Toño Cabañero: notas sobre los recuerdos
Toño Cabañero es el cantante de El Rincón de los Sueños, el grupo de Villarrobledo que la otra noche lleno la madrileña Sala Costello. Tiene 23 años, aunque por su forma de hablar durante la entrevista aparenta algunos más. Debajo de las luces del concierto interactúa con el público y no para de moverse, representando cada verso de los temas como si la energía que le produce estar cantando le moviera todos los músculos del cuerpo. Mi mejor casualidad es su último trabajo, que ahora presentan por salas de todo el país.
La historia de Toño con la música está llena de primeras veces: desde la primera vez que le regalaron un instrumento a la primera que el grupo tocó bajo el nombre de El Rincón de los Sueños. Pero hay muchas más. Se acuerda de todas, años y fechas bastante precisas incluidas, como si atesorara sus recuerdos musicales de una manera especial.
“Con la música como tal todo empezó con unos Reyes Magos. Tendría seis años y mi madre, mi padre y mis abuelos me regalaron un teclado. Mi abuelo, que tocaba el acordeón, decidió que me iba a enseñar. Estuve dos años, hasta que se puso enfermo y ya no pudimos seguir. Iba todos los días de lunes a sábados una hora. Se ponía delante de mí y me cantaba una canción, la tarareaba. Y yo la imitaba y la tocaba con los bajos del acordeón”.
La siguiente primera vez en la conversación se refiere a la primera canción que compuso. Estaba de viaje con amigos y uno de ellos empezó a repetir varios acordes con la guitarra. Él le dijo que tenía una letra para acompañarle y al final del viaje habían compuesto un tema. “Después de eso fui haciendo más temas, poco a poco. Aprendí a tocar la guitarra y a hacer canciones hasta que en 2010 empezamos una banda. Y aquí estamos. Hemos ido creciendo, conociendo gente, haciendo canciones y grabando discos”.
Toño escucha música independiente actual. Explica que le gustan los grupos que dicen lo que piensan, sin medir la métrica y sin tener que seguir el AB estribillo, AB estribillo que a veces esclaviza un poco al pop. Menciona a Vetusta Morla, a Izal, a Andrés Suárez a Carmen Boza y a Miss Caffeina. “Me gustan mucho. Cuando los escuchas parece que de alguna manera todo encaja de manera mágica, pero no es así. Tiene mucho trabajo detrás”. A la hora de componer, él busca un tema del que quiere hablar, una sensación. Aunque confiesa que muchas veces acaba escribiendo sobre algo totalmente diferente.
Cuando cuenta la historia de la formación de la banda, él ejerce el papel de perseguidor. Tenía claro que quería cantar y crear un grupo, así que busco a los mejores músicos que conocía. Al principio se llamaron Toño y el Rincón de los Sueños. Es en 2010, como teloneros de los Galván en su pueblo, cuando su propio nombre desaparece del de la banda. En aquella actuación Agus Ruescas estaba a la batería, Greg Ruescas en el bajo y Jose María Sánchez en la guitarra. Solo faltaba Quique, el tercero de los hermanos Ruescas, que se incorporaría un poco después.
Desde ese escenario, carretera y manta de por medio, han llegado hasta los rincones más perdidos de la geografía española. Tiene un repertorio de anécdotas y, en general, muy buenos recuerdos.
“Después de un concierto en un pueblo en Jaén nos contaron una leyenda de la casa en la que nos quedábamos. De una mujer con trenzas que habíamos visto en una foto. Decían que se te aparecía y te estiraba de la cama. La verdad es que luego estábamos cagados. Greg, el bajista, iba a dormir solo. Pero a las cuatro y media o cinco cuando llegamos allí cogió un colchón y lo puso en la habitación donde dormíamos todos, y eso que a él le va lo tenebroso”.

Se ríe contando la experiencia y habla sobre otros conciertos en otros pueblos perdidos. Sin embargo, los recuerdos de las actuaciones le llevan hasta el que, hasta ahora, ha sido el más especial para él.
“El concierto de Villarrobledo de este año ha sido probablemente el más emocionante. Contábamos con que la gente fuese reacia a pagar una entrada en el último día del puente por ver al grupo del pueblo. Hay gente que no nos conocía y vinieron a vernos. Cuando tus expectativas son 200 personas y al final vienen 500…Es un número muy humano, pero son 500 personas que pagan por oírnos tocar cuando me ven echando copas todos los fines de semanas. Que la gente lo valore y llevarte la sensación, al menos durante esas dos horas, de que están gritando y coreando las canciones por ti…es increíble”.
Toño lleva el logotipo del grupo tatuado en el brazo. Lo mira y explica, permanentemente sonriente, que a lo mejor es un poco “ingenuo”. Se encoge de hombros. Bebe un poco de té y salta al siguiente de sus recuerdos musicales. Catorce años, el pueblo de al lado y un micrófono son la siguiente parada en el tour. Estaba viendo tocar a su grupo favorito, El sueño de Morfeo. Era un adolescente emocionado, situado en primera fila. Raquel de Rosario pidió voluntarios y él acabo sobre el escenario, sentado en un sofá, cantando junto a otros chicos. Al terminar la canción reunió el coraje suficiente para decirle a la cantante que su sueño era interpretar con ella Amor de Sal. Y allí, sobre ese escenario y acompañado por la artista, cogió un micrófono por primera vez. Tras contar la historia se ríe y confiesa que, aunque intenta no contarlo demasiado, el nombre del grupo y el sofá que aparecen en la portada de su disco tienen una clara conexión con El Sueño de Morfeo.

Cuando habla hace palpable que la música es su pasión. Sin embargo, aún no es la única protagonista de su vida, que describe como “un lío”. Mientras le da vueltas al contenido de la taza sonríe resignado explicando los malabarismos de horarios y trabajos: “Tengo una vida un poco extraña. Hace 8 años que pongo copas, así que los fines de semana que no tocamos trabajo como camarero. Hice Magisterio de música y entre semana trabajo en un colegio con niños, dando técnicas de estudio, y también doy clases particulares”.
Sin embargo, el cantante aspira a que un día la música lo sea todo. “Te pones a pensarlo y crees que nunca va a llegar ese día. Parece que hay algo que te coge de los pies y te dice, ‘eh, ¿dónde vas?’. Pero si hace dos años me hubieran dicho que estaría en Madrid, en un café hablando de mi música… ¿Por qué no fantasear? Y ahí estamos, a ver qué pasa, a ver de qué forma pasa. Me encantaría levantarme y que la música fuera mi vida”.
Mi Mejor Casualidad
Mi Mejor Casualidad (2015) es el nuevo trabajo de El Rincón de los Sueños, de la mano de Produlam Records y La Agencia Music. Está disponible en formato digital en iTunes, Spotify, Deezer, Amazon y todas las compañías de distribución digital, y en formato físico en tiendas Fnac y El Corte Inglés.
Autora:
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![]() Estudié periodismo porque creía, y aún creo, que la información puede cambiar el mundo. Devoro libros y series, vivo con los cascos y la sonrisa puestos y consumo los podcast más extravagantes. También discuto sobre política y tengo un cuaderno lleno de notas sobre todas las cosas de las que quiero escribir.
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