El alimento milagroso venido de Asia: el Konjac
Irene Marín//
Imaginamos que muchos de vosotros habréis oído hablar del konjac, ya que es un alimento cuya fama va yendo poco a poco en aumento. Pero para los que todavía desconocéis este producto, se trata de una planta llamada Amorphophallus konjac en cuyas raíces se encuentra un aditivo alimentario denominado glucomanano.
Este es un tipo de fibra que, según el dietista-nutricionista Joan Carles Montero, no puede ser digerida por el intestino delgado, produce efecto de saciedad en el estómago de quien lo consume y reduce así la ingesta de comida.
Si viajamos siglos atrás en la historia, descubrimos que la planta konjac es originaria del sudeste asiático. Al principio, esta era usada con fines terapéuticos, como remedio a muchos trastornos de la salud.
Después, empezó a ser usada como ingrediente en las sopas y caldos.

Marcas como Raw o Calorie Clever comercializan esta planta en forma de harina con la que fabrican sustitutivos de los tradicionales noodles, spaghettis o arroces. La principal diferencia respecto a los clásicos es el número de calorías que contienen: tan solo 6 kilocalorías por 100 gramos, al contrario que la pasta tradicional que puede aportar entre 380 y 400 kilocalorías por cada 100 gramos.
El Konjac, además de ser un alimento hipocalórico, tiene un alto nivel de fibra, por lo que resulta muy digestivo y detoxificante. Además, un estudio de mayo de 2016 publicado en el Journal of Food Hydrocolloids afirmaba que el glucomanano, aditivo presente en la planta Konjac, ayudaba a reforzar el sistema inmunológico y aliviaba el estreñimiento. No contiene lactosa ni trazas de gluten en su composición, por esta razón personas con intolerancias a estas, como la joven Ana Estella, se decantan por consumir Konjac: «me gustan porque me sienta bien, tienen mucha fibra y sacian. Tienen pocas calorías y eso es un plus, me recuerdan a los noodles de arroz pero sin ser tan pesados para el estómago».
A modo de curiosidad, es extraño que la pasta de este tubérculo, que no deja de ser almidón mezclado con glucomanano, tenga tantos beneficios sin aportar casi ningún nutriente. Más del 90% de su contenido es agua. Por esto es por lo que surgen las críticas al uso de esta planta como parte de una dieta saludable: «El fin que perseguimos al comer es, o debería ser, nutrirnos. La pasta con glucomanano no aporta nada y, por lo tanto, es mucho más interesante comer un plato elaborado con pasta o arroz integral, que tiene un montón de nutrientes, fibra entre ellos, y que no engaña a tu estómago con un alimento que no aporta nada», comenta el dietista-nutricionista Daniel Ursúa.
Montero, en la misma línea crítica que Ursúa comenta: «No tiene sentido ni es adecuado recurrir a estos productos cuando lo que debemos hacer es tener una alimentación rica en verduras, hortalizas, frutas y legumbres».
Aunque la EFSA ( Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) asegura que se trata de un alimento seguro, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) reguló las cantidades de glucomanano que se utilizaban en la fabricación de algunos complementos alimenticios. También advierte que no es recomendable tomar más de cuatro gramos de glucomanano al día, no ingerirlo justo antes de acostarnos, acompañar su consumo con bastante agua y no compaginarlo con medicamentos o complementos alimenticios que ya contengan una gran cantidad de fibra.
Ante la pregunta final que podemos hacernos sobre si es realmente saludable o beneficioso animarse a consumir este producto, Moreno y Ursúa dan una negativa. Ambos creen que no aporta ningún valor a nuestro organismo y que nuestro objetivo es nutrirnos de manera eficaz, cosa que este alimento, para ellos, no lo hace.