La destrucción de Averly. Ruinosa ciudad

Berta Jiménez//

21 de julio de 2016, madrugada. Las primeras máquinas de demolición que finalmente zanjarán la lucha por la conservación de Averly están llegando. Tráfico, ruido. Cae la nave de modelos. Polvo. La fundición. Ruinas. La sala del moldes. Cae el 68% de la industria más antigua de Aragón, la fundada por Antonio Averly en 1880, con la que se explica la revolución industrial en la ciudad, los movimientos sindicalistas, y la que representa arquitectónicamente un ejemplo único de la arqueología industrial. 21 de julio, Jaque Mate, solo el golpe final de un largo y minucioso trabajo, que a través de acciones y coacciones ha hecho vencer, una vez más, a los que siempre ganan.

Advertencia: Todos los hechos narrados a continuación forman parte de la legalidad. Este medio no se hace responsable de la incredulidad o el desafecto que generen.

 Activo/Inactivo

Puede que el único encanto del Paseo María Agustín, -lleno de bloques y coches- sea el tropezar con el ladrillo rojiblanco. La sorpresa de encontrar otro tiempo a pie de calle.  Repasar esa enorme puerta de metal gris coronada por una tipografía muy Bauhaus que deja leer: A-V-E-R-L-Y- S.-A. Seguir avanzando. Mirar derecha-izquierda, que no venga ningún ciclista por el carril bici, y pararse, agarrada a los barrotes -forjados en ese mismo lugar- a observar sin mucho detenimiento ese extraño espacio, tan íntimo y a la vez tan expuesto. Ese típico jardín de verano de familia burguesa, decorado con fuentes, recorrido por caminos, rodeado de plantas de todo tipo.  A la derecha, el lateral de la casa, esa casa de película. Pero sobre todo, ese halo de misterio. Y este sentimiento de extrañeza no hace sino poner de manifiesto lo que tal vez es el problema de base: el desconocimiento, casi estructural, del entorno próximo. No tener ese acceso a la información. No reconocer ni conocer los bienes de importancia. Y por tanto, no poder configurar una idea en torno a ellos. No poder ser críticos, ni indignarnos. Sólo dóciles seres narcotizados; vía libre.

Averlys

Hace 17 años APUDEPA -Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés- ya solicitaba la protección de Averly. Querían que fuese catalogada como Bien de Interés Cultural. Sobraban los motivos: no solo era la industria más antigua de Aragón, -y en su momento la más importante, la que más producía-, sino que su diseño es (era) único. Creen que el fundador importó de Francia este modelo que ha sido denominado como “Villa-factoría”: una estructura que aúna la vivienda de los patronos y las naves de trabajo en un mismo conjunto arquitectónico, común en granjas pero no en fundiciones. Y no se protegió. Su funcionamiento -dijeron- era la máxima garantía de conservación.

Cuando en 2013 Averly cesó la actividad y la inmobiliaria Brial compró los suelos, ya era demasiado tarde. El TICCIH -Comité Internacional para la Conservación y Defensa del Patrimonio Industrial- se sumó a la petición, consiguiendo, en vano, que la industrial fuese protegida como Patrimonio Cultural Aragonés. Una catalogación que no implicaba entorno de protección, y que por tanto, no podía asegurar la conservación del conjunto arquitectónico. Una medida parcial. Insuficiente.

Los expertos ¿Qué expertos?

En este mismo año la Diputación General de Aragón presentó tres informes para tasar el valor de Averly. El primero, realizado, por un arquitecto, valoraba el estado del bien. El segundo, se encargaba de las piezas muebles y la maquinaria. El tercero determinaba qué zonas se conservarían -APUDEPA también había presentado tres informes, de los “tres máximos conocedores del bien” que, contrapuestos a los de la DGA, abogaban por la protección de la totalidad del conjunto-.  La técnica de la DGA sobre la que recaía esta decisión,y por tanto, la suerte del conjunto arquitectónico, era la misma que había asegurado dos años atrás en las XIII Jornadas Internacionales del Patrimonio Industrial, que Averly constituía el bien industrial más importante de Aragón y uno de los más relevantes de España. Y sin embargo, no consideró  conservar el conjunto.

