Muay Thai: ¿violencia o subsistencia?

Texto: Sara Marco y Hugo Lorente//

El muay thai, conocido también como «el arte de las ocho extremidades», es uno de los deportes de contacto más peligrosos. Puños, rodillas, codos y piernas son las armas empleadas en esta lucha. Su peligrosidad es lo que ha determinado su ilegalización en varios países del globo. Un codazo en la cabeza puede dejarte en el sitio. 

Considerado dentro del MMA (Artes Marciales Mixtas) como un deporte de contacto extremo, remonta sus orígenes a las guerras que mantuvo Tailandia con Birmania y Camboya en el siglo XII. Como forma de supervivencia, los soldados perfeccionaron el manejo de las lanzas y las espadas, así como el empleo del cuerpo como un arma letal.

Dentro de la tradición tailandesa, el muay thai es el deporte rey. Cada campeón nacional se convierte en uno de los personajes públicos más influyentes del país. Desde muy pequeños, los niños entrenan en campos con el objetivo, en muchos casos, de salvar a su familia de la pobreza o de un destino incluso peor. Mucho más allá del deporte es un método de supervivencia.

XV edición de la Ceremonia anual de Wai Kru Muay Thai

4 de marzo de 2022. Siete de la tarde de un viernes de puente. Unas 10 personas además del profesor, Isidro Martínez, de 62 años. De las 10, dos mujeres y solo una a la que observamos con un amplio conocimiento del deporte: Isabel, de 23 años.

En los gritos de Isidro motivando a Isabel para que ataque con más fuerza vemos la complicidad que existe entre ambos. Durante tres años, el tatami del gimnasio zaragozano Karate Kan ha visto todos los progresos de la joven en este deporte. “Está como un roble”, fue la expresión que utilizó para referirse a quien la ha guiado durante todo este tiempo por el mundo del muay thai. A Isidro le quedan menos de 2 años para jubilarse, pero podría noquearte con tan solo un golpe.

Isidro e Isabel durante el entrenamiento en Karate Kan, Zaragoza
Isidro e Isabel durante el entrenamiento en Karate Kan, Zaragoza

Su historia, narrada por él mismo mientras vacilaba con golpearnos, es, cuando menos, peculiar. Viajó por primera vez a Tailandia en el año 1995, donde se enamoró del deporte que hoy imparte. Si puedes apuntarte a clases de muay thai en Zaragoza, deberías agradecérselo, ya que fue el pionero en traer el deporte a la ciudad en el año 1999.

Si te enganchan en el suelo, estás perdido

Isidro es plenamente consciente de la peligrosidad que implica la práctica del muay thai. La muerte de un luchador tailandés de tan solo veinte años tras un codazo en la cabeza lo marcó para siempre: “En el muay thai la gente muere, es peligroso. Por eso hay que tener cuidado”. Ninguno de sus alumnos tiene pensado competir algún día. De todos modos, en el caso de que lo hicieran, él no sería su entrenador. “Para ser profesional hay que sacrificar muchas cosas. Tienes que entrenar todos los días, además de estar en una perfecta forma física y planificar tu alimentación minuciosamente”, explica el instructor al hablar de la dureza del deporte.

Al igual que el haka en el rugby, el muay thai también cuenta con un ritual representativo de origen tailandés que se celebra antes de iniciar un combate: el Wai Kru. Lo normal, tomando su origen como punto de partida, es que haga referencia al Rey de Tailandia o a alguno de los gimnasios repartidos por todo el país. El hecho de que los competidores europeos rindan este homenaje antes de subirse al ring supone una apropiación de este rasgo de la cultura tailandesa y no es plato de buen gusto para Isidro: “Es como si yo me pongo a rezar sin creer en Dios o sin haber pisado una Iglesia en mi vida. Si no lo sientes, no lo hagas”. 

Ritual de Wai Kru
Ritual de Wai Kru
Sin apuestas, no habría muay thai

Tailandia es un país representado por templos budistas, playas con esencia tropical y por un ente invisible pero muy poderoso conocido como economía sumergida. Las apuestas ilegales, según Isidro, son el principal sustento de los deportistas que representan al muay thai, incluso en competiciones nacionales. En España, muchos iconos del deporte protestan contra la economización de este y contra las apuestas. Sin embargo, en Tailandia sería tirar piedras sobre su propio tejado. De hecho, en muchas ocasiones, son los propios luchadores los que apuestan a su favor.

En las zonas más pobres de Tailandia, donde abunda la práctica del muay thai, los niños pueden ser la esperanza de una familia para salir de la pobreza y abandonar el duro cultivo del arroz. Isidro vivió este fenómeno de primera mano: “Los padres van a un campo de entrenamiento y dejan ahí al chaval para que se entrene. Les duele porque pueden estar sin verlo meses y años, pero que el niño se gane la vida con el muay thai es la última bala de muchas de estas familias”.

Aprender a apuntar antes de disparar

Violentos por naturaleza y rodeados de esta de manera asidua. El cine y el arte se han nutrido de este instinto primario para crear innumerables obras universales. Stanley Kubrick con La Naranja Mecánica, una obra filmatográfica sobre los instintos más salvajes del ser, o El Rapto de Proserpina de Bardini, una representación de la violación en marmol. Violencia como forma de expresión artística que va más allá de un instinto de supervivencia.

En el muay thai es importante tener sangre. Como repite Isidro en varias ocasiones, en este deporte no se puede entrenar triste o con preocupaciones. Si lo practicas, lo haces con “buena actitud y una sonrisa”. La violencia es solo el continente donde poder desarrollar el contenido. Trabajo, constancia y perseverancia son los dogmas que Isabel repite en voz alta al hablar de este deporte que practica todos los días de la semana.

Una forma de expresión extrema en la que una de las piezas claves es el respeto. Aunque pueda parecer irónico: la violencia mira de frente al respeto y le da la mano. Isabel conoce (en su mayoría) a hombres que, con una idea muy equivocada y alejada de los valores de esta práctica, entran al Kan. Según ella: “Los que entran diciendo que vienen porque quieren pelear son los primeros que lo acaban dejando”. La gente que de verdad sabe hacerlo, lo evita a toda costa.

Dos alumnos del gimnasio Karate Kan, Zaragoza, durante el entrenamiento
Dos alumnos del gimnasio Karate Kan, Zaragoza, durante el entrenamiento

“No hay merchandising para nosotras”

De entre las 10 sugerencias de Google ante la búsqueda “novela negra libros”, nueve de los autores son hombres, una es mujer. Si tecleamos “campeones de muay thai” en la misma web, vuelve a aparecer, entre 10 personas, una sola mujer. Un símil entre la literatura y los deportes de contacto que para las mujeres se reduce en una misma premisa: existimos pero no aparecemos.

Isabel asegura que la mayoría de los que practican el muay thai son hombres debido al desconocimiento de las mujeres. Debido a la falta de referentes, falta de cultura y falta de promoción entre ellas, “la lucha sigue estando generalizada entre los hombres”, refuerza la joven nak muay farang (persona occidental que practica este arte marcial)

Una forma de vivir y convivir que se colea entre la raya de la violencia (física) y la subsistencia (mental).

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