Terry Gilliam, the man who killed God

Dani Calavera//

Repasamos la obra del grandísimo Terry Gilliam antes del estreno de su próxima y esperada película: The man who killed Don Quixote.

Mi admiración por Terry Gilliam y su obra es tan grande que atreverme a escribir sobre él, por mucho que haya visto toda su obra, me abruma. Este año ha concluido su pieza maldita; el año que viene, tras ocho intentos (¡¡8!!) y casi veinte años (¡¡20!!), por fin veremos quién fue El hombre que mató a Don Quijote.

De la misma forma que las vanguardias en pintura revolucionaron la forma de entender y ver una obra pictórica, desde el mismo momento en el que se ideó el cinematógrafo -no sólo como tecnología o ciencia sino como vía artística para relatar emociones a través de la narración visual y audiovisual después-, también surgieron cineastas malditos que usaron el cine como vía abierta para expresar sus inquietudes y emociones más oscuras, raras y extraordinarias.

Siempre he pensado que, al igual que muchos de sus personajes, Terry Gilliam lleva existiendo desde hace cientos de años. Quizás ni él mismo conozca su fecha de nacimiento. El único americano en el selecto y brillante grupo humorístico inglés Monty Python tiene en su haber no sólo los cargos de director y guionista, también los de actor, productor, animador y por supuesto, comediante.

En sus inicios recortaba fotografías y las animaba llevándolas al surrealismo, creando un estilo único e identificable gracias a una sencilla razón que siempre ha imperado en su obra: Gilliam plasma exactamente lo que tiene en su cabeza, nunca se ha doblegado. Incluso en grandes producciones en las que ha estado involucrado, su sello siempre ha estado grabado a fuego. Deambulador de sueños y tiempo, comenzó codirigiendo películas con su compadre del grupo humorístico Terry Jones, pero es en solitario cuando deja clara su postura tras la cámara. Una obra surrealista, rara, romántica y salvaje. Y también atemporal, vanguardista y extraordinariamente libre.

Hablemos de sus 5 mejores películas. Y vayamos cronológicamente, que ya va a haber demasiado salto temporal en sus historias.

1. Los héroes del tiempo (Y el Ser Supremo)

En 1981 se estrenó la película que, siempre lo voy a decir, todo preadolescente debe ver: Los héroes del tiempo. Kevin, un chico con una magna imaginación y unos padres horribles, totalmente absorbidos por la sociedad tecnológica, es visitado una noche por un grupo de enanos bandidos que le han robado el mapa del universo al Ser Supremo. Todos juntos escaparán de este ser y del mismísimo demonio -memorable David Warner- a través de agujeros del tiempo, entre diferentes épocas de la historia, desde la antigua Grecia hasta el fin del mundo. Sí, esta es la premisa de una de las más grandes obras fantásticas jamás hechas.

HÉROES TIEMPO. CARTEL

El amor que siento hacia Los héroes del tiempo me hace reverenciarla no sólo como la mejor película en la filmografía del director, sino también seguramente como una de las tres mejores películas fantásticas jamás realizadas. Ojito con lo que acabo de escribir, entenderéis ahora mejor que esté abrumado, ¿no? Tan infantil en sus escenas de aventura como adulta en su mensaje, un mensaje final feroz y contundente: Pase lo que pase, estamos solos, todos nosotros. Y aunque contemos con ayuda de nuestros amigos y seres queridos, nos toca a nosotros solos afrontar la vida y lo que el futuro nos depara. Entre aventura y aventura, entre tanto salto en el tiempo, nos encontramos con criaturas nunca vistas. Incluso ahora, sigue sorprendiendo la vastísima imaginación en el diseño de este film.  El gigante del océano con barco por sombrero, las jaulas suspendidas del infierno, la originalísima premisa ya citada. Y, por supuesto, la imagen final de esa figura que Gilliam denomina “Ser Supremo” y que el resto de mortales conocemos como “Dios”. Un jefe, un oficinista severo e imparcial que ha prosperado, traje y libreta incluidos. ¿Sois conscientes de todo lo que nos cuenta este film? No sólo es una increíble película de aventuras fantásticas, también reflexiona sobre el sentido infinito del universo, sus posibilidades, sobre la creación y sobre la capacidad del ser humano de vivir y superarse. Esta película, sencillamente, DEBE ser vista.