«Por extraño que parezca, en su informe la técnica declaraba que, aunque la importancia de Averly era indudable, quedaba suficientemente representada si se conservaba sólo un tercio del complejo», cuenta Carlos Bitrian el presidente de APUDEPA. Es decir, solo salvaba el 32%: la fachada, la vivienda, el jardín (zonas ya protegidas con anterioridad), una línea de los viejos raíles y un único taller, el de ajustes. «Esta experta en Etnología misteriosamente lo delimitó de esta manera. Quedamos muy sorprendidos de ver que en dos años había cambiado su posición hasta el punto de abogar por la no conservación de las partes fundamentales, como el propio taller de fundición». Vía libre.

La legalidad, la inmoralidad, Brial y los gobiernos

De Antonio Averly a Averly hijo, pasando por Faustino Bea, María Bea y posteriormente por Guillermo Hauke Bea. Y de aquí surgen las tres ramas previas a Brial: los dos hijos de Guillermo Hauke, y su hermana, Carmen Hauke, actual propietaria en precario, o dicho de otra forma: la persona que vive en la casa de la fundición. Es difícil explicar la historia reciente y la lucha por la conservación de Averly sin tener en cuenta a Carmen Hauke.

Carmen ya tiene algunos años, pero no los aparenta. Activa y rebosante energía, ha sido el impedimento antropomorfo para una inmobiliaria y dos gobiernos -municipal y autonómico-. En 2014 Carmen denunció el allanamiento de su casa: le habían puesto candados en los tres pisos de su domicilio. Trabajadores que “se hicieron pasar por operarios de la DGA” -según consta en la denuncia- le arrebataron múltiples cajas llenas de documentos para “evitar que se mojase por un agujero en el tejado”. En diciembre la inmobiliaria Brial llevó a cabo una quema de documentos en una de las naves no protegidas. Y antes de apagarlo, mientras los folios ardían, cerraron el taller. Tuvo que ser un vecino quien avisase a emergencias. Aunque la intervención de los bomberos era sencilla, tuvieron que saltar la puerta ya que Carmen no tenía la llave del candado -no lo había instalado ella- del portón principal.

Uno de los últimos golpes: el jardín. A pesar de que era una de las zonas que no corría riesgo de desaparecer, protegida junto a la fachada y a la vivienda por la DGA, también lo talaron. Un expediente que aseguraba que este jardín está lleno de especies invasoras causó que esta centenaria selva urbana haya sufrido un rápido «clareamiento»; como si un duro ataque de sarna hubiese infectado a este paréntesis burgués. Pero esta sólo constituye una de las pequeñas mutaciones que han tenido lugar en la fundición en los últimos tres años, en los que la inmobiliaria Brial se ha convertido en propietaria y ha iniciado la metamorfosis.

Averly
El jardín de Averly

Pero siempre ha sabido como hacerlo. Según apunta eldiario.es Brial contrató en El Periódico de Aragón y en el Heraldo de Aragón “una página publicitaria en las que, bajo el titular Averly ya está a salvo, se aseguraba que la catalogación de los edificios del conjunto aprobada por el Gobierno de Aragón garantiza el legado de Averly”.

Vivo/Muerto

Junio de 2016. En última instancia el gobierno de Zaragoza en Común propone en la Comisión de Urbanismo paralizar el derribo de la parte no protegida, el 68% de Averly. El PP, PSOE y Ciudadanos no lo apoyan. Firmada la sentencia.

21 de julio de 2016, madrugada. Las primeras máquinas de demolición que finalmente zanjarán la lucha por la conservación de Averly están llegando. Tráfico, ruido. Cae la nave de modelos. Polvo. La fundición. Ruinas. La sala del moldes. Cae el 68% de la industria más antigua de Aragón, la fundada por Antonio Averly en 1880, con la que se explica la revolución industrial en la ciudad, los movimientos sindicalistas, y la que representa arquitectónicamente un ejemplo único de la arqueología industrial. 21 de julio, Jaque Mate, solo el golpe final de un largo y minucioso trabajo, que a través de acciones y coacciones ha hecho vencer, una vez más, a los que siempre ganan.

