Marcos Gisbert, el alumbramiento de un poeta
Madalina Panti //
Marcos Gisbert Ferri (Valencia, 1983) ha dedicado la mayor parte de su vida a la dramaturgia y la traducción. Actualmente se encuentra entre la investigación en el Instituto Shakespeare y la escritura. Ha ganado diversos premios en el mundo de la cultura, el más reciente, el Premio Leopoldo Alas Mínguez para textos teatrales LGTBIQ+. Con veintisiete textos inéditos, Alumbramiento se convierte en su primera publicación en el mundo de la poesía.
Las palabras salen desde el origen, el GÉNESIS, donde se han forjado los primeros doce poemas. Sin preámbulo alguno, nos adentramos de inmediato entre los pensamientos y aspiraciones del autor. El tono confesional que caracteriza buena parte de la poesía contemporánea hace mella también en esta publicación. La búsqueda de los términos adecuados no es sencilla, pero en esta primera parte los sentimientos como el deseo o la unión de dos cuerpos logran encontrar orden en el caos o vida en la oscuridad.
¿Qué representa esta publicación?
MG: Génesis, Embrión y Alumbramiento, son las tres fases con que la biología describe el proceso de embarazo y parto. Es un tema quintaesencialmente femenino que apenas se ha tratado en el arte a lo largo de la Historia, a diferencia de temas masculinos como la guerra, que encontramos ya desde la Iliada. Por otro lado, emparento ese proceso con todo acto de creación, por eso hablamos de nuestras obras como «hijos».
Los grandes tópicos de la poesía como la muerte, la religión o la naturaleza no son excepción en esta obra. El hilo conductor de todos ellos es el amor, el gran recurrente de la lírica. De un remanso de paz a la pasión más devoradora puede nacer un amor idealizado o perecedero, al mismo tiempo que puede permanecer en el tiempo. Las referencias hacia lo divino son muy frecuentes para unir esos sentimientos.
“Siete ángeles altaneros
vuelan a tu alrededor.
No ves sus guadañas a la espalda,
no hueles el veneno de su aliento,
no sabes que tras ellos
habitan siete diablos hambrientos”.
Me convierto en ti (p.26)
Alumbramiento (2019) ofrece en esta primera toma de contacto el acceso a emociones que persisten, tanto el llanto como la risa, siempre ligadas a historias de amor. De la vitalidad y la euforia del momento (De no ser tú, p.9), podemos pasar a la veneración (“Huele a pureza en tu habitación, p.13) o el anhelo (Deseo, p.15).
Las palabras toman forma sin necesidad de rimas o adornos literarios, creando una estructura sencilla que resulta muy natural pero cargada de connotación. Las descripciones muestran imágenes reales no solo de escenarios y lugares sino para ofrecer una perspectiva de la magnitud de las sensaciones, “(..) con tu torrente invades/mi habitación, mi cuerpo y mi avenida,/rociandolo todo de discreción/ y sabiduría de chamán” (p.16).
EMBRIÓN compone la segunda parte del libro en un solo poema en el que se recogen reflexiones sobre la gestación del artista y su importancia en la sociedad. Gisbert cuenta que la inspiración en este caso surge de la lectura de “Canción de los poeta líricos” del dramaturgo Bertolt Brecht, que en resumen viene a decir “cuidado, no podéis prescindir de nosotros”.
Es un cántico a un mundo que a primera vista parece idealizado porque no existen límites, sufrimiento o patria, es un universo particular donde se refleja la inquietud de los creadores de no dejar de imaginar y concebir. La libertad, aunque utópica, también es concurrente en este poema.
“Lo que intento hacer, tal vez torpemente, es trasladar lo necesario a lo inevitable, y es que los artistas son el magma subterráneo de la sociedad. Están ahí, nadie les (nos) hace caso porque no respondemos a las dinámicas del capital, y de eso habla el poema de Brecht. Pero a poco que uno escarbe, son legión” confiesa Gisbert.
El inconformismo de la situación en la que se encuentran los artistas también se percibe en los versos finales que recuerdan que el mundo creado por ellos, no es solamente un espejismo y hay que recordar que son una realidad.
“(…)
Vive. Crea. Escucha.
Porque mi reino soñado,
aunque no lo creas,
ya existe en éste”.
Creo en un mundo de artistas (p.41).
