Aragón piensa en digital: Un nuevo prisma cultural y rural

Eduardo Ramírez (@eduramcar8), Alba Ortubia (@alba_ortubia), María Bikíe Ondo, Nerea Monte (@nereamonte_) y Eva Mesonero//

Sobre las 9 de la mañana del 15 de junio de 2023 se preparaba en Etopia la jornada de Ideas Digitales en su edición aragonesa. Tras dos ediciones anteriores, en Barcelona y en Madrid, esta de Zaragoza iba a ser la primera realizada de manera presencial, y qué mejor sede que represente en Zaragoza la mezcla del arte con la tecnología que el centro Etopia. Un día en el que gestores culturales, investigadores, artistas y todo tipo de personalidades dialogan acerca de las posibilidades y los peligros de la digitalidad, además de hacer comunidad y compartir puntos de vista con el resto de asistentes y congresistas.

A una hora de comenzar oficialmente la jornada, volvían a comprobarse los controles de sonido e imagen para asegurar una experiencia de calidad y comprometida con el medio ambiente tanto en diferido, como presencialmente. 

La jefa de Servicio de Ciudad Inteligente del Ayuntamiento de Zaragoza, Marina Abadía, abría a las diez y cinco minutos la jornada en agradecimientos por la presencia de caras familiares que recorrían la sala y en altas expectativas del contenido que avistaban las charlas y mesas redondas. Seguido a su breve discurso, continuaba el gerente de la unidad de emprendimiento del IAF (Instituto Aragonés de Fomento), Pedro Pardo. Él volvía a ahondar en cuanto al contenido en sí de la jornada y aseguraba que “el tejido industrial cultural” estaría “floreciendo”. Y la prueba estaría en que proyectos con un calibre intelectual tan grande como Ideas Digitales, pasen a celebrarse de vez en cuando en Aragón.

Ya para finalizar, Laura Montañés y Betanía Lozano fueron las que cerraron el acto inaugural. Esta última, Betanía Lozano, es responsable de Trànsit Projects Madrid, y dio paso a la que sería la primera de las charlas con Marcel Pié Barba y Marc Pedró: «Desencantando los mitos de las IA a partir de su apropiación creativa». 

Presentación Ideas Digitales | María Ondo
Presentación Ideas Digitales | María Ondo

Ambos ponentes son colaboradores en Taller Estampa, que es un colectivo de programadores, realizadores e investigadores con base en Barcelona. La charla se dividió en dos partes, la primera presentada por Marc Pedró en la que retrajo al público a las primeras teorías de Turing sobre la Inteligencia Artificial entre otros. Y llevó la IA al espacio que le corresponde: una herramienta tecnológica interesantísima alimentada, sustentada y organizada por mentes humanas en todo su proceso. Y la segunda correspondió a Marcel Piè Barba en la que habló más sobre la aplicación de las IA en el día a día y desmitificó ciertas creencias populares sobre ella al tiempo que presentó las líneas de investigación y los proyectos más sustanciosos que llevan adelante desde Taller Estampa.

Aunque se echó en falta una ronda de preguntas que quedó sustituida por una sugerencia entre risas por desplazarse a la cantina para hacer una pausa de café. Los comentarios y conocimientos que se desbordaban entre los asistentes contrarrestaron la ausencia de preguntas. Fue sin duda un comienzo motivador y sustancioso.

El factor económico en la digitalización

Después de la pausa café, tuvo lugar la charla «Economía social y el modelo cooperativista para proyectos digitales» ofrecida por Fernando Giménez, director de Aragón y Cataluña en Laboral Kutxa. Giménez comenzó admitiendo que, a pesar de que un banco puede parecer una organización aburrida y poco creativa, la realidad empresarial se vuelve muy necesaria para el emprendimiento tecnológico. El caso de la cooperativa vasca es bastante particular puesto que nació a partir de una iniciativa personal. Su creador, José María Arizmendiarreta, fue un sacerdote que en la posguerra española buscó mejorar la formación en su municipio, Mondragón. Así nació la Corporación Mondragón, que actualmente engloba a más de 70.000 personas y factura 12.000 millones de euros anuales.

