Un paso más para el feminismo

María Aznar//

Las librerías han vivido una proliferación de textos feministas en sus estanterías en esta última década. El tema predilecto, tan de moda y en boca de todos ha llevado a la periodista mexicana, Alma Guillermoprieto a elaborar un ensayo que gira en torno a una cuestión: ¿Será que soy feminista? En esta obra, publicada por Literatura Random House busca entender su pensamiento y su comportamiento en cuanto al movimiento feminista y lo hace a través de la historia: la universal, la de muchas mujeres y la suya propia.

Desde el principio, la autora se cuestiona a sí misma por su actividad como feminista o no feminista. ¿Es necesario escribir sobre feminismo para promulgar este movimiento? ¿ir a mítines? ¿declararse feminista? Alma Guillermoprieto reconoce no haber hecho nada de esto. Repasa detalles de su vida, desmenuza hechos que en su momento no atribuyó al feminismo, pero que tienen mucho que ver con esta doctrina.

No solo analiza su conducta a lo largo de los años, sino que revisa la historia y da cuenta de que lo que en su día estaba normalizado y que ahora desde una mirada feminista es denigrante para la mujer.  Y, sobre todo, hace hincapié en la cultura y en el arte. Desde el Renacimiento hasta las películas del mayor icono femenino del cine, Marilyn Monroe. Todo se debe mirar de nuevo.

La autora proclama que el feminismo nos hace menos sumisas. Además, no tiene pelos en la lengua para expresar con rotundidad que el movimiento feminista es comparable a otros hitos de la historia como la revolución francesa o a la invención de la imprenta.

A pesar de no dedicar su tiempo a lecturas feministas es consciente y hace al lector consciente del cambio radical que ha supuesto que las mujeres reivindiquen y reclamen sus derechos. Ocupa un capítulo de su ensayo en hablar de mujeres ilustres que abrieron camino a otras muchas mujeres que vinieron después. Se detiene en Simone de Beauvoir y en su obra maestra, El segundo sexo. Aunque la autora admite la gran revelación que supuso este ensayo – las mujeres son un invento de la sociedad – también detecta que queda anticuada en otros aspectos, ya que solo habla de la mujer europea. Aún así, rescata el mensaje de Beauvoir, que propone que “las mujeres nos descubramos como sujetos de nuestras propias vidas”.

No solo repasa los nombres de las pensadoras feministas más relevantes en la historia, sino que da reconocimiento a dos hombres que cambiaron y mejoraron el destino de muchas: Gregory Pincus y George Rosenkranz, inventores de la píldora anticonceptiva. La autora denuncia la invisibilidad de la labor de estos dos hombres, que dotaron de libertad a la mujer para decidir tener hijos o no. Para la autora “fue su salvación”.

Y a pesar de que el tema del libro es de todo menos novedoso, su narrativa sencilla y honesta engancha al lector. Además, aborda las distintas cuestiones con total libertad, sin tabúes y sin importar lo políticamente correcto. Desmiente el cliché de que únicamente la izquierda ampara al feminismo y lucha por combatir por completo el machismo, cuando aclara que “el patriarcado no distingue de ideologías” y se sirve de su experiencia en las filas revolucionarias de América Latina. También, uno de los aspectos más reveladores de libro es su defensa por una “ética feminista” que implica “la tolerancia como valor indispensable”.

La autora, Alma Guillermoprieto, nació en México en 1948 y además de ser escritora y bailarina lleva dedicándose al periodismo desde los años 70.  Comenzó escribiendo en The Guardian, más tarde pasó al Washington Post y después trabajó para la revista The New Yorker. Su maestría elaborando crónicas y reportajes sobre la compleja realidad de Latinoamérica la han consagrado como una de las grandes periodistas de la época. Además, por ello fue galardonada en 2018 con el  premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Su experiencia como portavoz de la actualidad Latinoamericana queda reflejada también en el libro con las historias de vida que cuenta de mujeres que sufrieron el machismo en sus pieles. Su profundo conocimiento de la situación del país, la empatía con la que aborda el tema y su posicionamiento respecto a las cuestiones controvertidas, convierten esta obra en una de las más lúcidas de la autora.

Es una lectura ligera, que habla de aspectos complejos con sencillez. La reflexión y la ironía están muy presentes, y a través de este monólogo personal, narra hechos históricos que cambiaron el mundo (sobre todo el de las mujeres) y casos reales que evidencian la desigualdad entre sexos. En todo momento, hace uso de un lenguaje crítico y riguroso, con tintes subjetivos y sarcásticos que adentran al lector en el mundo de la autora, que divaga en torno a una pregunta esencial: ¿Será que soy feminista? En esta ocasión, la respuesta es lo de menos porque el aprendizaje que hace el lector en este ensayo es mucho más revelador que un simple sí o no.

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