2017 promete. Vol.3: Juego de Tronos, o luchas o mueres

Dani Calavera //

Cuando la adaptación de George R.R. Martin vio la luz en televisión hace ya tiempo, todos nos enganchamos inmediatamente. Aquellos que no lo hicieron fueron cayendo con el paso de las temporadas y los pocos que han resistido conocen parte de la trama y a algunos personajes. Nuestro crítico de cine, Dani Calavera, habla del fenómeno Juego de Tronos y de lo que podemos esperar de ella en 2017.

Aclaración: Este artículo va a ser tremendamente subjetivo, ya lo aviso, tratando de desentrañar una de las grandes incógnitas de nuestros días: “¿Por qué nos chifla tanto Juego de tronos?”

Es una época confusa en el reino. La plebe tiene sed incomprensible de superhéroes, dejándose llevar por la fiebre de blockbusters, reboots, secuelas y precuelas. Los reyes se han quedado sin imaginación y echan mano de cualquier material adaptable a la pantalla para seguir llenando sus arcas, creando así una galería a veces tan seca como brillante otras pocas ocasiones… Muy pocas ocasiones, para qué engañarnos. 2017 viene cargado con personajes de los reinos de Marvel y DC y de nuevo con innumerables secuelas y remakes. ¿Es normal que ante tal festín cansino y repetitivo el público se refugie más en la televisión que en el cine? Por supuesto que sí, ni qué decir tiene.

En los últimos años se ha convertido en  habitual escuchar al espectador diciendo eso de “Ahora está mejor la tele que el cine”. Pero es que la televisión siempre ha ofrecido grandes producciones; grandes y geniales. ¿Conocéis la serie británica Yo, Claudio? Es una de las mejores series jamás hechas.  Y no exagero. 12 capítulos brillantes llenos de drama, tensión y grandes diálogos en la corte romana durante el gobierno de los Césares. Derek Jacobi, Patrick Stewart o John Hurt, inmortalizando a uno de los mejores villanos que jamás se hayan visto, brillaban con luz propia entre muchos otros. Un crítico acertó al definir Juego de tronos como una suma de Los Soprano y El señor de los anillos con ecos de esta gran serie británica de los 70 que debéis descubrir si sois fans de la adaptación de la obra maestra de Martin. Y, de nuevo, ¿Por qué nos chifla tanto esta serie?

Primera razón: Los personajes. Por supuesto, un personaje no es nada sin el actor… Pero el actor tampoco lo es sin el personaje. Hay varios que son clave, totalmente inmunes a la práctica de Martin de matarlos a todos, al menos hasta que no acabe la serie. John Snow, Daenerys, Tiryon, Aria, Cersei… ¿De verdad creéis que alguno de ellos va a desaparecer antes de la última temporada? Coloquialmente hablando: ni de coña. Son el gancho, las creaciones de los que todos hablan. Incluso si parece que han muerto, luego van y vuelven, echando mano del género en el que se mueven: la fantasía.

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¡Qué gran actor es Peter Dinklage! Por supuesto, nadie lo niega, pero, sin quitarle mérito a su interpretación la escena del juicio es clave, un hombre de poco más de un metro parece que mide tres con su “exijo un juicio por combate” tened en cuenta que tiene el mejor personaje de la serie, incluso por delante de los ya citados. Es un efecto muy parecido al que gozó el tristemente fallecido Heath Ledger con su Joker en El caballero oscuro. Por supuesto que es una gran interpretación… Pero es que el personaje está excepcionalmente bien escrito, descrito y es muy atractivo. Lo dicho, los personajes, porque Tyrion es sólo un ejemplo de varios.

Segunda razón: Intrigas palaciegas. Cuando Pablo Iglesias le regaló al Rey Felipe la serie de televisión de la que estamos hablando, le dijo que venía muy bien para entender la política. Y no son pocos… Al contrario, ¡son muchos los que están de acuerdo con él en este pensamiento! Personalmente debo decir que no entiendo nada de política, pero dudo muchísimo que los personajes que se mueven en el gobierno tengan el mismo carisma y gancho que tienen los de Juego de tronos. Y si lo tienen unos pocos y maquinan de la misma forma que estos… Que Dios nos pille confesados.

