Las chicas sólo quieren divertirse
Lucía Pedraza y Naiare Rodríguez //
Mari, Vicky y Clara, tres amigas de toda la vida, se reúnen el primer jueves de noviembre de cada año para reforzar su amistad, recordar las aventuras de su adolescencia y ponerse al día sobre sus ajetreadas vidas. ‘Chicas de Juernes’ sale del Teatro de las Aguas de Madrid y llega al Teatro del mercado de Zaragoza de la mano de la compañía de teatro Babylon.
Llegamos 40 minutos antes de que comience la función, pero no somos las primeras. Un grupo de unas 30 señoras, con algún que otro hombre que parece haber venido engañado, atiende a las indicaciones que les da un joven en la puerta del teatro. Este teatro apuesta por obras muy actuales y por temas muy variados. En este caso, las protagonistas, interpretadas por Mercedes Ruiz, Virginia Torrejón y Cecilia Cobos, son tres mujeres empoderadas que vienen a burlarse del paso del tiempo.
La sala nos recibe con “Holding out for a hero” sonando en los altavoces. La canción de Bonnie Tyler casa perfectamente con la obra que hemos venido a ver. Esta comedia reúne una noche al año a tres amigas de toda la vida para contarse todo lo que les ha sucedido en ese tiempo y rememorar las batallitas más recurrentes de cuando salían a comerse Madrid. A beberse Madrid, más bien.
Mientras encontramos nuestras butacas en la fila 13 y nos instalamos en ellas, nos damos cuenta de que cualquiera de las mujeres que tenemos sentadas a nuestro alrededor podrían subirse al escenario para protagonizar la obra. Todas llevan una etiqueta que dice que están de cumpleaños y una de ellas, incluso, se atreve con un gorro de cowboy. Desde luego, nosotras bajamos la media de edad de la sala.
Las 16 filas del teatro ya están casi llenas cuando una voz masculina inunda de pronto la sala: “La función comenzará en cinco minutos. Mari Carmen, por favor, si no has ido al baño todavía, aprovecha ahora”. Las risas estallan en la fila de delante entre selfie y selfie. Todos los ojos se posan en una mujer rubia de 40 años. Parece que la broma también ha surtido efecto varias filas más adelante.
“Girls just wanna have fun” suena por los altavoces mientras los más rezagados ocupan sus butacas. De nuevo la voz del director Hernan Brave: “Si Mari Carmen ya ha hecho pis, ya se ha callado, se ha sentado, ha subido una foto con el #ChicasDeJuernes y ha puesto el móvil en modo avión, puede comenzar la función”.
Las luces apagadas dan el pistoletazo de salida a las historias de estas tres mujeres tan distintas, pero unidas por una amistad consolidada. Todos somos testigos de sus líos, el futuro de sus hijos o lo bien que les va con sus parejas en la actualidad. Nadie diría que hay un montón de personas escuchando. Cada una representa un estilo y forma de vivir distinta, algo que se incentiva con sus ropas características y sus formas de hablar. Nuestra mente ya viaja a una tarde cualquiera con nuestro grupo de amigas donde todas intentamos contar y ninguna se para a escuchar y profundizar.
Esta obra, que podría recrear una tarde de Sálvame Limón, también intenta dar un paso más allá en las reflexiones y críticas actuales. Se nos presentan situaciones de adicción al móvil, de miedo al futuro, de incertidumbre, de insatisfacción personal, de soledad y de que las apariencias engañan y los estereotipos conducen a ideas equívocas. El personaje de Mari es el encargado de dar una bofetada a esto último y empatizar con todas las personas que han acudido a ver la obra. Sus pensamientos, que a priori podrían ser incultos, nos trasladan a nuestro barrio, a nuestras preocupaciones más cercanas y a la crítica de que “no es más rico quien más tiene, si no quien menos necesita”.
Además, este personaje vestido de leopardo traslada la narración a una realidad actualizada. Casi al final de la obra, la Mari realiza un pequeño monólogo donde habla de lo último que ha pasado en la televisión. Esta vez, nos toca escucharla hablar sobre la polémica de Estrella Morente en Operación Triunfo, la nueva edición de Maestros de la Costura y el último fichaje de la Isla de las Tentaciones. Sí, acto seguido, todos nos empezamos a reír. Parece una escena grabada en el salón de nuestra casa.
Para Brave, Chicas del juernes reivindica que “hay cosas en la vida que no hace falta que vivas sola, que compartiéndolas son más llevaderas” y eso hemos hecho las asistentes y el “hombre engañado”: Pasárnoslo bien. Muy bien. Y acudir acompañadas por nuestros amigos, parejas y familia a ver esta función.
Compartimos momentos de reflexión y optimismo al ritmo de música, aplausos y pérdidas de orina acordes al argumento teatral. Y, finalmente, resumimos estas dos horas de función diciendo “yo me he reído” o “hay cosas que a mí también me pasan”.