Pesadillas: el subconsciente siempre regresa
Marta Sofía Ruiz//
El gato negro que tanto perturbaba al protagonista de Poe con su único ojo apareció en las pesadillas alcohólicas del escritor antes de saltar a las páginas de The Saturday Evening Post. Ya en el siglo XX, en los años 60, los atrapasueños de la tribu Ojibwa se habían popularizado en Estados Unidos, como si algo de la tradición y la magia nativa permaneciera en la producción en cadena. Faltaban aún dos décadas para que Krueger comenzara a cazar a los adolescentes de Springwood en sus más oscuras pesadillas, pero los malos sueños ya eran parte inherente de la cultura y la sociedad americanas.
Las pesadillas se caracterizan por ser sueños vívidos y emocionalmente pertubadores que ocurren durante la fase REM y que despiertan al “soñador”. Estos sueños pueden tener muchos orígenes, desde físicos a psicológicos. Una mala calidad del sueño y otros trastornos como el insomnio, la apnea y el ciclo NREM/REM también tienen influencia en nuestras pesadillas más oscuras.
Según Robert Hoss, director de la Fundación DreamScience, las enfermedades psicológicas y la ingesta de ciertos medicamentos pueden ser un factor importante, aunque en la población general las causas más habituales son el estrés o el trauma.
“Un gran estrés emocional, una emoción sin resolver, una amenaza para el sistema de creencias de una persona, un evento o una situación de especial emoción y, en los casos más extremos, el estrés postraumático, son motivos que pueden causar pesadillas”, concreta a Zero Grados el especialista.
Los datos varían según el estudio, pero, a lo largo de un año, aproximadamente un 85% de la población afirma haber tenido al menos una pesadilla, del 8% al 29% pesadillas más frecuentes (mensuales) y del 2% al 6% pesadillas muy frecuentes (semanalmente).
Aunque su presencia moderada es normal, el Grupo de Estudio Europeo del Sueño explica en su página web que su aparición continuada puede ser perjudicial para el descanso, por lo que habría que acudir a un especialista.
Un fallo de regulación
Algunos investigadores defienden que los sueños normales sirven como mantenimiento emocional natural y que realizan una función de “extinción del miedo”, es decir, que a través de los sueños el cuerpo administra y reduce la respuesta emocional ante experiencias traumáticas y ante otras situaciones de menos carga, como enfados o una tristeza pasajera.
“Los investigadores Ross Levin y Tore Nielsen van un paso más allá y proponen que las pesadillas suponen el fracaso de ese sistema de regulación de las emociones, especialmente cuando el despertar interrumpe la continuación del proceso”, explica Hoss.
Los temores de los más pequeños
Según el Instituto del Sueño las pesadillas son especialmente frecuentes en niños, siendo habituales en entre un 10% y un 50% de los menores entre 3 y 6 años.
Los datos del investigador estadounidense apuntan en la misma dirección y señalan que la prevalencia de las pesadillas es hasta un 50% mayor en niños y adolescentes que en personas adultas: sus cerebros, aún en formación, están llenos de incógnitas y su imaginación es desbordante.
“En el caso de los niños, algunas de las pesadillas más comunes son ser perseguidos por monstruos, fantasmas, criaturas y por malas personas; estar perdidos; caer; ser mordidos o comidos por un monstruo o un animal hostil; una sensación de peligro y la pérdida de control y de la capacidad de moverse en su sueño”, enumera Hoss.
En los sueños adolescentes la presencia de monstruos disminuye, pero siguen apareciendo animales salvajes. Los temas más repetidos incluyen agresiones, ser asesinado o matar a alguien, ser perseguido, una imagen negativa del propio soñador, intentar algo en repetidas ocasiones, estar expuesto delante de otros —desnudo, por ejemplo, o en una situación de ridículo— y olvidar dónde se encuentra algo.
Los miedos de nuestras pesadillas
La temática de los sueños ha sido objeto de numerosos estudios. El más amplio fue llevado a cabo por el investigador Antonio Zadra, quien recopiló 10.000 informes sobre pesadillas. Tras haber analizado los datos confeccionó una lista con los cinco contenidos más repetidos: agresión física (48,6%), conflictos interpersonales (21%), fracaso o impotencia (16,2%), preocupaciones relacionadas con la salud o la muerte (9,1%) y temor (8,7%) fueron los ganadores.
