Influencers: jóvenes que marcan tendencia

Leyre Ferrando //

Son capaces de lucir una prenda en una foto y que, un día más tarde, esté agotada en todas las tiendas. Sus cuentas de Instagram tienen millones de seguidores, sus videos de YouTube consiguen miles de likes, y su estilo lo copian jóvenes —y no tan jóvenes— de todo el mundo. Una nueva profesión ha llegado a nuestras vidas para cambiarlas por completo: los influencers.

¿En qué consiste este nuevo oficio? ¿Qué son los influencers? ¿Qué hacen? Hablar de influencers es complicado porque no hay unos límites marcados. Ni la RAE ni ningún otro diccionario español de renombre propone —todavía— una definición para el término. Quizás esta sea la razón por la que la mayoría no entienda muy bien de qué se trata. En el Cambridge Dictionary sí que encontramos una escueta definición relacionada estreInfluencers, jóvenes que marcan tendenciachamente con el ámbito del marketing. Define el término como:’‘una persona o grupo de personas que tiene la capacidad de influenciar la conducta u opiniones de otros’’. De este modo se deduce la fuerte relación del neologismo con el marketing y el mundo de los negocios.

Podemos encontrar muchos tipos de influencers según el ámbito en el que se mueven y el campo que dominan. En este caso, nos centraremos en los fashion influencers, o dicho en otras palabras, los influencers de moda.

Una de las españolas más importantes en este sector, Aida Domenech establece al inicio de uno de sus vídeos las tres categorías en las que se divide esta reciente profesión: instagramers, youtubers y bloggers. “En este caso, yo soy las tres”, explica Dulceida nombre artístico de Domenech en un intento de mostrar en qué consiste exactamente su trabajo.

El ‘big bang

¿Cómo comenzó todo? Es complicado establecer cuándo y cómo empezó el proceso. Al igual que la ya mencionada Dulceida, la mayoría de las personas que ‘influenciana los demás en el área de la moda empezaron como bloggers y a partir de ahí fueron abriendo perfiles en el resto de redes sociales. Se han adaptado a las necesidades tecnológicas y a los cambios sociales para mantener el prestigio que han logrado con el paso del tiempo.

En el sector de la moda, el fenómeno blogger es algo bastante reciente. Podría decirse que comenzó a principios del año 2006 cuando nació el blog Trendencias, donde belleza y moda se unían en un único espacio online.

 Al año siguiente, se produjo un boom y muchos jóvenes —sobre todo mujeres— abrieron sus propias páginas online en las que hablaban de esta industria desde distintas perspectivas. La mayoría de estos espacios eran los llamados egoblogs, webs en las que sus autores se fotografiaban mostrando los últimos hits en moda y explicaban dónde habían adquirido cada prenda. Se iniciaba así el germen de los fashion influencers.

Hoy en día estos blogs inundan la red, pero solo unos pocos destacan sobre el resto haciendo que lo que empezó como un simple hobby se haya convertido en su trabajo. Una de ellas es Chiara Ferragni. Esta italiana podría considerarse como “la gran reina de la blogosfera de moda” gracias a su web The Blonde Salad. Este es un más que merecido título, ya que está muy por encima de cualquier otro, tanto por su fama como por su número de seguidores actualmente más de 5 millones en su cuenta de Instagram, @chiaraferragni—.

España tampoco se ha quedado atrás en este fenómeno. Una de las pioneras fue Alexandra Pereira conocida por su blog Lovely Pepa, e incluso por su propia marca bajo este mismo pseudónimo. «Abrí Lovely Pepa como un hobby, como una forma de compartir con otras personas mi visión de la moda, de la vida, de mis looks…», explica Pereira en Al Rincón, el famoso programa de Risto Mejide. «Y comenzó a crecer», añade. Consistió en un avance lento pero constante que poco a poco fue en aumento y que todavía continúa. Sin embargo, no es la única influencer con esta opinión. La instagramer Almudena Castellano corrobora que la situación en dicha red social es similar. “Es un proceso muy muy lento que requiere una gran perseverancia”, explica.

Influencers, jóvenes que marcan tendencia

Sabemos que este movimiento empezó con los blogs y con el tiempo se fue extendiendo a otras redes. Razón por la que, hoy en día, tanto la española como la italiana tienen su propio canal de YouTube y cuenta de Instagram enlazadas al blog inicial que les lanzó a la fama.

