Música para luchar
Candela Canales e Irene Ibáñez//
El ciclo «En femenino», celebrado en diversos centros cívicos de Zaragoza durante el mes de marzo, finalizó el pasado viernes 29. Una mesa redonda dedicada a la figura de la mujer en el videoclip y los estereotipos, seguida de la música de varios grupos feministas actuales, cerraron la iniciativa en el centro Delicias.
Lady Banana es un grupo de rock compuesto por solo dos mujeres. Una a la guitarra, otra a la batería; cuando empiezan a tocar se comen el escenario y el público no deja de vibrar ni un segundo.
AC/DC está formado por cuatro hombres, en Nirvana eran tres, Extremoduro lo integran cuatro, y también son cuatro los miembros de Héroes del Silencio. Parece que el rock and roll no es música hecha por mujeres, o al menos, no lo era. Las zaragozanas Nerea Bueno y Alba Villarig se adentraron en este estilo musical tan “masculino” hace unos cuatro años cuando publicaron su primer disco en 2015, In rock we trust. Desde entonces no han parado de hacer música y de demostrar que la mujer no es solo pop y reguetón.
“Se tiende a catalogar como literatura de mujeres, música de mujeres… y eso puede hacernos competir entre nosotras”, explicaba Marta Sánchez del grupo Hickeys unas horas antes de los conciertos en la mesa redonda, ‘GRRRLS & QUEENS: Mujeres y videoclips’. Es común encontrar titulares como: “En su gira por Latinoamérica, Madonna le ganó a Lady Gaga” o “Madonna y Lady Gaga, duelo en 2011”. Las dos reinas del pop compiten en una industria musical compuesta por hombres y mujeres, pero desde los medios y la publicidad se presiona hacia una rivalidad solo femenina. En la mesa redonda, Rebeca Lane, socióloga y rapera, comentaba que “en cualquier escena musical, si hay dos o tres mujeres te ponen a pelear para ver quien es la mejor. Y ahí replicamos todas las dinámicas patriarcales de ver a la otra como una competencia, en lugar de darnos cuenta nosotras que también estamos compitiendo con los hombres”.

“No son spice girls, no son lo de siempre, si son reales, son el presente”
Tras el rock de Lady Banana se subió al escenario el glitter punk de Hickeys, el grupo madrileño formado por Marta Sánchez, Maite Barrena, Martina Gil y Ana Erice. Ninguna llega a los 30, pero ya han tocado en festivales como el FIB en Benicásim o el Festival Stone. Sus videoclips son sencillos pero con una estética cuidada y precisa. Aparecen ellas, caminando, tocando, cantando, siempre con un toque artístico en la sucesión de planos.
En la tertulia previa a los conciertos, Marta Sánchez, integrante de Hickeys, habló de las redes sociales como una herramienta positiva al tratar el papel de la mujer en la industria musical: “gracias a las redes sociales podemos reapropiarnos de nuestro cuerpo, que anteriormente ha podido estar manipulado por métodos publicitarios”.
Más reivindicativas y más guerreras fueron Machete en Boca, que entraron en escena a ritmo de hip hop. “Hay puños cerrados pero si me jodes te borro del listado”. “Siempre el machete en la mano”. “Tú no eres machista, eres idiota”. Letras con fuego y con rabia que hicieron saltar y rapear a toda la sala. Son La Prima, San y La Charly, junto a Falso Ídolo, el único chico del grupo. Esta banda también lleva poco tiempo sobre los escenarios, lanzaron su primer videoclip en 2017 y con sus canciones denuncian el machismo, la discriminación y la desigualdad.
En los últimos años han surgido muchos grupos musicales del lado del feminismo. Es un movimiento social que, hoy en día, está de moda. Marta Lázaro, videoartista y la tercera componente de la mesa redonda, argumentaba sobre el auge del feminismo en la industria musical: “a mí que esté de moda no me parece mal. Creo que hay que utilizar esa moda y hay que darle un empujón a la mujer”.

El problema llega cuando no se crea un contenido reivindicativo como el de Machete en Boca, sino cuando se pretende obtener un beneficio económico sin que exista una verdadera conciencia social. “A mi me preocupa cuál es el feminismo que se está mercantilizando: es un feminismo racista, opresor, que habla acerca de un único modelo de ser mujer”, opinaba Rebeca Lane.
“Siempre viva como mala hierba”
Lane cogía el testigo sin dejar caer el ritmo del hip hop. Nacida en Guatemala, lleva luchando desde los 16 años por los derechos de las mujeres, los pueblos de Centroamérica, y por visibilizar el trabajo en el hip hop de las mujeres latinas. En 2012 publicó su primer disco, Rap(H)² – 502 mg.
Rebeca Lane nos abrió los ojos hacia una realidad distinta. Habló de la mujer racializada, de la figura de la mujer exótica en el mercado de la música. “Se hace un uso de la exotización de la mujer latina. No es que hayan normalizado otros cuerpos, es que se nos ha exotizado”, explicaba en la charla antes de envolvernos con sus canciones. Ponía el ejemplo de Ariana Grande, una cantante de fama internacional a la que se le ha ido oscureciendo la piel conforme ganaba seguidores en Spotify.
“Somos territorio en disputa, las comunidades estamos en pie de lucha, no somos pasivos, no somos postal para salir en tu revista. Somos culturas vivas”. Lane cantaba con orgullo sobre sus orígenes, sobre ser mujer latina en el mundo occidental, sobre la lucha por un feminismo antiracista. “Pero soy negra como mi bandera y valiente en nombre mío y en el de todas mis abuelas”.
El concierto llegaba a su fin con la canción Libre, atrevida y loca. Rebeca nos invitó a compartir el escenario con ella. Todas nos sentíamos iguales, a un mismo nivel, por una misma causa. Todas volvimos esa noche a casa libres, atrevidas y locas.
