Un viaje de cine

Loli Luzón//

Un músico es, por definición, aquel que hace música. Muchos músicos a la vez hacen magia. Como la que invadió la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza el 23 de noviembre. Y no sólo estaba llena de la magia que salía de los más de 70 músicos que componen la Film Simphony Orchestra, también estaban llenos los asientos del público. 

Las butacas estaban llenas de gente que había ido a disfrutar de un verdadero espectáculo de sonido. Un viaje, cómo le gusta llamarlo al director y creador de la orquesta, Constantino Martínez-Orts. Un viaje en el que desde tu asiento no solo recorres diferentes lugares del mundo, sino que también viajas a otras épocas, pasadas o futuras. 

Tras la característica sintonía de la 20th Century Fox, de Alfred Newman, arranca nuestro recorrido en 1942, de la mano de la película Abismo de pasión, que narra la historia de la ciudad de Kings Row a principios del siglo pasado. Cuentan las ‘malas lenguas’ que John Williams se inspiró en esta fanfarria inicial de la película de Kings Row, del compositor Erich Wolfgang Korngold, para el tema inconfundible de Star Wars. Tampoco hay que ser un entendido del lenguaje musical para darse cuenta de las similitudes entre ambas sintonías.

En un golpe de batuta nos vamos a 1986. Saltamos de una película de aventuras a otra, El secreto de la pirámide, un Sherlock Holmes en la universidad que se embarca en la persecución de una serie de secretos del antiguo Egipto. Bruce Broughton recupera la ‘epicidad’ de la música de los westerns en un film que mezcla el misterio con lo cómico y la música acompaña la acción en cada momento. El enigma resuelto es el título que lleva la suite, que hace un recorrido por los temas principales de la película. El compositor es un claro ejemplo de las bandas sonoras que encontramos en los años 80, la calidad de la música reside en la cantidad y variedad de temas distintos que se introducen en las películas y se adaptan al momento de cada escena dándole un mayor significado. 

Cambiamos de siglo y dejamos atrás la aventura y el misterio para explorar la mente humana con El discurso del Rey, de 2010. Alexandre Desplat, más famoso por las bandas sonoras de El gran Hotel Budapest y La forma del agua, con las que recibió un Óscar. Pone la música a esta película, una joya poco conocida. Es un compositor francés que está dejando nuevas sonoridades en el mundo de Hollywood, llevándole un poco a lo europeo. Una suite para piano compuesta de dos temas nos deleita los oídos con un equilibrio y perfección tan británicos como la película a la que acompaña.

Nos adentramos de nuevo en el maravilloso mundo de aventuras con Willow. De la mano de James Horner volvemos a 1988 y al mundo de la naturaleza, lo épico y la fantasía. Da la sensación de que estamos recorriendo junto al enano protagonista increíbles paisajes llenos de luz, agua y vida.

Siguiendo en este mundo de fantasía nos vamos a 2015, con un joven compositor, Michael Giacchino, que ha ganado  un Óscar y varios Grammys con películas de Pixar como Ratatouille, Up o Los Increíbles, y que según Martínez-Orts va a dar mucho que hablar. Pone la música a Jurassic World, la última entrega de la saga, que no tiene nada que envidiar a las películas que le preceden. Tratándose de dinosaurios, encontramos momentos oscuros, de misterio, de miedo, pero también momentos de vida, tierra, naturaleza; momentos de muerte, tensión y acción y momentos muy amables que representan las relaciones entre sus protagonistas y los momentos felices. La suite no necesita ninguna explicación de a qué momento pertenece cada sintonía. Es increíble como solo con sonidos se puedan llegar a sentir tantas emociones al mismo tiempo. El auditorio también acompaña la música con un espectáculo de luces, que cambia según el momento al que representa. 

Sin dejar atrás las aventuras nos vamos a 2018, con Solo: Una aventura de Star Wars. Sin duda no podía faltar el gran John Williams, que a sus 87 años nos deja el tema de Las aventuras de Han. En esta película con el sello de Disney y compuesta su banda sonora casi entera por John Powell, Williams deja este tema central que no es para introducir al personaje -todo el mundo sabe quien es-, sino para acompañarlo en sus momentos de acción. Si cierras las ojos puedes imaginar con claridad una batalla épica de sables láser sin salir de la sala.

Y sin salir del mundo Disney, retrocedemos en el tiempo para llegar hasta 1992, con Aladdín. Aunque este año salió su remake, la orquesta nos lleva a la versión original y la suite hace un repaso por todos los temas de la película. La infancia de los más jóvenes de la sala llega a flor de piel y la música te recuerda momentos que creías olvidados. El compositor Alan Menken ha sido nominado dieciséis veces y tiene un total de ocho estatuillas por cuatro películas con mejor canción original y mejor banda sonora. La Sirenita, La Bella y la bestia, Pocahontas y con la que nos hicieron disfrutar en la Sala Mozart.

