardía secuela de Blade Runner a cargo del canadiense, porque hace falta tenerlos muy bien puestos para llevar a cabo semejante hazaña y superarla con nota. Pero reconozco que la frialdad y realismo con el que nos embauca éste bello relato sobre el dolor, la pérdida y lo desconocido, es superlativo en prácticamente todos los sentidos. Qué pequeñita y a la vez qué grande es ésta llegada.

  • 5. Parásitos. (Bong Joon-Ho. 2019)

No está todo contado. Aún no. El director surcoreano, responsable del mejor film con monstruo de la historia (The Host. 2006) así lo demostró con sus parásitos. Como ya demostró también a bordo de su Rompenieves (2013), sabe perfectamente que el verdadero problema de la sociedad no es ni la raza, ni el género y ni siquiera la ideología. La verdadera lacra es la lucha de clases y de cómo los que están arriba se alzan sobre los que están abajo, cada día, en cada trabajo, barrio y ciudad. Dos giros de guión de caerte al suelo hacen el resto en el conjunto de uno de los sobresalientes incontestables del siglo. A Berlanga ésta película le habría enamorado, estoy seguro. 

Elige el comodín: Tres anuncios en las afueras. (Martin McDonagh. 2017)

No, no está todo contado. Aún quedan nuevas fórmulas, nuevos héroes, nuevas estructuras, tramas y comedias dramáticas sobre el esperpento animal que todos nosotros somos. Para reírte del mundo, junto a los Hermanos Coen, nadie como el irlandés McDonagh. Y en su mejor film lo demuestra con creces.

  • 4. Mad Max: Fury Road. (George Miller. 2015)

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Ni siquiera daré motivos. Desde el segundo uno hasta el fundido a negro son los motivos. Y punto.

Elige el comodín: Ciudad de Dios. (Fernando Meirelles, Kátia Lund. 2002)

Hay quien necesita los tres actos propios de un relato marcados y mascados, otros necesitan sentir que van a la corriente de quien entiende. Sea como sea, el film de Meirelles consigue dar al traste con prácticamente todo lo que conocemos respetando los cánones clásicos. Y lo hace de una forma sucia, real, bruta. Y con un desierto hasta los topes de gritos en pleno suburbio de sudor y sangre, adornado en perfecto filtro oro amarillento. Tan contundente como memorable. 

  • 3. El laberinto del fauno. (Guillermo Del Toro. 2004)

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Cuenta la leyenda que Del Toro no estaba conforme con el resultado final, que tuvieron que ir al rescate sus amigos Cuarón e Iñárritu y asegurarle lo que todos sabemos, que había realizado el mejor cuento de su carrera. Un cuento triste, melancólico, oscuro y sin embargo, lleno de maravillas y precioso mensaje final, tan tierno como auténtico. Como tierno y auténtico es el genio gordito mexicano.

Elige el comodín: El viaje de Chihiro. (Hayao Miyazaki. 2001)

El otro viaje, otro cuento que puede rivalizar a nivel de maravillas con El laberinto. Miyazaki superó a su Totoro y a su princesa Mononoke con su adaptación nipona con ecos de Lewis Carroll sobre las leyendas más longevas de su tradición. Quizá el viaje al interior de la infancia y el paso a la conciencia de la vida más delicado junto a otra adaptación, la que Spike Jonze hizo de Maurice Sendak y su Where the wild things are (2009).

  • 2. Mulholland drive. (David Lynch. 2001)

Mulholland drive

¿Es el infierno, el purgatorio?, ¿Es la pesadilla de una aspirante a estrella o sólo la división de dos almas idénticas tocadas por la fortuna y la desgracia en una misma persona? Da lo mismo. Nos metemos en el Club Silencio y el surrealismo del perpetrador de lo onírico nos agarra como sólo puede hacerlo una amante desconocida en la noche más turbia. Una noche que no hace falta que hable nuestro idioma, porque su belleza nos tiene fascinados. “Esa es la chica…”

Elige el comodín: Twin Peaks. The return. (TV) (David Lynch. 2017)

25 años después, volvimos. Y como hace 25 años, nos dimos cuenta de que nunca salimos de sus bosques, su música y su luz y oscuridad, como la vida de la que no podemos escapar.

  • 1. Apocalypto. (Mel Gibson. 2007)

APOCALYPTO

Hay una única cosa clara que tengo en ésta lista sin orden estricto, y es que la epopeya maya de Gibson va a estar en primer lugar, a no ser que algún día se produzca el milagro de que otro film la desbanque. No sé vosotros, pero esto es lo que yo entiendo como CINE. Dos horas que no te sueltan, al contrario, hacen lo imposible por alucinarte con una aventura despiadada, violenta, vertiginosa y emocionante. Podéis acusar a Gibson de lo que queráis, y que el católico extremo crea en lo que le dé la gana, porque nadie como él para golpear al mundo con un rotundo, auténtico y verdadero golpe de creatividad, técnica y arte. 

¿No estáis de acuerdo? Recordad siempre que las que no veáis en ésta lista, es porque están en las vuestras. Un abrazo a todos los lectores de la revista universitaria de periodismo, a los que deseo un muy feliz cumpleaños. Personalmente, adoro la libertad que siempre he sentido por parte de sus editores y editoras, ojalá todos los medios fuesen como vosotros. 

Felices 10 años, Zero Grados.


Si te has quedado con ganas de más recomendaciones cinematográficas, en Zero Grados contamos con una sección entera dedicada al cine

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