Una de las particularidades de Laboral Kutxa es su fondo salvavidas en caso de crisis. Entre el 15 y 40% de los resultados brutos se destinan a este fondo. De esta manera, gran parte de los beneficios se reinvierten en la cooperativa para seguir creando riqueza

También destacan sus retos para los próximos años, entre los que se encuentran fomentar la igualdad y superar el 29% de mujeres en el consejo de dirección, fortalecer su compromiso medioambiental y adaptarse a la digitalización del mundo de las finanzas. Los asistentes a esta charla pudieron comprobar, de la mano de Giménez, la importancia del factor económico a la hora de apostar por una digitalización financiera eficaz.

Fernando Giménez en Ideas Digitales | María Ondo
Fernando Giménez en Ideas Digitales | María Ondo
Brechas digitales

A las 12:30 comenzó la primera mesa redonda del día, «Participación Ciudadana en Entornos Digitales», que se desarrolló en torno a tres vectores: democracia cultural, tecno-ética e internet como espacio público. Esta mesa redonda fue moderada por Víctor Jiménez Sánchez, que entre su amplio currículum destaca la cofundación de la plataforma de innovación cultural y social Bit Lab

Las presentaciones comenzaron con la docente e investigadora Pilar Rivero, acompañada en la gran pantalla por su proyecto de catalogación de murales urbanos, Mural Hunter. Rivero describió Mural Hunter como “un catálogo cooperativo con comentarios abiertos que permite interactuar y catalogar el arte efímero que está en espacios públicos”. 

Tras ella, fue el turno de Pablo Lafarga, que junto con Ana Gracia crearon en 2020 Esto no es un museo. Un proyecto que se divide en dos vertientes, la mediación cultural ligada a la digitalización y los pódcast culturales. Sin embargo, su pasión por la radio y por hablar de las cosas de las que no se hablan con 20 años nació en Radio Topo. Este “hijo de la Universidad de Zaragoza” dejó muy claro desde el principio su mensaje: la cultura no es solo para los eruditos.

El último participante de la mesa redonda en presentar su proyecto fue Javier Roche, que se definió a sí mismo como un “obrero de la cultura”. La plataforma Cultura Comunitaria es una herramienta digital libre en la que se pueden compartir iniciativas, actividades, normativas, etc. En su presentación ya quiso hacer hincapié en el uso de herramientas digitales libres como LibreTube.

Pilar Rivero, Pablo Lafarga, Javier Roche y Víctor Jiménez en Ideas Digitales | María Ondo
Pilar Rivero, Pablo Lafarga, Javier Roche y Víctor Jiménez en Ideas Digitales | María Ondo

Finalizadas las presentaciones, Víctor Jiménez dio paso al primer vector con una pregunta “¿Cómo hacer una transición a la democracia cultural?”. Roche dejó claro que para lograr una democracia cultural es necesario el acceso y el consumo de cultura, pero también la toma de decisiones dentro de esta. Además de señalar la brecha tecnológica y generacional, Pilar Rivero también quiso poner el foco sobre la brecha de género en la tecnología. Por su parte, Lafarga volvió a remarcar la brecha elitista que nos hace sentir no merecedores de la cultura.

Pasando al tema de lo tecno-ético se trataron temas como el software libre, que Roche calificó como “el mayor proyecto comunitario de la tierra”. Además de tratar los entresijos de los procesos “open” y el desamparo al que se exponen utilizando herramientas sin una gran corporación detrás que les asegure la permanencia de sus proyectos. Aunque el segundo y el tercer vector se acabaron entremezclando, se dejó clara una cosa, que internet no es ni público ni seguro

La mesa redonda cerró con una serie de preguntas que permitieron tratar el tema de la sostenibilidad en lo digital, entre otros asuntos. Con algo de tensión en el ambiente y el rugir de las tripas de los asistentes, se dio paso a la comida. En el mismo salón de la pausa café nos esperaban unas copas de vino, varias mesas de comida y el bullicio de las conversaciones sobre una comunidad que piensa en digital. 

El escaparate del mundo rural
Comida Ideas Digitales | María Ondo
Comida Ideas Digitales | María Ondo

En la cuarta sesión de Ideas Digitales Edición Aragón llegó el turno de la despoblación y el mundo rural. Entraron en la conversación tres representantes –uno por cada provincia aragonesa– de proyectos que buscan avivar el territorio que comprenden. Una mesa redonda moderada por la profesora de Periodismo de la Universidad de Zaragoza María Angulo EgeaEllas son Campo y Zero Grados— en la que se habló de la digitalización y el poder que puede llegar a tener en el intento de salvaguardar la cultura y el patrimonio,  al tiempo que ayudar al desarrollo y mantenimiento de las diversas comunidades rurales del país.

