Que alguien nos explique la palabra feo

Alberto Arilla y Rebeca Magallón//

Las letras de las canciones se erigen como un instrumento social con el que podemos cantarle al mundo lo que creemos y pensamos, pero, ¿hay un límite creativo a la hora de escribir esas letras? Y si lo hay, ¿dónde está? Homer Simpson decía que la libertad acababa donde empezaba su tele. ¿Cuál es la tele para la fiscalía?

Según la Constitución, la libertad de expresión es el derecho a “expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. A la luz de los recientes sucesos con el rapero catalán Pablo Hasél, lanzamos la siguiente pregunta: ¿debe existir el derecho a ofenderse?

Echando la vista atrás, ¿deberíamos haber metido en la cárcel a Loquillo por su hit “La mataré”? Sí, el mismo Loquillo que hoy anuncia seguros y promociona entidades bancarias con sus canciones. “La mataré” generó una gran controversia en el momento de su lanzamiento, y este es el porqué:

«…Que no la encuentre jamás o sé que la mataré

por favor sólo quiero matarla a punta de navaja…»

Loquillo eliminó esta canción en sus directos por las quejas de algunas agrupaciones feministas que le acusaban de hacer apología de la violencia de género. Sabino Méndez, compositor de la canción, se defendió alegando que precisamente lo que pretendían era visibilizar para denunciar esa violencia. Si lo extrapolamos al caso de Hasél, las comparaciones con sus letras son odiosas:

“Pena de muerte ya a las Infantas patéticas,

por gastarse nuestra pasta en operaciones de estética”

«Contar quién es y qué hace es delito,

apuntaba maneras cuando mató a su hermano Alfonsito.

¿Quién se cree que fue un accidente?”

Más allá de las formas, lo macabro e incluso lo poco inteligente que pueda sonar en ocasiones, ¿son motivo sus letras para la privación de su libertad? ¿Por qué un rockero de los 90 no iba a la cárcel, y un rapero actual sí?

Otra polémica muy sonada fue la que rodeó al mítico cantante de La Polla Récords, Evaristo Páramos. Autor de letras tan célebres como “Vamos a explicar la palabra feo”, donde repasa toda la dinastía real de arriba abajo mientras llama “cretinos” a los periodistas del corazón; “Delincuencia”, donde acusaba directamente a banqueros y políticos de ser unos “ladrones”; o, de vuelta a la monarquía, “Envidia cochina”, que repasa toda la clase de lujos y gulas que rodean al emérito, con una conclusión clara y sonora: “¡Quiero ser rey!”. Sin embargo, era en sus directos donde Evaristo sacaba toda su rabia contra el poder, desde la quema de cruces hasta las jotas dedicadas irónicamente a la policía. Algo que nunca le había supuesto un mayor problema… Hasta hace dos años, cuando la policía le llamó la atención en uno de sus conciertos.

Pablo Hasél no es un referente del rap, ni mucho menos. Sus letras pueden parecer de muy mal gusto, equivocadas e incluso dañinas. Todos estos hechos son innegables, pero ya entran en la valoración personal de cada cual. Volviendo a la pregunta inicial, ¿creen de verdad que es necesario el derecho a ofenderse? Urge cambiar ciertos aspectos de la ley, o de lo contrario, las futuras generaciones crecerán sin que nadie les explique la palabra feo.

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