Me acuerdo de que… sucedió en Madrid
[Un elogio al I remember de Joe Brainard]
Gloria Serrano//
Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos. Jorge Luis Borges
- Me acuerdo del viento frío el día de enero en que llegué a Madrid.
- Me acuerdo de que en el evento Pública 16, Katherine Watson, Directora de la Fundación Europea de la Cultura (EFC), dijo que la cultura atraviesa distintas intersecciones, entre ellas la interlocal que involucra el barrio y la ciudad, y la intergeneracional que nos obliga a aprender unos de otros.
- Me acuerdo de que en el mismo lugar, Tom Nelson, productor creativo de la Royal Opera House (ROH) de Reino Unido, dijo que nada se compara a un espectáculo en vivo.
- Me acuerdo de que en el bar Bodegas Lo Máximo, en el barrio de Lavapiés, Cristina Mirinda y Javier Herrero presentaron su libro Drácula Esdrújulo (Torremozas, 2015), una crónica esdrújula, frenética, gráfica y underground.
- Me acuerdo de que fue en Bodegas Lo Máximo donde tomé mi primer vermú.
- Me acuerdo del investigador y consultor Manu Fernández, hablando frente a un grupo de estudiantes en el Medialab Prado acerca de las ciudades como espacios de control, de la mercantilización de los lugares públicos y de las renuncias silenciosas a los parques, a las plazas, a las calles, que generan una pérdida de valor social.
- Me acuerdo del primer Encuentro de Iniciativas Ciudadanas que se realizó en el Espacio Vecinal Arganzuela (EVA), el 30 de enero en el Mercado de Legazpi.
- Me acuerdo de pasar por la calle Embajadores y descubrir un mural muy llamativo con esta frase de Rosa Luxemburgo: «Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres«.
- Me acuerdo de mi sorpresa al ver tanta gente recorriendo El Rastro, el mercadillo que se instala los domingos en el barrio de la Latina.
- Me acuerdo de que en el Madrid Creative Commons Cultural Festival CCMad 2016, la muestra de cine y cultura digital, el periodista Bernardo Gutiérrez Sampa se refirió a los nuevos actores y a las nuevas plataformas comunicativas que surgen en las “glocalidades”, en los territorios interconectados.
- Me acuerdo de que en invierno, desde mi ventana, hacía fotos de los árboles calvos que se enfilan por la calle de Tribulete.
- Me acuerdo de que en la marcha para exigir la libertad de los titiriteros Raúl García Pérez y Alfonso Lázaro de la Torre, acusados de enaltecimiento de terrorismo, leí esta consigna: “Con falsos escándalos tapan los del PP”.
- Me acuerdo de que en un muro exterior de La Tabacalera, el Centro Social Autogestionado, está escrito: “Perderse es la única vía de escape hacia la cordura”.
- Me acuerdo de que en La Tabacalera se presentó la exposición Un horizonte falso del fotógrafo Alberto García-Alix.
- Me acuerdo de que en la Librería Malatesta se proyectó el documental Tiempo de las cerezas 1977-1979. Eclosión libertaria.
- Me acuerdo de que Matsuo Basho, maestro del haiku, escribió “nuestros destinos siempre vivos en el corazón del cerezo” y el poeta de 36 oficios, Jean-Baptiste Clement, “por siempre amaré el tiempo de las cerezas”.
- Me acuerdo de que en el Teatro del Barrio el sociólogo Emmanuel Rodríguez expuso los fundamentos del Instituto DM, que concibe como un think tank, es decir, un grupo de inteligencia colectiva que inició preguntándose si de nuevo estamos ante el tiempo de las cerezas o, lo que es lo mismo, contrastando la transición de los años setenta con el momento actual en España.
- Me acuerdo de escuchar a unos músicos callejeros tocando a la entrada del Mercado San Fernando. También me acuerdo de los niños que sonreían y de un grupo de amigos bailando.
- Me acuerdo de que en marzo salí de la Estación de Atocha rumbo a Huesca para asistir al XVII Congreso de Periodismo Digital.
- Me acuerdo de que en Avenida de Daroca 90 está el Espacio Social Okupado Autogestionado (ESOA) La Dragona y que al interior, en una de sus paredes, se puede leer: “si vas a intentarlo ve hasta el final”.
- Me acuerdo de que en la Puerta del Sol se realizó una acampada en solidaridad con el Nuit Debout francés y que en la entrada del metro estaba pegado un cartel amarillo que decía: “Seguimos en las plazas”.
- Me acuerdo de que en la Casa Palacio de la Duquesa de Sueca un grupo de vecinos colocó varios carteles exponiendo lo siguiente: “El Palacio de Sueca lleva años deteriorándose a pesar de ser un bien patrimonial. (…) El uso social es obligado, pero ¿qué uso, quién decide? Es urgente y necesario abrir un proceso de debate y participación ciudadana para decidir qué hacer finalmente con este edificio, una de las últimas posibilidades de compensar el abandono histórico de nuestro barrio. ¿Qué puede ser el Palacio de Sueca? Participación para la decisión, urge municipalización definitiva”.
- Me acuerdo del placer que sentí al observar los primeros árboles floreando en primavera.
- Me acuerdo de que a finales de abril se llevaron a cabo las Fiestas de Malasaña 2 de Mayo “Haciendo Barrio”.
- Me acuerdo de cierto atardecer caminando por la Gran Vía y pensar que sí, que tienen razón quienes afirman que Madrid no tiene uno sino dos ríos, el Manzanares y otro azul y algodonado que cruza el cielo de esta calle principal.
Continuará…
Autora:
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![]() Periodista mexicana en Madrid, siempre buscando la grieta en el muro. Máster en Gestión de Políticas y Proyectos Culturales (Universidad de Zaragoza). “Saber mirar y saber decir” son los principales retos del periodismo que aspira a no quedarse en el olvido, que intenta contar algo más que una simple historia. Para mí, cultura se escribe en plural, es la fiesta de lo colectivo.
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