Sergio Leone exprime todas las posibilidades de los planos de cine conocidos hasta 1966 en la última escena de El bueno, el feo y el malo. Ennio Morricone lleva al extremo la sinfonía que acompaña a uno de los protagonistas, que va en busca de una tumba repleta de monedas. El éxtasis del oro se titula la obra y hasta allí nos llevó la orquesta acompañada de Paloma Friedhoff, una soprano que hizo poner al público en pie.

Tras el intermedio hay un concurso. En pocos minutos, la Orquesta toca diez bandas sonoras y entre los que acierten todas, a través de una app en el móvil, un afortunado gana un viaje para irse de verdad a Hollywood, al mundo del cine.

Pero no solo de cine vive Hollywood, por eso empezamos la segunda parte del concierto con la banda sonora de una serie de la década de los ochenta y  noventa. Norte y sur, basada en una novela de la guerra civil estadounidense. Bill Conti, compositor de la música de Rocky o The Karate Kid, nos lleva a esa época con una instrumentación perfecta y un muy variado repertorio de sintonías épicas y románticas. 

Fuera de Hollywood, nos vamos al poco explotado mundo europeo de cine, con Amélie. Película francesa de 2001, como su compositor, Yann Tiersen. En esta ocasión entra en escena un acordeón que nos lleva a recorrer las calles de París y nos adentra en la mente de su extravagante protagonista.

Volvemos nueve años después a las grandes producciones con Cómo entrenar a tu dragón. Una suite de John Powell que nos lleva de nuevo a la epicidad y la acción en un mundo de fantasía y aventuras. Y en esa línea de fantasía, cambiamos de John Powell a John Williams, con A.I. Inteligencia Artificial, de 2001. Una historia futurista en la que un robot revive la historia de Pinocho, queriendo ser un ‘niño de verdad’. Se queda entre el mundo de los humanos y de las máquinas ‘Para siempre’, como se llama el tema que interpreta de nuevo la soprano Paloma Friedhoff.

En ese mundo de ciencia ficción nos vamos a 2014, con Interstellar. Tampoco podía faltar Hans Zimmer en un concierto de bandas sonoras. El director de la orquesta nos destripa la película de principio a fin, pero aquí no escribiremos spoilers. Un astronauta que abandona la tierra para salvar a la humanidad donde el paso del tiempo es el protagonista. Algo que refleja a la perfección su banda sonora, para la que, quizás homenajeando a Kubrick y su Odisea en el espacio (2001), la música se embellece con el órgano como instrumento principal. Un viaje al futuro rescantando el valor de un instrumento tan antiguo como el órgano, que inunda de sus grandilocuentes sonidos la Sala del Auditorio de Zaragoza.

Termina el concierto, o lo parece, con tres bandas sonoras que ya se han convertido en clásicos y tampoco necesitan mucha presentación. Tres bandas sonoras de acción y aventuras, llenas de momentos épicos y cambios de guion inesperados que solo se entienden con su música de fondo. Avengers: Endgame (2019), con el tema Main on End de Alan Silvestri, un momento épico de batalla final que cambia la historia de la humanidad a través de portales que se abren en todo el mundo;  Piratas del Caribe (2003), donde la música de Klaus Badelt, del equipo de Hans Zimmer, acompaña las mil y una aventuras del famoso Jack Sparrow; y Regreso al futuro (1985), donde de nuevo, aunque muchos años atrás, Alan Silvestri da vida a una película que refleja de maravilla lo vivido en el concierto. Un viaje en el tiempo, donde sin darte cuenta recorres el mundo a través del maravilloso mundo de la música del cine.

Pero tras la despedida, la banda toca de sorpresa un tema de West Side Story (1961). El director nos adelanta que hay rumores de que Spielberg está grabando un remake. Nos invita a cantar Mambo para acompañar a la orquesta. Y cuando termina, los arcos de los músicos se convierten en espadas láser para tocar el tema de la Cantina de Star Wars. Y entre ese espectáculo de luces y sonido, un largo aplauso termina el viaje que todos hemos disfrutado desde nuestros asientos y sin una gran pantalla, solo con los sonidos de 75 músicos profesionales.

La que es la primera orquesta sinfónica europea especializada en música de cine, vuelve el 7 de marzo a Zaragoza en su séptima gira en la que alcanza más de 50 conciertos en las mejores salas de España y Portugal.

Constantino Martínez-Orts no solo dirigió la orquesta moviendo la batuta con su mano, movía todo el cuerpo viviendo por dentro la música. Bailó y hasta saltó, haciéndonos partícipes de un maravilloso viaje por el mundo del cine a través de su más bella expresión, la música. Un viaje para llorar de emoción y reír. Y además de con la música, con los chistes del director, al que le encanta hacer reír y disfrutar a su público. Un espectáculo en directo en el que la música te lleva a lugares inexplorados, a emociones que nunca antes habías experimentado en el increíble mundo del séptimo arte. 

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