Elitistas del deporte

Adriana López Marturet//

Estaba hace unos días revisando Twitter tranquilamente cuando de repente leí algo que me hizo removerme en la silla. Reconozco que me pasa a menudo con esta red social. Un usuario se quejaba de que no podía hacer deporte en condiciones porque el monte estaba repleto de personas. Junto al tweet adjuntaba dos fotos que lo demostraban. Se estaba quejando de que había mucha gente en un lugar en el que también estaba él. Todo un sinsentido. No pude evitar pensar qué le hacía creerse con más derecho que los demás. Esto es un claro ejemplo de lo que voy a denominar “elitistas del deporte”.

Cuando Pedro Sánchez anunció que a partir del día 2 de mayo podríamos salir a pasear y a hacer deporte, a todos se nos iluminaron los ojos. Por fin, después de casi dos meses de cautiverio, podíamos salir a la calle.  Aunque los horarios y las distancias estuviesen reducidas, cualquier cosa era mejor que estar todo el día encerrados en casa. Todos éramos conscientes de lo que iba a pasar: las calles se iban a llenar y dar un paseo se iba a convertir en una especie de carrera de obstáculos. Pero nos daba igual, porque, repito, cualquier cosa era mejor que estar atrapados en casa. Todos estábamos contentos. Bueno, todos excepto los “elitistas del deporte”.

Con este concepto me refiero a aquellos que se creen con la potestad de decidir quién puede y quién no puede salir a hacer ejercicio. Son deportistas de toda la vida y les molesta que ahora las calles se llenen de personas que salen a pasear o a ejercitarse un poco. También les molesta que aquellos que antes no hacían deporte de repente sean runners, porque claro, si nunca has salido a correr a ver por qué tienes que hacerlo ahora. A mí, por ejemplo, me gusta y me relaja ir en bici. Pero, por lo visto, ahora tendré que pedir permiso a los ciclistas de élite. Pedro Sánchez me deja salir, pero tal vez los “Induraines” no.

Es evidente que durante las horas permitidas las calles estaban abarrotadas. Todo el mundo quería salir. Aunque intentemos mantener la distancia de seguridad, en ocasiones es imposible. No por irresponsabilidad nuestra -a veces sí-, sino porque los lugares públicos no están habilitados para acoger a tanta gente. Es cierto que esto dificulta el poder hacer deporte, pues el espacio no es el mismo. Pero estamos todos en la misma situación.  No vamos a quedarnos en casa para que los verdaderos deportistas tengan más comodidad para hacer ejercicio. Este es un derecho de todos, y cualquiera que no pueda entenderlo demuestra su poca capacidad de pensar como sociedad.

Durante la cuarentena hemos podido observar diferentes casos de gente que se ha creído lo suficientemente superior como para juzgar a otros por sus actos. Primero fueron los “Policías de balcón”, aquellos que sobre todo las primeras semanas de confinamiento increpaban desde su casa a todo aquel que veían por la calle porque estaba prohibido salir. No conocían la situación de la otra persona. No sabían si iba a trabajar, si tenía autorización para salir, etc. Pero les daba igual, porque estaban demasiado entretenidos jugando a ser los “salvadores del pueblo”. También pudimos observar cómo otras personas colgaban carteles en las puertas de sus vecinos con trabajos expuestos al virus (médicos, celadores, cajeros, enfermeros, limpiadores, etc.) pidiéndoles que se alojaran en otro lugar porque de lo contrario podían contagiar al resto del vecindario. Bueno, pues de los creadores de los “Policías de balcón”, ahora ha llegado este nuevo clan: la autoridad suprema del deporte, los elitistas del deporte.

Esta pandemia nos ha enseñado muchas cosas: a valorar más lo que tenemos, a disfrutar de los pequeños detalles, a cuidar a los nuestros, a ser mejores personas, etc. Pero, dejando a un lado este discurso moralista propio de Mr. Wonderful, también nos ha enseñado lo siguiente: si miramos por nuestro bien individual en vez de por el bien colectivo, nunca podremos funcionar como sociedad y no podremos hacer frente al virus. Las calles no están solo para que unos pocos puedan hacer deporte, sino para que después de casi dos meses confinados, todos podamos respirar un poco de aire fresco.

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