– La frase: Ah sí… Eso tiene que ver con la libertad.

– La imagen: El rostro del Ser Supremo avanzando por el pasillo casi inabarcable de la habitación de Kevin. La capacidad de maravillar de esta imagen no es que deje el listón alto, es que marca el listón que veremos durante todo el film.

– Posible significado: Estamos solos frente al universo. Seamos valientes, que por algo Sean Connery nos guiña un ojo al final dándonos fuerza.

2. El Rey pescador (Y el caballero negro que acecha en el destino)

Terry Gilliam nunca representará una emoción o un mal recuerdo de forma sencilla. En El Rey pescador el pasado traumático es un caballero negro de fuego que persigue al héroe con el alma rota, sin dejarlo en paz.

REY PESCADOR. IMAGEN

¿La habéis visto? Los planos contrapicados en este film representan perfectamente la grandilocuencia que el director norteamericano es capaz de conseguir cuando la historia ya nos ha invadido y amamos a sus personajes. ¿Cómo no hacerlo? Robin Williams y Jeff Bridges están enormes, así como Amanda Plummer y Mercedes Ruehl -nominación al Oscar incluida-. La escena del baile en la estación central de Nueva York es tan maravillosa que hace falta un tercer o cuarto visionado para darte cuenta de todos los detalles que la acompañan, destacando entre ellos la inmensa fotografía de Roger Pratt. Creedme si os digo que es mejor que no sepáis nada de la historia; creedme si os digo que no debéis buscarla si no la habéis visto; creedme si os digo que este film debe ser descubierto el día que vosotros queráis. No lo planeéis, solamente dejad que ocurra. Y cuando lo hayáis visto, decid “Buenas noches, Jack”.

– La frase: Te quiero. Y creo que eres el mejor invento después de la mayonesa.

– La imagen: Jeff Bridges orquestando un coro improvisado de locos maravillosos.

– Posible significado: A pesar de la mierda inmensa que puede ser a veces el mundo y el destino, la felicidad se puede alcanzar por la noche en el parque con tu mejor amigo. Y en pelota picada.

3. Doce monos (Y el fin del mundo)

Me aseguraron, antes de ver -en mi opinión- la película de ciencia ficción más relevante de los 90, que había que verla 12 veces para entenderla. Es posible; pero no para entenderla sino para degustarla, disfrutar de todas sus pistas una y otra vez, atender a todos los recovecos de un guión poseído por la genialidad. Basada en el mediometraje “La Jetée” de 1962, el acordeón esquizofrénico de la banda sonora de Paul Buckmaster acompaña a un Bruce Willis que nunca jamás ha estado mejor por una aventura oscura y dramática a través de los viajes en el tiempo y de la locura. “¡Estoy buscando el ejército de los doce monos!”, asegura el guerrero James Cole, dejándose influir por las mentalidades divergentes que invaden su camino y dejándose engatusar por el Brad Pitt más desquiciado y por el amor casi fraternal de Madeleine Stowe. Cole es un niño que no creció, un adolescente que debe salvar al mundo, un chico confundido y rabioso que hará lo que sea para que el encuadre de Gilliam nunca deje de embaucarnos con una historia que aún engancha y conquista la retina del espectador más exigente muchos años después de su estreno.

12 MONOS

“Lo hemos hecho”, asegura una pintada en uno de los carteles que el ejército de los doce monos deja tirado en mitad de la calle derruida de un futuro postapocalíptico. ¿Qué han hecho? ¿A cuántos millones han matado? ¿Qué es locura? ¿Quiénes son realmente los científicos? La ciencia ficción pocas veces ha sido tan profundamente cautivadora.

– La frase: ¿Sabes qué es locura? Locura son las reglas de la mayoría.

– La imagen: Un oso gigante y amenazador grita furioso hacia el pasado, donde debe viajar Cole.

– Posible significado: Ya lo cantaba Louis Armstrong: el mundo es maravilloso… Mientras la ciencia no intente explicar por qué NO es maravilloso realmente.