Estas categorías son muy generales, pero otros estudios realizados por miembros de la Asociación Internacional para el Estudio de los Sueños los acotan un poco.
Un ejemplo de ello es la investigación de Michael Schredl, quien analizó 1.000 sueños de voluntarios mayores de 16 años y estableció que las cinco pesadillas más comunes eran caer (40%), ser perseguido (26%), sentirse paralizado (25%), llegar tarde a un evento importante (24%) y la muerte de una persona cercana (21%).
“Es interesante que temas como la caída de dientes o estar desnudo no aparezcan en estas dos listas. Eso es porque no son pesadillas tan frecuentes como pensamos —en una base de 20.000 sueños solo representan el 1%—. Sin embargo, son las más memorables”, explica Hoss.
El significado de nuestras pesadillas
Al igual que con cualquier sueño el ‘significado’ de una pesadillas está totalmente relacionado con asociaciones personales y con la situación de la persona que sueña. Por ello, no se puede acudir a ningún diccionario de símbolos de sueños para solventar posibles dudas.
A pesar de esto, una corriente de expertos defiende que la mayor parte de los símbolos que aparecen en los sueños pueden ser una metáfora de una experiencia emocional o de una situación de la persona que sueña.
“Lo mejor que podemos hacer es especular sobre algunos significados potenciales, basándonos en nuestros propios sentimientos y preocupaciones”, aventura el investigador.
Según este científico, ser perseguido por monstruos o animales salvajes —sueño común entre los niños y en algunos adultos—puede ser una metáfora de un intento de las personas que sueñan de huir de sus temores o de partes de sí mismos que no les gustan, les asustan o no pueden controlar. Sentirse paralizado, en esta misma línea, estaría relacionado con la imposibilidad de huir de los temores.
Al igual que en las otras temáticas, la repetida pesadilla en la que estamos cayendo también podría estar relacionada con nuestras emociones contenidas.
“El que sueña tiene que preguntarse qué sintió al caer y esos sentimientos estarán relacionados con lo que está experimentando en su ‘vida despierta’. Si la caída fue aterradora, quizá está siendo derribado por el peso de un suceso estresante o traumático. Si se sentía bien, puede representar una situación de control”, explica el especialista.
Una muerte, por ejemplo, también podría tener diferentes interpretaciones. Una de ellas-indica- es que el que sueña se sienta emocionalmente muerto. La otra apunta en una dirección totalmente diferente.
“Una de las teorías del psicoterapeuta suizo Carl Jung formulaba que, para que una persona cambiara, el ego debía ceder o ‘morir’ simbólicamente para que una versión nueva y más fuerte de uno mismo pudiera ‘renacer’. Así que la muerte —que a menudo aparece en un sueño o pesadilla— podría ser el punto de inicio de un viaje aterrador, pero que nos conduzca a una saludable transformación”, concluye el experto.
Monstruos que te persiguen, un diente que se cae o llegar tarde a tu propia boda se pasean por nuestras noches más habitualmente de lo que nos gustaría. Nos despertamos sobresaltados, con el corazón acelerado; casi sin ganas de volver a cerrar los ojos por si la pesadilla regresa. La mala noticia es que las pesadillas nunca se irán. La buena… que siempre despertamos.
Autora:
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![]() Estudié periodismo porque creía, y aún creo, que la información puede cambiar el mundo. Devoro libros y series, vivo con los cascos y la sonrisa puestos y consumo los podcast más extravagantes. También discuto sobre política y tengo un cuaderno lleno de notas sobre todas las cosas de las que quiero escribir.
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He vivido el trauma del acoso laboral incluido acoso sexual, he estado con pesadillas casi todas las semanas y ahora casi todos los dias. Mi gran idolo era mi trabajo y ahora eso se acabo, me despidieron asi que estoy con un tema legal. Mis pesadillas son siempre como si alguien me persiguiera, cosas paranormales, paralizantes, anoche no podia moverme y gritaba son conseguir levantarme, era tan real que a veces pienso que mi casa esta embrujada. Mi vida es triste por esto, no duermo bien y me siento fatal dormir hasta tarde porque creo que le he fallado a mi familia, a mi esposo a mis hijos y a mi misma.