Viejo
Dani Calavera//
A finales de este próximo mes de julio tendrá lugar el IV Certamen de cine express en Belchite Viejo, Belchite de Película. Todos los inscritos en el mismo dispondrán de tiempo límite (24 horas) para rodar, montar y presentar una historia entre las ruinas del Pueblo viejo y el entorno del municipio. ¿El reto? En sus cortometrajes express deberán incluir un objeto y una palabra clave que les darán a conocer la organización.
Durante los meses previos al evento, toda la organización y los habitantes se vuelcan en una cita con el cine en bruto, enmarcado en una zona que respira celuloide en cada piedra, tierra y madera. A pesar del mal año pasado debido a la pandemia, sus responsables, entre los que se encuentra el incansable José Ramón Mañeru, han podido sacar adelante esta cita, tras el buen recibimiento de participación y colaboración de las ediciones anteriores. Y es que, ¿Qué consigue despertar el entorno en las mentes de los cineastas que posan en él sus ojos y arte? ¿Qué es lo que despierta este Viejo?
«Si Del Toro o Guilliam escogieron estas ruinas, será por algo. Belchite Viejo es un escenario único para desatar la imaginación del director, del escritor y del artista. La convocatoria para rodaje en su entorno es un pequeño refugio al arte vivo en Aragón, que reconoce en los restos de una guerra que tanto nos marcó, el talento de presentes y futuros creadores»
– Descripción del Certamen para las redes del mismo.
No obstante, y marcada nuestra sociedad, costumbres e incluso comportamiento en ocasiones, por una guerra que aún escuchamos de lejos y de cerca, el Viejo y sus huesos al descubierto son un fiel testimonio de la barbarie de un conflicto armado. Lo que sucede cuando dos vecinos, amigos e incluso familia, luchan entre sí por los intereses políticos (o de poder, que viene a ser prácticamente lo mismo) de uno o dos terceros que manejan las arcas, las armas y la voluntad de las más débiles masas en su beneficio. Porque en eso consiste la guerra, en nada más. Dos, tres o varios niños mimados peleando por el trozo de pan más grande la mesa, usando su orgullo como arma verbal y sin mancharse las manos, usando a la mano obrera y al alienado y amaestrado ejército para llevar a cabo la contienda. Afortunadamente, pueden quitarnos la voluntad en pos a un disparo, nuestro tiempo a favor del suyo y nuestra vida por sus nimios intereses.
Pero nunca podrán quitarnos el arte que despierta en nuestra imaginación cuando, con la distancia que sólo dan los años, los relatos despiertan en nuestras cabezas al pasear por sus calles en ruinas. Viejo, tan viejo como el tiempo del arte, que se come y mata al tiempo que ocupa la guerra.

¿Cuáles han sido las mejores películas que se han rodado entre sus ruinas? Desde la calle principal hasta la vieja iglesia donde reza la jota, desde el monumento a los caídos hasta el derruido convento. Ninguna se rodó en su totalidad en el mismo escenario, pero sí algunas de sus mejores secuencias, escenas o incluso sólo unos pocos planos… Maravillosamente viejos y en ruinas, planos para el recuerdo.
No es ningún secreto que la gran producción internacional Las aventuras del Barón Munchausen (1988) del maestro “contrapicador” y tan raro como libre Terry Gilliam, afectó gravemente a la infraestructura del Viejo. Pero el anciano, sin tomar parte en izquierda ni derecha, sólo siendo testigo de las cámaras y las luces, luce soberano en varias secuencias del filme de Gilliam, siendo uno de los mejores ejemplos de una puesta en escena adecuada y acorde. ¿Cómo lucen mejor tus restos, viejo anciano?
¿Cómo quedan mejor tus muros, piedra, madera marchita y tierra? Quizá el sol le hace un favor a tus calles, bañando de oro gracias a una iluminación cálida en el Campo de Belchite, propia del entorno. O quizá la noche, la oscuridad azul que deja ver sombras entre tus muros también le siente bien, como aprovechó en varios escenarios Agustí Villaronga en su Incierta Gloria (2017).
Que durante un breve instante también fueron víctimas de los engaños del Dr. Misterio, villano de Spiderman: Lejos de casa (2019), tus casas y ladrillos caídos, es casi de dominio público… Una vez realizadas las tomas, eso sí. Porque cuando Hollywood pone los ojos en una localización durante poco tiempo, el secretismo y la discreción es clave para no hacer un gran revuelo de su estancia. Ocurrió lo mismo con la filmación de un anuncio para un videojuego hace bien poco con la presencia del mismísimo Terminator, Arnold Schwarzenegger.

Pero creo, Viejo, que estarás de acuerdo conmigo en cuál ha sido la mejor película que has acogido. No sé si el gordito mexicano te cayó bien, pero dudo que no te hiciese gracia. No sé si su equipo te trató con el respeto que merecen tus ruinas, pero permite que lo ponga en duda. El laberinto del fauno (2006) del contagiador de fantasía humilde Guillermo del Toro, no sólo es la mejor película que has abrazado, también se trata de uno de los mejores films en lo que llevamos de siglo, y el más destacado, de lejos, de un autor en ocasiones inconstante, pero siempre efectivo. Tú pusiste imagen a las letras que abrieron el cuento en su secuencia de inicio, esa que hizo que todos los espectadores nos acomodáramos aún más en nuestras butacas, con sonrisa infantil, siendo conscientes de asistir a un cuento bruto, y en bruto, como el cine de 24 horas que vas a acoger por cuarto año. Y las letras que acompañaron tus ruinas, viejo, fueron estas:
Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, en el Reino subterráneo, donde no existe la mentira ni el dolor, vivía una princesa que soñaba con el mundo de los humanos. Soñaba con el cielo azul, la brisa suave y el brillante sol. Un día, burlando toda vigilancia, la princesa escapó. Una vez en el exterior, la luz del sol la cegó, y borró de su memoria cualquier indicio del pasado…
Y entonces aparecen tus ruinas, Viejo.
…La princesa olvidó quién era, de dónde venía… Su cuerpo sufrió frío, enfermedad y dolor. Y al correr de los años, murió. Sin embargo, su padre el rey, sabía que el alma de la princesa regresaría, quizá en otro cuerpo, en otro tiempo y en otro lugar, y él la esperaría hasta su último aliento. Hasta que el mundo dejara de girar.
Cortometrajistas, escritores y escritoras, realizadores, directores y directoras, artistas, dejaros contagiar por los muros, las piedras, la madera y la tierra de las ruinas del Viejo. Os espera para acogeros, abrazar vuestras ideas e ideales, sean los que sean, mientras estén escritos con sinceridad, respeto e imaginación por encima de cualquier ansia de triunfo. Tengo el placer de formar parte del jurado de este año junto a nombres relevantes del panorama audiovisual como Javier Macipe, Ana Bruned, Ana Mainar, Sara Martín, Carmen Pemán y Patricia Roda. ¿Nos vemos allí? Llevad cámara, llevad luces, llevad todo lo que queráis, pero sobre todo, llevad arte, que es lo que alimenta el escenario del Viejo.
Y estará encantado de veros, lo susurra en las fotos.