¿Completa o por entregas?
Javier Muñoz//
Estamos en pleno confinamiento. Netflix anuncia el estreno de la cuarta temporada de “La Casa de Papel”. Como es habitual, incorpora todos los capítulos de la temporada a la vez. Con todo el tiempo del mundo, los devoro en apenas un par de días. Mi interés se mantiene al principio y poco a poco se va diluyendo. Es el efecto Netflix. También, durante el confinamiento, debuta en España la plataforma Disney +, con un catálogo repleto de películas y series de la compañía. Además de todo este repertorio, se presenta una lista de series originales. A diferencia de Netflix, en su servicio no ofrecen las series completas, sino que cada semana presentan un nuevo capítulo.
Esto es algo muy novedoso en el momento, ya que supone un cambio de modelo en el concepto del consumo de una serie. En la época en la que no existían estas plataformas- que la vemos lejana, pero de la que no han pasado ni 10 años- la televisión era el lugar por excelencia para consumir las series. Tenían su horario propio. Nos obligaba a estar pendiente semana a semana para no perdernos nada, pegados a la pantalla. Con Disney + se ha regresado a este método, algo que muchos usuarios no han entendido, llegando a mostrar su enfado en las redes sociales. Tildan este procedimiento como una estrategia de marketing para mantener suscritos a sus clientes hasta que finalicen la serie que están viendo. Acostumbrados a la filosofía impuesta por Netflix, prefieren gestionar cuándo ver una serie y con qué intensidad. Aquí es donde entra un doble dilema: ¿Qué modelo es más sostenible? ¿Qué peso tienen los hábitos de los consumidores en esta decisión? ¿Sale rentable consumir una serie del tirón, o mejor en pequeñas dosis? ¿Cómo se disfruta más? Está claro que cada persona es distinta y tendrá su propia opinión, pero hay varios aspectos que influyen a posicionarse de un lado o del otro.
Las principales plataformas de streaming de video que siguen una difusión escalonada de sus series son HBO, Disney + y Movistar +. Las que ofrecen la serie completa son Netflix y, en ocasiones, Amazon Prime.
Seré nostálgico y un antiguo, pero mi manera de ver una serie se acerca más al método tradicional. Es cierto que da mucha rabia terminar un capítulo y tener que esperar una semana para poder ver el siguiente, pero este procedimiento acrecienta mis ganas por ver ese próximo capítulo y así, mi interés por la serie. Con la política que sigue Netflix para programar sus series, ese atractivo perdura pocos días. El tiempo que cuesta ver la temporada completa. Sin embargo, de la forma que presenta Disney + su contenido original pasa lo contrario.
Otro punto positivo de consumir la serie semana a semana es que te da la posibilidad de reflexionar y asimilar todo lo ocurrido. En algunas ocasiones necesitas un parón para poder comprender todo lo sucedido durante un capítulo.
En redes sociales, por lo general, la sensación es similar. Cada semana se analiza y comenta el capítulo estrenado. El poder interactuar con otros espectadores de la serie te ayuda a comprender aquello que no has entendido. Es una forma también de evitar los odiados spoilers. Si todos van al día, es imposible que se pueda filtrar algo. Por el contrario, recibir una serie de forma íntegra puede generar estrés y la obligación a tener que devorarla por el “miedo a quedarse fuera”, ese temor a quedar excluido de una conversación por no haberla visto.
Hay que entender también las filosofías que tienen las diferentes compañías. Plataformas como Netflix llegaron al mercado con algo innovador: el poder ver series al instante y sin publicidad. Su método ha ido funcionando con el paso de los años. Aunque su mentalidad de querer más y más sin centrarse en el contenido, sino en ampliar el catálogo, puede afectar al producto. Así se ha demostrado en varios estudios dedicados a Netflix, que han reflejado cómo a mayor cantidad de productos sacados la calidad desciende.
La filosofía de Disney + se aleja bastante de esta última. Para diferenciar sus series originales y captar más audiencia generando más expectación, opta por el método tradicional. Además, se enfocan en sacar menos productos originales, pero de más calidad, que se ve reflejado en los impactos tan positivos y las cifras que ha ganado la compañía en su primer año. Queda patente que ambas estrategias funcionan, pero cada cual tiene su favorita.