40 años de orgullo: entre un antes y un después

Gloria Serrano//

Crónicas callejeras de una mexicana en Madrid

Entre coronas de cartón, entre banderines de tela, entre folletos de papel, entre abanicos de plástico: la diversidad. Entre una vaca de colores, entre biscochos de colores, entre flores de colores, entre globos de colores: la igualdad. Entre árboles, entre balcones, entre carrozas, entre la multitud: la libertad. Entre el calor, entre el sudor, entre los malos olores, entre los líquidos: los derechos. Entre el A quién le importa de Fangoria, entre el consumismo desmedido, entre la basura desparramada, entre las lentejuelas, las pulseras, los condones y los guantes: el orgullo.
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia…
Pedro Lemebel

Entre sombreros, entre collares, entre pegatinas, entre pelucas: la reivindicación. Entre rostros perfectos, entre bíceps y cuádriceps perfectos, entre pectorales perfectos, entre físicos envidiables: el activismo. Entre sonrisas, entre besos, entre miradas, entre manos: la historia. Entre el Despacito de Fonsi, entre videos, entre fotos, entre un wasap: la manifestación. Entre “Más amor y menos odio”, entre “En Nigeria ser lesbiana son 14 años de prisión”, entre “Lesbiana, hay que decirlo más”, entre “Somos cien por ciento lesbianas visibles”: la visibilidad.

Entre bocinas, entre luces, entre disc-jockeys, entre escenarios: el movimiento. Entre bomberos, entre marinos, entre policías, entre apaches: la disidencia. Entre los brazos alzados, entre los gritos, entre el cotilleo, entre el asombro: la propuesta. Entre neonazis, entre homofóbicos, entre críticos, entre fanáticos: la resiliencia. Entre trans, entre gays, entre queers, entre bis: lo experiencial. Entre lazos, entre afectos, entre signos, entre cuerpos: el gozo. Entre las marcas, entre la publicidad, entre la lógica del mercado, entre la banalidad: las leyes.

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Entre bares, entre banquetas, entre terrazas, entre parques: los espacios okupados. Entre el ayer que se recuerda, entre el ahora que se vive, entre el mañana que se construye, entre todos: el camino. Entre cámaras de televisión, entre cañas, entre semáforos, entre un Ayuntamiento y otro: otra civilización. Entre Shanghay Lily, entre Ana Torroja, entre Pedro Zerolo, entre Federico García Lorca: el rechazo. Y el sufrimiento. Y el respeto. Y la dignidad. Y la voluntad. Y la explosión mundial con su onda expansiva.

Entre un antes y un después están cuatro décadas de multiplicar y estructurar esfuerzos, de continuar con la lucha, de resolver dificultades, de creer que una sociedad sin discriminación es posible, de no flaquear, de tomar las plazas, de sentar precedentes, de impactar en lo local sin olvidar lo global. 40 años de dinamizar, de hacer cultura con fotografías, con conciertos, con poesía, con teatro, con performances, con pancartas, con exposiciones, con lo que sea. Desde la Barceloneta hasta Chueca, pasando por Sol, por la Puerta de Alcalá, por Cibeles, por Atocha, por el Paticano de Lavapiés y cruzando el Manzanares. De 1977 a 2017 para comprender que “Amar entre iguales no es tan diferente”. Para sugerir “Vive y deja vivir. Folla y no jodas”. Para afirmar: “Améis a quien améis, Madrid os quiere”. Para sentirnos orgullosos.

Autora:

Gloria Serrano foto Gloria Serrano

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Periodista mexicana en Madrid, siempre buscando la grieta en el muro. Máster en Gestión de Políticas y Proyectos Culturales (Universidad de Zaragoza). “Saber mirar y saber decir” son los principales retos del periodismo que aspira a no quedarse en el olvido, que intenta contar algo más que una simple historia. Para mí, cultura se escribe en plural, es la fiesta de lo colectivo.

Twitter Blanca Uson

 

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