¿Sólo o acompañado? Elige tu propia aventura, versión Halloween
Dani Calavera//
Una noche cualquiera, solo o acompañado, podrías sobrevivir –o no- al peor Halloween de tu vida. Podrías encontrarte con los peores personajes de películas de terror, escuchar los más inquietantes diálogos, susurrados, sin dueño. ¿Te atreves a ponerle nombre a la película a la que pertenece cada uno de ellos? ¿Qué aventura –o qué muerte- elegirías?
«Fue encontrado al pie de las escaleras, su cuello estaba roto y la cabeza girada hacia atrás»
Una noche de Halloween cualquiera podría ser una Pesadilla antes de Navidad. Cual libro de aventuras donde puedes seguir diferentes caminos, sólo o acompañado, te adentras en un viejo caserón y subes hasta Al final de la escalera entrando en una habitación lúgubre, triste, con el retrato de La mujer de negro en la pared. Sobre una estantería hay muñecos de ventrílocuo que están en Silencio desde el mal y un VHS con The Ring escrito en un lateral. Por fortuna puedes entretenerte, hay un viejo televisor con sólo dos canales, la pantalla está llena de polvo y a través de la ventana escuchas la fiesta que hay armada en las calles, en La noche de las bestias. Pero tú has decidido quedarte en esa casa, solo o acompañado.
“- ¿Qué hay en la habitación 237?
– ¿…Habitación 237?
– Te da miedo esa habitación, ¿verdad?”
¿Qué harías en esta noche? Si te quedas solo, tendrías que ocuparte únicamente de tu pellejo, pero si vas en grupo, deberías preocuparte también por ellos. Con un giro de muñeca a la ruleta del televisor, un sonido sordo da paso a una niebla de interferencias en la pantalla, pero pronto se disipa y te encuentras en una Pesadilla en Elm Street.
«- ¿Quién eres?
– Yo… Soy Dios»
Te persiguen unas cuchillas armadas en un guante de cuero que evocan el 1984, o quizás un machete enorme que blande un portero de hockey con muy mal genio y grandes traumas infantiles y maternos, o quizás un hermano esquizofrénico con máscara blanca. Sea como fuere, sólo o en grupo, debes tomar una decisión: o te adentras en un bosque oscuro de tétricos árboles en el que vaga un jinete sin cabeza que te conduce hasta Sleepy Hollow donde brujas y espíritus malignos te arrastrarían con un Maleficio hasta el siglo XVI, o sigues por una oscura calle rodeada de casas unifamiliares donde fueron asesinados unos simpáticos adolescentes hasta un viejo motel de carretera que te produce una fuerte Psicosis.
«Todos estamos un poco locos»
Si vagas por El bosque, el camino quizás sea más clásico y tranquilo. No encontrarás ningún Exorcista ni ningún muñeco parlante montado en triciclo que te propone pruebas absurdas para evitar mutilaciones y muertes sangrientas. Lo que si encontrarías es todo un plantel de monstruos clásicos en blanco y negro, pero tranquilo, apenas corren, se entretienen más relatando lo que van a hacerte mientras gozan de sus interpretaciones ante la cámara.
«Yo nunca bebo vino»
En uno de los senderos que hay entre los árboles, jurarás y perjurarás haber visto un cartel que te llevaría derecho a Jeepers Creepers. Pero no le haces mucho caso, porque en tu recorrido te toparías con una familia que ha descubierto que Las colinas tienen ojos y huyen de unos sucios engendros asesinos, también con una pandilla de universitarios idiotas que creen huir de Tucker y Dale contra el mal. Ignora esos niños que gritan señalándote, no te auguran nada bueno.
“Para ella es sólo otro niño. Para nosotros es una bestia”
Cuando llegues a tu destino, ármate de paciencia, has vivido y oído ya mil historias de miedo. Fantasmas con sábanas, que no apariciones. Momias, hombres lobo y Vampiros de John Carpenter, nada de mujeres pálidas japonesas que se mueven cual arañas arrastrándose por el suelo con singular y temerosa velocidad. Bosque clásico, una noche agradable en ese viejo caserón. Un caserón donde Los otros se revelan como una amenaza a tu tranquilidad, un caserón con dibujos Insidiosos de avistamientos espectrales recogidos en un Expediente Warren.
«Debemos aprender a vivir todos juntos. Los vivos y los muertos… Abra la puerta, señora»
Ya sabes todo lo que te vas a encontrar entre esos árboles y ese Camino al infierno. ¿Para qué molestarte? El viejo televisor de ese caserón tiene dos canales, así que cambias y vuelves a la calle, lejos del siniestro y antiguo bosque. De noche, siempre de noche, aceras rodeadas por La niebla de Stephen King por las que Carrie caminaba cuando aún estaba un poco cuerda. Al final de la calle, junto a La última casa a la izquierda, hay un psiquiátrico abandonado donde tuvieron lugar unos Encuentros paranormales, como mente racional que eres, decides no adentrarte en él y sigues caminando hasta el centro de la ciudad. ¿Zombies? Por supuesto, las calles no serían lo mismo sin ellos, y mientras no corran como harían 28 días después y sólo caminen taciturnos guiados por George A. Romero, todo irá bien, podrás seguir. ¿Qué prefieres? ¿Un muerto viviente o un espíritu rencoroso? Bien sabido es que estos últimos son más dados a moverse entre las habitaciones del caserón en el que estás, no por las calles en las que huyes a través del televisor.
«¿Y si no quieren ayuda? ¿Y si están enfadados y quieren hacernos daño?»
Una chica que vuelve a casa sola de noche se cruza contigo mirándote directamente a los ojos. Un Escalofrío recorre tu cuerpo y adviertes que quizás sería buena idea apagar el televisor, levantarte, e irte de ese caserón viejo para disfrutar de la fiesta, como todo el mundo está haciendo fuera, viviendo una Scary movie en lugar de una Scream. Apaga el televisor, levántate con cuidado. No crujas la madera, desde el desván podrían oírte. Ve despacio y con cautela, baja las escaleras hasta llegar a El último escalón. Abre la puerta, sal del caserón, avanza hasta la festiva calle ignorando El exorcismo de Emily Rose que está teniendo lugar en el granero, no tienes por qué vivir esa Posesión infernal.
«¿Pero sabe qué es lo más extraño?… Ella llevaba el número 13 grabado en la frente»
Bebe, disfruta, pásalo bien. Sólo o acompañado. Ignora el hecho de que te has quedado dormido frente al televisor, ignora que no puedes despertar, ignora que mientras duermes y sueñas que has salido del caserón, una mujer te sonríe desde la puerta, mirándote y planeando como asustarte, comerte y echarte de su mansión. El sonido de El cuervo y Los pájaros de la calle te despiertan y antes de girarte y ver a la mujer, disfrutas momentáneamente de El resplandor que se ve a través de la ventana.
«- ¿No querrá decir Resplandor?
– Sssshhh… Que nos acusan de plagio»
Autor:
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![]() Crítico de cine en ZTV y Heraldo.es. Creador, presentador y realizador del programa más extra-elegante de cine: «Unas cuantas Pelis». ¿Lo único que importa? Cine, música, escribir, mucho café, cine y música. Apasionado de la música y el cine tanto escrito como realizado, rodado y proyectado. Emocional y moralmente incapaz de escoger un género ¡Todos son buenos mientras sea buen cine!
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