¿Algo que decir? La historia de las camisetas impresas
Marta Sofía Ruiz//
Grupos de música, frases ingeniosas, denuncias políticas y eslóganes feministas han encontrado su mejor plataforma sobre el fondo de una camiseta. Cualquiera con algo que decir o con una broma que compartir puede hacerse con una personalizada y llevar sus ideas expuestas en el pecho.
Las popularizó Marlon Brando cuando gritó el nombre de Stella en la adaptación de Un Tranvía Llamado Deseo. Sin embargo, harían falta dos décadas más para que las camisetas dejaran de ser únicamente un icono de moda y se convirtieran en un lienzo desde el que lanzar mensajes culturales y políticos. Aunque ahora cualquiera puede comprarse una camiseta que refleje lo que piensa o una en la que estampar su propio mensaje personalizado en imprentas digitales tipo helloprint, hace cinco décadas hubo pioneros que abrieron el camino para todos aquellos que quisieran llevar su historia escrita en el pecho.
Corrían los años setenta cuando el logo de los Stones estampado en una camiseta permitía al público demostrar sus filias a través de una prenda de vestir. Cientos de miles de camisetas con la boca diseñada por John Pasche colonizaron las calles de Gran Bretaña para saltar, desde ahí, a las tiendas del resto del mundo. Sin embargo no todo era música en la década del Watergate. En Estados Unidos, los mensajes contra la guerra de Vietnam fueron uno de los primeros recados políticos en verse repetidos sobre el fondo blanco de la prenda de vestir que tanto representó a James Dean.
A pesar de este estallido de expresión textil, aún habría que esperar diez años para que Katharine E. Hamnett, una diseñadora británica conocida por sus camisetas políticas, llevara estas prendas con mensajes al siguiente nivel. El calendario marcaba el año 1984 cuando la diseñadora fue al número 10 de Downing Street para conocer a Margaret Thatcher. Debajo del abrigo, y con letras negras sobre un fondo blanco, la artista portaba una camiseta blanca con un mensaje claro: ‘58% don’t want pershing’, una referencia a las últimas encuestas que reflejaban el descontento de la opinión británica con el despliegue de ese tipo de misiles nucleares en las bases del reino. Nada más claro que esas letras en la foto en la que ambas se estrechaban la mano. Unos años después, las modelos de su firma desfilarían con camisetas con el eslogan ‘STOP WAR, BLAIR OUT’ en referencia a la participación británica en la Guerra de Irak y, en la actualidad, la diseñadora se encuentra detrás de las prendas con el estampado ‘Cancel Brexit’.
Más recientemente, los eslóganes feministas son los que han inundado la moda. Cuando en 2017 Dior lanzó una camiseta con la consigna ‘Todos deberíamos ser feministas’, una oleada de mensajes similares estampados en camisetas más asequibles comenzó a aparecer en tiendas y en fotos de Instagram. Una vez más, las camisetas se convirtieron en un espacio en el que protestar. “Why Be Racist, Sexist, Homophobic or Transphobic When You Can Just Be Quiet” -¿por qué ser racista, sexista, homofóbico o transfóbico cuando puedes estarte callado?- ha sido uno de los últimos booms en el terreno de los eslóganes estampados después de que el cantante Frank Ocean llevara este diseño de una joven de 18 años en uno de sus conciertos.
Desde hace más de cuarenta años las camisetas han sido un vehículo de expresión. Música, política, protesta…Todo lo que hace falta es tener algo que decir y encontrar un sitio donde imprimirlo. ¿Cuál es tu mensaje?
Autora:
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![]() Estudié periodismo porque creía, y aún creo, que la información puede cambiar el mundo. Devoro libros y series, vivo con los cascos y la sonrisa puestos y consumo los podcast más extravagantes. También discuto sobre política y tengo un cuaderno lleno de notas sobre todas las cosas de las que quiero escribir.
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