4. Miedo y asco en Las Vegas (Y el subconsciente totalmente drogado)

Hunter S. Thompson aseguraba que no recomendaba el uso de la locura o las drogas, pero que a él le habían funcionado. El autor de Los diarios del Ron fue un periodista desquiciado, loco y con una prosa única que enganchaba como pocas. Os recomiendo leerlo, aunque sea un poco. ¿Sabíais que cuando se suicidó, totalmente solo, de un tiro en la cabeza, Johnny Depp le pagó el funeral? Con todos estos alicientes -que no antecedentes- era imposible que el cineasta norteamericano no metiese mano en su obra para crear una alucinante película, casi sin estructura, adaptando las correrías del periodista y su abogado en la ciudad del pecado.

LAS VEGAS. CARTEL

Se trata de una comedia absolutamente confusa. Un viaje psicotrópico que te hace meterte en la cabeza de un yonki que aprieta los dientes y te da dolor de cabeza, porque no tiene ni coca, ni anfetas, ni éter, ni marihuana, ni un mísero chute de heroína a su alcance. Ese yonki nos coge con su sucia mano llena de dedos largos dibujados y nos mete en su cerebro podrido para que veamos cómo su mandíbula se hace papilla ante la perspectiva de las luces de Las Vegas invadiendo su colorido colocón. Y hay dos caminos con Miedo y asco en Las Vegas. Dos caminos que dependen del espectador: o la odias, tomando el camino de no entender por qué el ex Monty Python ha creado una paranoia semejante, o la amas, a sabiendas de que la película misma es ese yonki que te arrastra a su subconsciente.

La escena de la conferencia sobre las drogas, los lagartos a los que hay que enfrentarse con zapatos de golf y cada uno de los diálogos que mantienen Johnny Depp y Benicio del Toro, no son sino cada uno de los síntomas de ese yonki. Síntomas alucinantes, espléndidos y espectacularmente desquiciantes. Si necesitáis verla en tres partes, tranquilos. Es perfectamente normal. Pero eso sí, el colocón os durará horas, días, semanas… Y todo en una dosis de 118 minutos.

– La frase: Esas vacas quieren matarme… Los bisexuales quieren matarme.

– La imagen: Sentado en el sofá, en pleno viaje de ácido, los recuerdos del periodista Raoul Duke -alter ego de Thompson- se materializan a través de la pared en forma de Jefferson Airplane y su Somebody to love en un club nocturno inundado de LSD. Perfecto.

– Posible significado: Un viaje demasiado normal para las alucinaciones que provocan las drogas. Unas drogas demasiado raras para ser normales en una pantalla de cine. Y pocos han conseguido un significado así.

5. El imaginario del Doctor Parnassus (Y el lugar donde residen el bien y el mal)

Fui a verla con el único aliciente de ser la nueva locura del director. Conocía el reparto y un poco de la premisa, pero el modo en el que este inventor loco exploró, de nuevo, el origen de la vida, de la moralidad en la civilización occidental, como ya lo hizo con Los héroes del tiempo, no. De eso no tenía ni idea. Y mi regocijo fue máximo cuando esto se descubría, cuando vi al diablo -Tom Waitts… ¡Tom Waitts! Magnífico- yendo a un –probable- templo budista enclavado en una gigantesca y oculta montaña a desafiar lo que un Dios vivo -Cristopher Plummer y su caballeresca voz y presencia- hace para que el mundo siga su curso desde hace cientos de años…

THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS POSTER

Me dan ganas de gritarlo. Me dan ganas de gritar lo muchísimo que arriesgó el director con este film, todas las claves que explora a través de ese imaginario del Dr. Parnassus. Lo cabrón que puede llegar a ser el hombre, interpretado en este film por cuatro actores diferentes con un único fin: darnos a conocer la codicia, la mentira, la manipulación y el poder del sexo en medio de los sueños de ese Dios que ha creado un teatro de circo con una compañía de funambulistas mientras hace apuestas arriesgadas con un Diablo con voz de blues viejo, ataviado con traje y bombín.  El film, por supuesto, fue un fracaso. Algunos no se maravillaron, otros no entraron en el imaginario. Algunos críticos la respetaron, otros la denostaron imponiendo la farragosidad por encima de la calidad de los planos contrapicados del “contra picador” más surrealista del cine, que eso es lo que es este tipo. Y que nunca deje de serlo: se le da demasiado bien componerlos.