El proceso de destrucción de Averly, a la vista queda, se ha visto sumido en más sombras que luces. Que una inmobiliaria dirigida por una de las familias más poderosas de Zaragoza, los Briceño, haya podido actuar con total impunidad no es casualidad. Un trabajo minucioso, prolongado en el tiempo, estratégico. Especular es nombre de Ayuntamiento. Destruir es nombre de gobierno. Y ejecutar es nombre de inmobiliaria. A Brial las manos le saben a hierro. Todo ha sido legal, todo amparado por normas, normativas, vacíos, trampantojos… Y ahora solo ruinas.

Autora:
Belen Remacha foto Belén Remacha nombre

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Vivo en un estado entre la inquietud y la hipérbole. He venido para cabrearme con el mundo, para contar historias, para experimentar con el lenguaje ¡Y voy a por el nuevo nuevo nuevo periodismo! Aunque no tengo dioptrías llevo gafas violetas. Redactora en Altaïr Magazine. Hace poco también tropecé con la sociología criminal y la crónica negra…

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2 comentarios en “La destrucción de Averly. Ruinosa ciudad

  • el 1 diciembre, 2016 a las 08:46
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    Hola Berta, muchas gracias por tan documentado y buen artículo.

    Solamente quiero apostillar que en este triste caso, existen nombres propios que han colaborado en todo este disparate. Comenzamos con el PP y el PAR y Javier Callizo, el miserable que junto con su jefa de servicio urdieron el plan para proteger el 35 % que inmobiliaria debía entregar al Ayuntamiento. El PP y sus representantes en el Ayuntamiento capitaneados por Jorge Azcón y en las Cortes de Aragón por otro títere de los Briceño. Lola Ranera en el ayuntamiento tuvo ocasión sobrada de demostrarnos que es simplemente un mal bicho y otro payaso en el circo que Brial tiene montado en nuestras instituciones, don del PSOE tiene un papel relevante.

    Fue épica la intervención de Mariví Broto (anterior Consejera de Cultura) en las Cortes defendiendo el derecho a la propiedad privada por encima del patrimonio y el resto de grupos en el mismo chiringuito, incluyendo a la CHA que ha demostrado que son el relevo del PAR en esa institución, hecho certificado por el rescate de Carmelo Bosque tras su papelón como Gerente de Urbanismo con actuaciones que en un país civilizado le habrían llevado a la cárcel por prevaricador.

    Y detrás de todo «Don Piso», amigo de los Briceño, enlace con el PSOE de Aragón y urdidor en la sombra de todo este disparate.

    Faltan aún los tontos útiles, esos desgraciados vividores de las migajas ajenas que han actuado de comparsa en este triste carnaval. Los domigosbuesa, manuelesteruel, y otros caciquillos y monaguillos locales, junto con la «troupe» de arquitectos miserables, quizá hambrientos, que han demostrado su falta de principios e ignorancia comenzando por el quintacolumnista Teófilo Martinez, el elemento desactivador de Izquierda Unida y varias asociaciones de barrio y siguiendo por el «Arquitecto de Palacio» Pérez Latorre, más conocido por sus desfases y unión al PSOE, que por la calidad de su obra.

    Termino con dos personajes relevantes en este asunto y miserables por partida doble. Y es que los hermanos Hauke han sido parte fundamental en el hundimiento de la memoria familiar como perritos falderos de los Briceño y a la vez lo suficientemente lerdos, como para haber dinamitado su parte en este negocio dando un cheque en blanco a Brial renunciando a todos sus derechos y dejando la puerta abierta a quedarse sin empresa y sin dinero, como quizá el tiempo demuestre. Una buena muestra de su «inteligencia es que el abogado de Averly que ellos contrataron y el que ha supervisado todos los documentos que firmaron los dos hermanos, es el abogado de Imaginarium, otra empresa del grupo Brial. Con eso está todo dicho.

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    • el 12 diciembre, 2016 a las 10:09
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      Por hablar de todo un poco… Imaginarium no pertenece a Brial, pero oiga, difame que algo queda

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