Pero, ahora en serio, ¿De verdad pensáis que la política en nuestro país y en el mundo es un Juego de tronos? Yo creo que no y por muchos motivos, el más poderoso es que hace falta mucho talento e imaginación para volcar tus  estrategias y maquinaciones en el entorno en el que te mueves de forma tan impecable como en la ficción con la que todos nos educamos, con la que en ocasiones fantaseamos donde trabajamos y vivimos. En otras palabras y perdón por el lenguaje, hace falta mucho talento para ser un cabrón, un buen cabrón o cabrona… Y los personajes que se mueven en nuestro gobierno no están tan bien escritos como los de Juego de tronos y no cuentan con una campaña tan estimulante y bien hecha como la de HBO. Cierto es que en ocasiones resultan inverosímiles o cargantes (conspiran hasta para tomar un café), pero el resultado es tan atractivo que es imposible resistirse. Algo así como el Doctor House de Hugh Laurie. ¡Claro que son personajes atractivos! Tanta intriga palaciega hace que se luzcan con cada palabra que sueltan y cómo la sueltan. La puesta en escena es inmejorable.

Game of Thrones "Battle of the Bastards" Review

Tercera razón: No han reparado en gastos. Cuanto más avanza, mejor hecha está. Todos alucinamos con la batalla de los bastardos y el final de ese capítulo confirma lo inteligente que es esta serie.  Porque, no os engañéis, Juego de tronos es muy buena, pero es lo mismo de siempre genialmente adornado. Da al público lo que quiere ver y lo hace yendo a satisfacer los más bajos instintos del espectador. Nuestro lado más oscuro disfruta viendo a un gran villano siendo descuartizado por una manada de perros hambrientos. En HBO saben hacer las cosas, como las supieron hacer con Los Soprano. Grandes decorados, perfecto vestuario y ambientación, inmejorable acabado.

Cuarta razón: El gancho. Una buena serie no lo es sin el gancho. Esa práctica que Charles Dickens supo explotar tan bien y que continúa vigente en nuestros días. El autor inglés hacía que con cada nuevo capítulo de sus escritos los lectores estuviesen ansiosos por comprar el periódico para leer el siguiente. Eso mismo hacen las cabezas pensantes de esta serie en cada nuevo capítulo y temporada. Lo hacen como ninguna otra lo ha conseguido, y durante más tiempo. De hecho, pueden jactarse de ser prácticamente los únicos que han conseguido un in crescendo conforme han ido avanzando.

Quinta razón (y la más poderosa): Presión social. Todo el mundo ve Juego de tronos, incluso los que no la ven, acabarán viéndola algún día o conocen ya parte de la trama. ¿Qué no la ves dices? Da igual, ya estás hablando de ella y conoces su mitología y su mundo. El efecto del que goza es algo relativamente nuevo, pero no dista de la mitología social de los anillos de Tolkien o el Quijote de Cervantes.  Es algo joven que comparte la grandeza de aquellas, pese a quien pese. Tal es este poder, que me desencanté de ella durante una temporada, pero cuando la retomé… Tuve que volver a verla. Porque, lo reconozco y la he criticado, y mucho Juego de tronos es muy buena… Demasiado. No se trata de unirse al enemigo, se trata de un plato de pasta con una salsa deliciosa. Y a todo el mundo le gusta un buen plato de pasta con una salsa deliciosa.

Game of Thrones

“En Juego de tronos o ganas o mueres” decía la traicionera y sibilina Cersei al honesto y heróico Ned Stark. Es deprimente pensar que el destino de esta serie es intentar inculcar en el mundo que los buenos mueren y los malos ganan… Pero tranquilos, es sólo apariencia, una apariencia adulta. Nuestros niños interiores pueden estar tranquilos. Por muchos mazazos que nos llevemos este año con la séptima temporada, esta serie da al público lo que quiere y cada vez nos deja más claro que en Juego de tronos o luchas o mueres. Y, mientras los villanos conspiran y maquinan hasta el ensalzamiento, los héroes luchan hasta la muerte. Brindemos y comamos, Juego de tronos es el gran acontecimiento de nuestra era y merece nuestro respeto y visionado. Y lo más importante: también merecerá nuestro recuerdo.

Autor:

Sandra Lario foto Sandra lario nombre

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Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: «Unas cuantas Pelis». ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!

Twitter Blanca Uson


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