Un verano azul durante la Transición

Laura Hevia//

Todo el mundo sabe silbar esa maldita y pegadiza canción. Esa melodía que significaba verano y que fue, durante mucho tiempo, la mejor de las cartas de presentación. Aunque hayan pasado 25 años desde su estreno, su estela sigue viva. Y es que a muchas generaciones les cuesta olvidar aquella serie que tomó por escenario la localidad malagueña de Nerja y que tiñó de azul el periodo estival.

11 de octubre de 1981, 16:05 horas. Mercedes Cebrián tenía diez años cuando se sentó por primera vez a ver Verano Azul. Pero fue en el verano de 2014, tras catorce reposiciones en diferentes canales, cuando la escritora comenzó a dar forma al que hoy es Verano Azul. Unas vacaciones en el corazón de la Transición.

Esta crónica ensayística nos brinda un paseo por Nerja. Por la Nerja actual que, aun en 2016, tiene mucho de la de ayer. Cebrián no va en bicicleta, nadie lo hace, camina junto a otro grupo de antiguos niños que buscan ver con sus propios ojos La Dorada y otros muchos lugares emblemáticos que aquella pandilla de los 80 recorrió durante 19 capítulos. Miguel Joven, aunque la mayoría preferiría llamarlo Tito, los capitanea. Y a través de Cebrián conocemos todo lo que él cuenta: rincones escondidos en el que se rodaron escenas concretas, curiosidades de la localidad y un viacrucis por la vida de aquellas personas que un día fueron Pancho, Javi, Bea, Desi, Quique, Tito y Piraña. Pero también recuerda a Chanquete y Julia, como así lo hace la escritora entre sus páginas. Dos adultos que formaban parte, de una u otra forma, de aquella pandilla de niños que actuaban como mediadores entre su realidad y la de sus padres, que les permitían descubrir cosas por ellos mismos.

Verano azul

“¿Podría una serie tan completa y con tanta enjundia ser reivindicable como patrimonio cultural inmaterial de España?”, se preguntará Cebrián. Exagerado, quizá. Ella misma se retractará, aunque afirma contundente que sí es un lugar común de la memoria española.

La autora realiza a través de las 160 páginas un extenso y detallado análisis por todas las facetas de Verano Azul: desde su emplazamiento, hasta sus personajes, pasando por el desarrollo de conceptos como pandillismo o veraneo. Porque el pandillismo fue el epicentro de la serie y el nexo de unión entre los protagonistas; porque el veraneo significó aventura y aprendizaje; porque las colchonetas, las toallas de rayas y chiringuitos de playa fueron un mero adorno. «El veraneo es una metáfora de este tiempo inestable que, como toda aventura estival, tocará su fin y forzosamente dará paso a una nueva situación».

El divorcio, la menstruación disfrazada de «hacerse mujer», la existencia de Dios. Verano Azul apostó por acercar a los niños de ayer cuestiones que les preocupaban, dentro y fuera de la ficción. También quiso demostrar que un padre puede aprender a pescar gracias a su hijo, o lo que es lo mismo, que la razón y el conocimiento no siempre está en los que llevan la talla adulta.

Verano Azul también es política pero se nota menos. Cebrián explica cómo, mediante un argumento en ocasiones ñoño, se buscaba fabricar nuevos españoles que dejaran atrás el autoritarismo del Franquismo y se sumergieran de lleno en la Transición. Andalucía fue el espejo de España, de la España utópica que se buscaba alcanzar.

Y así, de una u otra forma, se pasan las páginas y pasan los años. Pero Nerja y Tito -o Miguel Joven- siguen ofreciendo recorridos por el vaivén de anécdotas y experiencias que un día Verano Azul arrojó, una y otra vez. Es lo que tiene el poder de la reposición… si no que se lo digan a Chanquete, que ya ha muerto catorce veces.

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Ficha técnica:

  • Autor: Mercedes Cebrián
  • Título: Verano Azul: Unas vacaciones en el corazón de la Transición
  • Nº páginas: 160
  • Editorial: Alpha Decay
  • Formato: Tapa blanda
  • Precio: 15,90€

 

Autora:

Paz Perez foto Paz Perez nombre

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Aunque mi brújula no funciona, siempre llego al lugar correcto. Empecé a escribir de casualidad y llegué al periodismo por error, pero ahora creo que no sabría hacer otra cosa. Cabezota e indecisa, busco histo-rias pequeñas que nos hacen grandes. 50% urbana 50% rural.

Twitter Blanca Uson

 

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