Pero, ¿existen los influencers sin redes sociales? ¿Es posible que se dé este caso? En absoluto. Por definición y teniendo en cuenta el mundo globalizado en el que vivimos hoy en día social networks e influencers son dos conceptos que van de la mano y se retroalimentan. Podría decirse que sobreviven los unos gracias a los otros. Las redes son el canal que estas personas utilizan para darse a conocer y traspasar fronteras. Sin ellas, los influencers no serían nada.

Una de las redes más importantes para los influencers es sin duda Instagram. Hoy en día, aunque no llega al nivel de aceptación de Facebook, sí ha logrado desbancar a Twitter contando, hasta la fecha, con más de 400 millones de usuarios registrados.

Dentro de este enorme número de cuentas hay unas pocas de ellas dedicadas a moda que destacan sobre la masa. Entre ellas la de Karla Romo (@karla_mrp) y la de la mencionada Almudena Castellano (@almucaste).

Ambas comenzaron en esta red social con un objetivo muy similar. “Al principio, abrí mi cuenta bajo un enfoque personal, como un lugar donde colgar las fotos de mis viajes y de mis amigos”, explica Castellano. “Posteriormente, cuando el mundo de la moda empezó a invadir Instagram, lo vi como una oportunidad perfecta para compartir con el resto de la gente lo que más me gustaba; fue entonces cuando la trayectoria de mi cuenta dio un giro de ciento ochenta grados y empecé a compartir mis looks de cada día”, añade.

Influencers, jóvenes que marcan tendencia

Su forma de vestir y de llevar las prendas es única y por ello son muchas las personas que las siguen. Para conseguir convertirse en referentes se empapan de todo lo que pueden y de ahí nace su estilo. “Me inspiro en las revistas de moda, en los blogs, Instagram, en la calle y en mí misma”, explica Romo. “Creo que lo importante es ser uno mismo y vestir como te sientas más cómodo y a gusto”.

El estilo de cada una de ellas es muy distinto, sin embargo ambas se han convertido paulatinamente en claros ejemplos de referencia para sus seguidores haciendo que muchos copien sus outfits a través de las fotografías que publican en esta red social. Sus followers van cada vez en aumento y, junto a su éxito, crece la idea de expandirse a otras redes de moda del momento como YouTube.

Aunque esta plataforma lleva activa desde 2005, fue hace tan solo unos pocos años cuando comenzó a explotar todas sus posibilidades. Esto se produjo gracias al fenómeno youtuber transformando el consumo audiovisual de gran parte de la población, especialmente de los más jóvenes.

 Hoy en día son muchos los canales de moda y belleza que inundan YouTube, pero solo contados ejemplos han conseguido que su nombre sea reconocido, entre ellos: Marta Riumbau (87Romper), Grace Villareal (HappySunnyFlowers) o Teresa Sanz (TeresaMacetas).

 El marketing como estilo de vida

Las grandes firmas y decimos grandes porque son las únicas con capacidad suficiente para pagar a un verdadero influencer son las que les suelen contratar. En general buscan a aquellos influencers que se relacionan con la firma, sus valores y estilo. Pero esto no es una norma fija, no siempre ocurre así.

El marketing siempre será marketing y su principal objetivo siempre será vender. Por mucho que el tiempo pase hay cosas que no cambian y esto es algo que debemos tener muy en cuenta. Las firmas buscan en todo momento llegar al mayor público posible y, sobre todo, su gran objetivo: conseguir que compren sus productos. Esta situación produce que, en muchas ocasiones, las empresas contraten a influencers que no se identifican con su marca, y cuyo único interés se basa en su alcance en redes y la capacidad de venta del producto.

Influencers, jóvenes que marcan tendenciaPor suerte, muchos de los influencers tienen unos fuertes valores que les llevan a aceptar únicamente las firmas con las que se sienten identificados. Un ejemplo es la instagramer Karla Romo. “Solo acepto las que se adaptan a mi estilo y con las que me siento más cómoda”, explica.