La primera en hablar fue Lucía Camón, impulsora del proyecto Pueblos en Arte. Un poryecto muy amplio que suma muchos otros de carácter cultural y que nació hace nueve años en Torralba, Zaragoza. Desde Pueblos en Arte se organizan exposiciones de arte, veladas de cine rural, rutas como la 234 –de Burgos a Sagunto– y, sobre todo, “enseña a personas de ciudad lo que es vivir en comunidad”. El Saltamontes Festival, que tendrá lugar el 1 y 2 de julio, es la “punta del iceberg de todo un año de trabajo” en el que ciudad y pueblo se encuentran y se nutren. 

El turno de palabra pasó a Alberto Alfonso Pordomingo, representación turolense de la mano de Apadrina un Olivo. Esta iniciativa surgió de la necesidad de salvar los más de cien mil olivos centenarios abandonados que rodean Oliete, Teruel. Pordomingo también habla de crear esas conexiones emocionales y experiencias entre pueblo y ciudad. Apadrina un Olivo, ganador de varios premios del nivel de Forbes, intenta demostrar que “innovando y con sostenibilidad, generando propios ingresos y con una base social, hay futuro en el medio rural”.

La última en presentar su proyecto fue Felisa Ferraz. Pirineo Literario, aunque más reciente que los anteriores proyectos, busca fomentar la idea de que “hay otra forma de economía que la del turismo” característico del Pirineo. La plataforma digital comunica toda la página a través de una cartografía con 15 rutas y destinos literarios que relacionan dos pasiones: caminar y leer. Felisa Ferraz hacía hincapié en que “la oferta cultural de los pueblos tiene una dimensión social muy importante que ni política ni institucionalmente se valora lo suficiente”.

Tras la presentación de proyectos, María Angulo Egea planteó la importancia de las herramientas digitales para los pueblos y su desarrollo. Los tres participantes estuvieron de acuerdo en que la digitalización puede ayudar a que los entornos estén más al día. Lucía Camón mencionaba que en Torralba están en auge los grupos de WhatsApp en los que la gente se siente segura de compartir noticias o comunicarse. Sin embargo, un factor clave a tener en cuenta es la población envejecida, por lo que, “está la herramienta digital pero luego tienes que aterrizarla puerta por puerta para que llegue a los de dentro”. Por su parte, Felisa Ferraz veía la digitalización como “una herramienta para incorporar a la gente joven”. Aunque, para que esta transición tenga lugar, es esencial que haya conexión en los pueblos.

Lucía Camón, Felisa Ferraz, Alberto Pordomingo y María Angulo en Ideas Digitales | Alba Ortubia
Lucía Camón, Felisa Ferraz, Alberto Pordomingo y María Angulo en Ideas Digitales  | Alba Ortubia

Pordomingo fue el más positivo y afirmó que los pueblos pueden liderar esa transición digital porque “partimos de la ventaja de que no tenemos nada”. Habló del término Smart Village, es decir, incorporar herramientas que trae la tecnología para mejorar los entornos, como los riegos digitales, el ‘blablacar’ rural o las visitas del médico telemáticas. Aunque, para que todo esto sea posible, primero se deben formar a las personas para terminar con la brecha digital porque “nadie de fuera va a venir a hacer lo que nosotros tenemos que hacer”. Los tres volvían a coincidir claramente en un hecho: las mujeres son las que más se implican.

La conclusión esperanzadora de la mesa redonda es que ya no se tiene la percepción negativa de la vida en el pueblo. Las personas que viven en él lo han elegido así, ya no connota “fracaso”. Los que tratan de impulsar el medio ya no se sienten locos, como un “quijote solitario”, porque, según Lucía Camón: “Ahora sabemos que hay mucha gente haciendo cosas en lo rural. Hay muchos quijotes”. Esto se debe en parte según Lucía Ferraz a que “la gente que vive en los pueblos cada vez es más consciente de su riqueza y las redes son el escaparate que la muestra”. Pordomingo añade que también se debe a la concepción de que “los pueblos son refugios de seguridad, entornos seguros” y las herramientas digitales mejorarán esa vida ya de calidad.

