Vermú suicida con Marc Caellas: reflexión, humor y vida

Sofía Villa//

El sábado 1 de octubre el escritor Marc Caellas presentó su nuevo libro, Notas de suicidio (La uÑA RoTa, 2022), en la librería Cálamo, espacio cultural de referencia en la capital aragonesa. El autor catalán no solo expuso su libro, comentando el proceso de creación y contenido del mismo, sino que hizo apología de lo indecible, de lo prohibido, de uno de los tabúes más generalizados en los últimos tiempos: hablar del suicidio.

A las 12:30 de la mañana, la segunda planta de la librería Cálamo contaba con una decena de asistentes (la limitada capacidad del lugar no permite muchos más). Con libros clásicos alrededor, la disposición del espacio intuía un encuentro íntimo, familiar: asientos próximos y cercanos a la mesa en la que se situaba el autor.  El comienzo de la presentación se demoró unos diez minutos, un tiempo que, si se presta atención, puede ser muy útil para entrever el grado de expectación (o la ausencia de la misma) entre los asistentes. Casi todos ellos portaban el libro en sus manos. “Buena señal”, pensé. En primera fila, una chica y un chico jóvenes susurraban mientras manoseaban su ejemplar. “Para mí, lo más impactante son las notas suicidas en pareja”, le dijo ella a él. “Para mí también”, le contesté yo telepáticamente mientras me satisfacía el interés que parecía suscitar el evento entre el público.

El editor de La Uña rOtA, Carlos Roda, inaugurando la presentación. Fotografía Sofía Villa
El editor de La Uña rOtA, Carlos Roda, inaugurando la presentación. Fotografía Sofía Villa

El autor catalán presentaba su nueva novela, Notas de suicidio, en una conversación con el periodista argentino Laureano Debat. Sentados de espaldas a una enorme estantería repleta de libros, con una botella de agua y un ejemplar de la obra mirando fijamente a los asistentes, la charla se abría con una tradicional presentación biográfica del autor. En ella, Debat nombraba –irremediablemente– la obra de teatro de la cual parte este libro: Suicide notes, escrita junto a David G. Torres con una intención que prosigue en el libro que este día presentaba: abordar el suicidio sin miedo, sin tabúes y, sobre todo, sin juicios.

“Es un libro de celebración de la vida”. Así comenzaba su discurso Marc Caellas. Contradictorio al principio, certificado una vez lees el libro. A diferencia de otros textos que abordan este complejo tema, el autor no juzga el suicidio. Pero tampoco lo frivoliza o romantiza. Simplemente, lo normaliza. Al igual que lo normalizó el artista Isidoro Valcárcel Medina, quien ideó la existencia de la Torre para suicidas, una instalación para llevar a cabo ese acto final de quitarse la vida. Caellas, que nombra esta macabra anécdota en su libro, se adentra en la mente de Valcárcel y expone cómo lo justificaría este: “Es inútil negarlo, suicidas va a haber siempre, de hecho, cada vez hay más, aunque se oculten las cifras. Por tanto, el deber de la administración pública es ofrecer las comodidades necesarias a este numeroso grupo de ciudadanos”. ¿Descabellado o pragmático?

El humor –que no frivolización– que desprende el libro es el mismo que utilizó Caellas en su presentación. El catalán tuvo una curiosa forma de agradecer al público su asistencia: “Gracias por estar aquí a la hora del vermú. Bueno, esto podría ser un vermú suicida”. Así, fueron varias las anécdotas humorísticas del libro que desveló Caellas. Es el caso de Cioran, a quien una mujer le escribió comunicándole su deseo de suicidarse con él. El escritor y filósofo rumano pensó que no le gustaba suicidarse por encargo y, menos, con una persona desconocida. También llegó a la conclusión de que no podía quitarse la vida con una mujer fea. De todas las preguntas que nos formulamos los humanos, ¿alguna vez alguien se habrá preguntando con quién le gustaría suicidarse?

Quizás haya quienes piensen que el autor, que aborda este tema en múltiples modalidades (teatro y narrativa) y que bromea sobre ello, pueda estar manejando la idea de suicidarse. Nada más lejos de la realidad. En la presentación expuso que se encontraba en un “momento vital”. Y en el libro también expone su nula predisposición a quitarse la vida: “La investigación, ensayos y lecturas que me han obsesionado estos últimos años resultaron ser el mejor antídoto o gel retardante para mi posible suicidio. No tengo ninguna prisa para hacerlo, es más, creo que haber entendido que el suicidio es una vía que siempre está libre para transitarla me ha relajado tanto que veo lejano el momento de ejercerlo”.

Mar Caellas presentó su nueva novela, Notas de suicidio, en una conversación con el periodista argentino Laureano Debat en la librería Cálamo. Fotografía Sofía Villa
Marc Caellas presentó su nueva novela, Notas de suicidio, en una conversación con el periodista argentino Laureano Debat en la librería Cálamo. Fotografía Sofía Villa

Sorbo de agua mediante, la conversación derivó en la recopilación de las notas. ¿Por qué Caellas eligió unas y no otras? ¿Cómo decidió la estructura? ¿Se quedó satisfecho con las seleccionadas? Hay un aspecto que, desde el principio, tuvo claro: escogería notas suicidas de personas famosas, populares o, al menos, medianamente reconocidas en algún campo o ámbito. Era consciente de que contar con notas suicidas de toda clase sería, nunca mejor dicho, un suicidio. Cómo estructurar el libro, sin embargo, sí le supuso más cavilación. ¿Existe una forma rigurosa, precisa e irrefutable de disponer notas de suicidio, teniendo en cuenta las múltiples variables y diferencias que existen detrás de cada una de ellas? Es francamente dudoso. Por ello, Caellas se basó en una premisa que deja patente varias veces en la obra: “Siempre nos dirigimos a alguien en una nota de suicidio”.

Así, estas son algunas de las divisiones del libro: “Las notas de suicidio para los padres”, “Las notas de suicidio para el marido/esposa”, “La nota de suicidio para un amigo imaginario”, etc. Sin embargo, Caellas también basó la organización teniendo en cuenta la forma: “La nota de suicidio escueta”, “La nota de suicidio lúcida”, “La nota de suicidio literaria”, etc. El autor ya explica al inicio de la obra su predisposición por el “cómo” de cualquier asunto: “Como escritor, director de teatro o artista, me interesa más la forma que el resultado, el concepto que la consecuencia, más el estilo que la trama”.

Una hora y media después de alguna explicación, numerosas anécdotas y múltiples reflexiones, Marc Caellas era despedido con una ronda de aplausos. Pero antes de finalizar ese vermú suicida, el autor recibía a los lectores, dispuestos en fila, para firmarles sus respectivos ejemplares.

Uno de los ejemplares firmados por Mar Caellas. Fotografía Sofía Villa
Uno de los ejemplares firmados por Marc Caellas. Fotografía Sofía Villa

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