Aunque representen a firmas con las que se identifiquen más o menos, su mayor fuente de ingresos podría decirse que se basa en las promociones. Los influencers en sí mismos son puro marketing, venden todo lo que llevan, ponen de moda cualquier local que visitan o incluso sus destinos de vacaciones. “Son muchas chicas las que me escriben pidiéndome consejos de estilo, dónde poder conseguir las prendas que llevo, cómo combinarlas para una ocasión especial… Lo mismo creo que sucede con los bares y restaurantes de mi ciudad”, dice Almudena Castellano.

Lo hagan de manera voluntaria o no, los influencers hoy en día son los vendedores más poderosos del siglo XXI.

La otra cara de la moneda

Sin embargo, no todo es tan bonito como se ve desde el otro lado de la pantalla. La fama pasa su propia factura a todos y cada uno de los influencers que han logrado un alcance notable. Sobre estas personas recae una carga de responsabilidad de la que muchas veces no son conscientes. Deben tener mucho cuidado en el modo en que presentan a su familia, amigos y pareja, ya que les están exponiendo al resto del mundo y también a sus posibles críticas

Este es un tema muy controvertido y que genera gran debate en la industria. No todos los que les siguen les aprecian ni tienen buenas intenciones. Algunos simplemente disfrutan hiriendo sus sentimientos y haciendo comentarios ofensivos. Son los denominados haters, o traducido al español, personas que odian.

Aunque también hay que tener en cuenta que no todos los influencers son iguales, ni tienen la misma capacidad de ‘influir’ sobre los demás. Esto depende en gran parte del número de seguidores. Podríamos decir que existe una relación proporcional: cuanto mayor es la fama, más se aprecia el lado negativo de convertirse en influencer. Todo lo que haces tiene unas consecuencias y cuanta más audiencia tienes, más consecuencias”, reflexiona Risto Mejide en Al Rincón.

Este es, probablemente, el precio que deben pagar; una especie de peaje que la fama cobra a todos los que logran llegar lejos. Uno de los casos más claros es la ya mencionada Lovely Pepa, la española más seguida en internet en el ámbito de la moda, pero también una de las más criticadas. Esta gallega se vio obligada a escribir un post tras romper con su pareja debido a la cantidad de comentarios que recibía especulando sobre su situación y haciendo todo tipo de preguntas.

Renovarse o morir

Los influencers son los nuevos ídolos de los jóvenes, marcan tendencia e incluso algunos se han convertido en referentes culturales. Muchos han adquirido tal fama que se han transformado en verdaderas estrellas comparables con famosos del mundo del cine o la televisión. Los diseñadores les invitan a eventos a cambio de lucir su ropa o sus accesorios y darles publicidad, los periodistas ansían conseguir una entrevista o unos pocos minutos de su tiempo y las marcas quieren colaborar con ellos e incluso les ofrecen campañas publicitarias.

Son las nuevas it girls e incluso it boys —término menos conocido pero también existente dentro del ámbito de la moda—, es decir, aquellos jóvenes que no sólo marcan tendencia y se convierten en referentes para el resto, sino que se les considera los chicos o chicas de moda. Esto supone toda una revolución ya que este término hace tan solo algunos años era únicamente aplicable a celebrities como Olivia Palermo o Miranda Kerr.

Sin embargo, intuimos que el camino no termina aquí. Es difícil prever qué ocurrirá. Nadie puede hacerlo, pero sí es posible aventurarse a ello al contemplar la situación actual.

Una de las grandes apuestas futuras es la red social Snapchat. La mayoría de los influencers como Alexandra Pereira, Teresa Sanz o Karla Romo ya tienen su propia cuenta para que sus seguidores no se pierdan ni un segundo de su día a día. “Pienso que Snapchat puede convertirse en la nueva plataforma de moda, por eso intento estar al día y actualizar mi historia siempre que puedo”, afirma esta última.

Sin embargo, las opiniones sobre esta red son de lo más variadas. Mientras algunos creen que es una moda pasajera, otros la denominan la red social del futuro junto a algunas como Periscope que cada vez están ganando más mercado.

Por el momento, el futuro de las redes es incierto. Solo podemos afirmar que las nuevas tecnologías continuarán marcando el ritmo de nuestras vidas y que los influencers seguirán, de un modo u otro, siendo una parte activa de nuestra sociedad.

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