Y si ya la habéis visto, fijaos bien: en ningún momento se nombran los personajes citados como Dios o como Diablo. Sencillamente son el bien y el mal haciendo apuestas con el pasado, presente y futuro que les rodea… O quizás sólo sean ideas llevadas al extremo. En este film, Terry Gilliam mata la idea que tenemos de Dios. Lo hace, y con telón circense de fondo. Eso es magia. Eso es cine.

– La frase: Damas y caballeros, este mundo en el que vivimos está lleno de encantos… Para los que tienen ojos para verlos.

– La imagen: Dios escupe sonriendo la trampa que hace inmortal la maldad del hombre.

– Posible significado: Lo habéis leído en la frase.

Los bienvenidos cortometrajes y sus atisbos de genio en Brazil y otras ciudades

En 1985, poco después de Blade Runner, estrenó una de las más tristes distopías que se recuerdan con Brazil, protagonizada por un patético y entrañable Jonathan Pryce, siguiéndole en un sueño imposible pero feliz… Un mundo feliz. El final de esta película también es para analizar detenida y concienzudamente, ¿o acaso no nos estaba alertando de toda la mierda que nos rodea ahora? Mientras lo que veamos en la pantalla sea feliz, sonreiremos, no nos daremos cuenta de la terrible verdad, y tararearemos, completamente solos, Brazil.

¿Habéis visto sus cortometrajes? En ellos sí que pierde la cabeza. Pero no tanto en su mejor cortometraje, la obra maestra de poco más de un cuarto de hora Seguros permanentes Crimson. Una maravilla que precedía a la genial El sentido de la vida, film codirigido con Terry Jones, formando parte del universo Monty Python. Espero no ser el único al que le vuelva completamente loco de entusiasmo que un edificio que alberga a una esclavista empresa de seguros, leve anclas -literalmente, he ahí la maravilla- y surque los mares de la bolsa reventando las más feroces y peligrosas embarcaciones de accionistas.

El secreto de los Hermanos Grimm, su film menos personal, albergaba sin embargo sus trucos y embustes clásicos: desde los planos marca de la casa hasta la fantasía en los actos de los héroes y los villanos -Monica Bellucci soplando para apagar un fuego en el bosque-. En Tideland dio un sonoro mazazo, deprimente incluso, de lo que la mente de un “outsider” como él es capaz de crear con un mínimo de libertad. Una libertad peligrosa, en este caso, pero altamente atractiva. Tanto como una vieja y dejada bruja que vive en el desierto de casas tan viejas y dejadas como ella. Y ahora -¡por fin!- ha terminado, tras muchos y frustrantes intentos, la que asegura es una de sus mejores películas.

The man who killed Don Quixote

Adam Driver, Olga Kurylenko, Sergi López, Oscar Jaenada y su viejo amigo Jonathan Pryce dando vida al ingenioso hidalgo. Este es el reparto principal de su nueva, esperadísima y largamente ansiada locura sobre la obra de Cervantes. Aún no sabemos cuándo, aún no sabemos exactamente cómo y aún no sabemos qué encontraremos. Lo que está clarísimo es que yo la veré.

DON QUIXOTE

Y si no estáis familiarizados con la obra de este autor completamente loco, del artista definitivo del plano contrapicado surrealista, de este genio del fracaso en taquilla y éxito en no dejar indiferente con su cine ni al mismísimo Dios, tenéis una oportunidad de oro de zambulliros en todas y cada una de sus películas.

Eso sí, advertidos quedáis: del mismo modo que David Lynch o Ingmar Bergman, del mismo modo que ocurre con la literatura, la pintura o la música, si no os convence y enamora una de sus obras, es muy posible que el resto tampoco lo haga. Así que… seguid intentándolo hasta que se acabe el tiempo. Un cineasta valiente, vanguardista, extraordinario y loco… Maravillosamente loco.

Autor: 

Sandra Lario foto Sandra lario nombre

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Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: «Unas cuantas Pelis». ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!

Twitter Blanca Uson


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