Fue ameno y variado el diálogo que se generó con el público gracias a intervenciones y diversidad de preguntas. En los años venideros, si sigue habiendo personas como los participantes de esta mesa, con ideas y herramientas para desarrollarlas, se esperan en la España rural muchos quijotes que demuestren en los escaparates digitales la realidad del mundo rural.

Hacia una definición de “arte digital”

La última mesa se prestaba a un cambio radical. Una hora y media restaba para el final de la jornada, y la temática escogida fue “Creación transdisciplinar, digitalización y nuevos medios”. Con la moderación de Enric Puig Punyet, los asistentes pudieron escuchar las propuestas de tres variados creadores audiovisuales, quienes presentaron sus proyectos más reconocibles, e incluso discutieron sobre la propia naturaleza de su oficio, y del concepto de “artista audiovisual”.

La primera de ellas, Marta L. Lázaro, rompió el hielo presentando su trabajo. Definiéndose como videoartista, fue haciendo un recorrido por su carrera e incluyó obras como Grandma, que estuvo presente en el propio recinto de Etopia el año pasado. Con exposiciones como esta, pretendía reivindicar la labor de las mujeres en el entorno doméstico y rural, a través de figuras familiares como la de su abuela. Para Lázaro, el sentido de la obra “cambia según el soporte”. Por ello, ha empleado en sus trabajos jabones o sábanas tendidas para crear sus propias pantallas.

Marta Lázaro, Néstor Lizalde, Marta Pérez y Enric Puig en Ideas Digitales | Eduardo Ramírez
Marta Lázaro, Néstor Lizalde, Marta Pérez y Enric Puig en Ideas Digitales | Eduardo Ramírez

Tras ella, fue el turno de exposición de otra Marta: Marta Pérez Campos, cuyo proyecto más ambicioso hasta el momento, 1914-2014, comenzó en 2016. En él, buscaba “rescatar” del olvido algunas de las palabras desaparecidas del diccionario de la RAE, para lo que pretendía visualizarlas de manera física. Creó así varias exposiciones en torno a esta temática. En una de ellas, dividía la sala de exposiciones en dos, donde permitía visualizar el proyecto en la parte izquierda, con todas las palabras superpuestas. En la parte derecha, destacaban ficheros con palabras y una representación física de las mismas. Pero lo más destacable, según cuenta, fue la publicación de la obra en Internet. Esto consiguió crear un foro de discusión, y que se generase conversación. También, se realizaron performances.

El último de los integrantes en presentar su carrera fue Néstor Lizalde, coordinador del Laboratorio de Danza y Nuevos Medios de Etopia, quien protagonizó el discurso más prolongado del encuentro. En él, habló de su interés por “llevar lo audiovisual a soportes y formas que no sean los más convencionales”. Para ello, construye y diseña dispositivos que poseen o no una interfaz, en los cuales crea formas audiovisuales o bases de datos. Un ejemplo de esto, y uno de los más apreciados por Lizalde, fue el proyecto que se llevó a cabo en el Monasterio de San Juan de la Peña, donde mezclaba la modernidad de lo audiovisual con la antigüedad del espacio. Una práctica con la cual, cuenta, genera diálogos con arquitecturas o espacios en contraposición con lo digital y, además, es capaz de generar atmósferas por medio de la luz. Aparte de en Etopia, también ha expuesto en el extranjero, en países como Austria.

Tras la exposición de cada uno de los participantes, respondieron a varias preguntas del moderador, Puig, quien les interrogó, entre otros asuntos, acerca del concepto de “arte digital”. Un término que, para todos, tiene sus inconsistencias. Marta Pérez insistió en que este tipo de arte abarca tanto que, al final, no es nada. Y, concluyeron que, hoy en día, es algo a lo que muchos artistas se ven empujados, por la falta de medios en otras áreas: “No he tenido elección”, contaba Marta Lázaro. “No hay nada que no sea digital”, añadía Lizalde. Otros puntos tratados fueron, por ejemplo, la “desdigitalización física” en las exposiciones como tendencia. La mesa terminó sin preguntas reseñables por parte de la audiencia. 

Tras la última charla, se dedicó una hora y media a una sesión musical, que hizo las veces de cierre de la jornada, con DJ y bebida, en la que las canciones se mezclaban con las conversaciones de viejos compañeros, amigos y nuevos conocidos que, tras compartir unas horas de conocimiento, necesitan despejar la mente. Y, quién sabe, quizá de esa distracción o nuevo contacto surja la creatividad para otro novedoso proyecto digital.

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