La gestación del poemario llega a su fase final, el ALUMBRAMIENTO donde dan a luz nueve poemas que tienen como epicentro la relación entre cuerpo y alma.
“El poeta ama/el poeta arde” (p.58) firma Gisbert, que no concibe que el amor deje de ser musa para el que escribe. La poesía puede llegar a retratar multitud de elementos, pero lo que esconden sus versos suelen ser sentimientos reales que reflejan una mirada profunda de las cosas más cotidianas. Cuando se habla de amor, uno no puede dejar de hablar de la parte más dolorosa como los recuerdos, el olvido o la nostalgia. Es lo que expresa con total pulcritud Gisbert, que extiende esa parte de los sentimientos hasta llegar a expresar el dolor de las despedidas o las cicatrices que quedan. El dolor máximo, el desenlace final como es la muerte también está presente con varias alusiones.
Aunque sin duda, la cerilla consigue iluminar sus pensamientos más escondidos en el poema “Seres de amor” donde utiliza lo tangible y lo intangible para dejar de lado los miedos y peligros que nos imponemos nosotros mismos o impone la sociedad. Un mensaje lleno de significado para aquellos que quieren amar olvidando la filosofía, la ciencia o la religión, entre otras cosas. Como bien recalca al final, la reivindicación es que “la vida enterrada es la que no ama” (p.52).
Arte, historia y amor, no son nada sin sus normas,
porque el tiempo avanza pero ellos permanecen
(Siento una atracción por la pureza, p. 32)
Las palabras también permanecen. Queda ADENDA, que sirve como colofón a lo que es una obra llena de vivencias personales. “Supone quizá una doble cristalización. Por un lado, recoge textos escritos durante un amplio período de tiempo, entre cinco y ocho años, así que tiene algo de memoria personal. Pero es también la búsqueda de una poética relacionada con lo orgánico, con la escritura desde el cuerpo”, cuenta Gisbert.
“¿De qué materia está hecho el amor?” se cuestiona el autor aunque es una pregunta con difícil respuesta. Sin embargo, nos recuerda que la naturaleza, la historia o el arte pueden servir para unir las palabras adecuadas y ofrecer una réplica para aquellos que sienten y no saben expresarlo.
Pero el embelesamiento de la poesía va mucho más allá de combinar letras que suenan a ficción, consigue reflexionar sobre lo utópico y a la vez real que puede ser el amor .
“Yo quería…
Que juntos creyéramos en unicornios imposibles,
defendernos mutuamente de las cuchilladas, ser los héroes de una aventura naval,
fundirnos en el calor del fuego de la noche gélida.
Yo quería enseñarte a aprender mientras tú
me enseñabas a vivir
pues ni todo el conocimiento perdido en Alejandría
enseña lo que una noche de capricho iluminado,
abrazado, tú de espaldas, a mi lado.
Yo quería (p.76).
La escritura de Marcos Gisbert se aproxima a la obra de Ángel González, Francisco Brines, José Hierro o Kavafis, “sin cuyas lecturas no habría podido ensayar el tono que buscaba” revela el autor. Considerados grandes poetas de la literatura moderna, con un tono más o menos romántico, han sabido calar los versos que se esconden tras estas páginas.
Tal y como él confiesa, este libro sigue un planteamiento de un pequeño viaje oscuridad-luz-oscuridad o desamor-amor-desamor. Esto supone la meditación cuidada de las palabras y de los pequeños detalles que sirven no solo para profundizar en ciertos sentimientos sino también para contar su propia realidad. Una muestra de que está hilada por una introspección y una intimidad muy necesarias cuando hablamos de poesía.
Sin un escenario, el calor de los focos o un espectador en la butaca como ocurre en el teatro, el poeta también se expone ante el público por el mero hecho de escribir. Desgarrando sus sentimientos más profundos y ocultos, este libro invita a entrar a un par de desconocidos en su particular mundo esperando que mientras lo devoran puedan experimentar distintas emociones nuevas o recordar algunas que creía olvidadas. El éxito de la poesía no reside en entender lo escrito sino en que logre transmitir con cada verso. Compren entrada y observen, este es el alumbramiento de un poemario y de un poeta.
Twitter: @marcosgisbert
ISBN: 9788418112331
Páginas: 82
Editorial: Libros Indie
Encuadernación: Tapa blanda