Marta Peirano: «Nadie debería tener tanto poder»

Sofía Villa//

“Nadie debería tener tanto poder. Yo no sé qué haría si tuviera a un tercio de la población a mis pies”. Así de clara y directa se muestra Marta Peirano, periodista experta en tecnología. En su libro El enemigo conoce el sistema (Debate, 2019), explica qué es realmente Internet, cómo funciona y de qué manera influye en nosotros.

Internet ha dejado de ser un proyecto humanista y se ha convertido en un proyecto de control, de dominación mundial, en manos de un número cada vez más pequeño de empresas. Así, a diferencia de lo que se nos ha inculcado, la red no es libre, ni abierta ni democrática.

Como en las célebres novelas 1984 o Un mundo feliz, ambas mencionadas en el libro, los ciudadanos somos vigilados, controlados, manipulados y utilizados. No serán pocos, como dice Peirano, los que piensen que no tiene sentido que quieran conocer sus mensajes o correos.

Pero es que no quieren conocer tus conversaciones ni tus secretos, sino tus datos: a qué hora te conectas, qué haces primero y qué haces después, cuánto tiempo permaneces en cada página web, etc. Los ciudadanos nos hemos convertido en la materia prima del engranaje que algunas empresas –como Google o Facebook– han diseñado para lucrarse. Una materia prima fácil, asequible, dócil.

El lugar de Internet donde somos más vulnerables son las redes sociales. Esto se debe, sobre todo, al engagement, la herramienta principal de las aplicaciones. Esta palabra inglesa hace referencia al tiempo que pasamos en la aplicación tocando la pantalla, interactuando con otros usuarios o, simplemente, llevando el móvil con nosotros. Así, se traduce en el número de horas que pasamos delante del móvil, el cual las empresas quieren maximizar.

Peirano lo argumenta así: “Quieren que estés enganchado al móvil las 24 horas del día. Para ello, tienen que competir entre las aplicaciones, puesto que son muchas y todas tienen algo que te engancha. Esto lo consiguen mediante eso que llamamos “notificación”: cuando suena un ruido o tu pantalla se ilumina, están llamando tu atención”.

Es por eso que cuando desbloqueamos el teléfono para mirar un mensaje o correo, después pasamos media hora más con el móvil. ¿Quién podría negar que le ha pasado? Es una adicción, puesto que cada vez que pinchamos en un icono, nos genera una atención, que es lo que produce dopamina y hace que no podamos parar.

A este respecto, Peirano recalca que pasar tanto tiempo con el móvil, aunque nos hagan creer lo contrario, no es nuestra culpa. Tendemos a reprocharnos pasar tanto tiempo con el móvil y nos acusamos de estar enganchados, de no concentramos, de no sr capaces de dejar el móvil… Pero no es así. La lógica de esta industria se basa en volverte adicto. La periodista compara esta situación con el “círculo del maltrato”: “Te hacen daño y encima te culpabilizan a ti”.

Según asegura esta experta en tecnología en este libro, y citando a un estudio de Counterpoint Research, los usuarios pasan una media de tres horas y media al día mirando la pantalla. El 50% pasa cinco horas y uno de cada cuatro pasa un total de siete horas mirando su móvil. Solamente en redes sociales, el usuario medio invierte dos horas y quince minutos al día.

“Llega un punto en el que ni siquiera estamos viendo nada en concreto en la red social, solamente movemos las manos y vemos pasar colores”, recalca Peirano. Esta situación la equipara al estado en el que se encuentran las personas ludópatas mientras juegan a las máquinas tragaperras: un estado prácticamente de hipnosis, de animación suspendida, donde vas haciendo cosas de manera automática y no piensas en nada más.

Tras leer este libro te replanteas, cuando menos, hasta qué punto tú también te comportas como describe el libro y si serías capaz de modificarlo. ¿Tan sometidos estamos? ¿No hay salida? Peirano no cae en el derrotismo, pero tampoco se atreve a lanzar soluciones. Solo con llevar el dispositivo encima, incluso sin permitir dar la ubicación, saben dónde estamos y qué hacemos. Es realmente sobrecogedor y espeluznante pensar que somos tan vulnerables y tan manejables.

Y la gente, ¿es consciente de ello? Según la periodista, los ciudadanos van asumiendo cada vez más que son vigilados y controlados. Sin embargo, también afirma que la mayoría sigue comportándose de la misma manera en la red. ¿Qué es peor, creer que somos libres o saber que no lo somos y no hacer nada para cambiarlo?

Ficha técnica:

Título: El enemigo conoce el sistema

Autor: Marta Peirano

Editorial: Debate, 2019

Número de páginas: 290

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